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Aclarando mitos

Por Laura Prieto

Los tatuajes están rodeados de mitos, misterios, la gente se pasa de voz en voz lo que alguna vez ha escuchado, los tatuajes se borran con el sol, la carne de puerco hace que se corra la tinta, no hay que mojarse durante la cicatrización y muchas otras creencias que frecuentemente debo aclarar.

La tinta blanca duele más.

La mayoría de las veces, o tal vez siempre, mis clientes se quejan más cuando les aplico tinta blanca, personas que tienen más de un tatuaje y conocen el toque final, se ponen temerosos al anunciarse que “ya sólo falta el blanco“, incluso, aquellos sin tatuajes, afirman que esa es la tinta que más duele, pero, en realidad, ¿duele más la tinta blanca?

En lo personal si duele mucho, pero no es porque sea el color de la tinta, es porque el blanco se aplica al final del tatuaje, para dar brillos y contrastes, a estas alturas del trabajo, la piel ya tiene todo el trabajo hecho, esta inflamada y ha pasado por un proceso doloroso, entonces, en los pequeños espacios, que se han salvado de piquetes, es ahí donde ponemos la tinta blanca, volvemos a tocar áreas que ya estaban “descansando“, por lo tanto, no es más doloroso porque sea tinta blanca, es la secuencia del proceso.

¿Hay alguna tinta que duela más que otra? No, todas se sienten igual, el color no hace que duela más o menos, la tintas no se sienten, no arden, se sienten las agujas, cada tatuaje duele diferente, tiene que ver con el estilo de tatuaje. Por ejemplo, duele más hacerse un tatuaje tradicional que lleva sombra negra y color sólido, que un tatuaje en sombra realista, que lleva velos de diferentes intensidades de negro, y la técnica es más como un roce suave con las agujas para crear transparencias, entonces no duele más el color, es el tipo de tatuaje, es todo el proceso.

En resumen, las diferentes tintas se sienten igual, lo que duele más o menos, es en qué punto del tatuaje te las aplican, lo que cambia la intensidad del dolor es la técnica de cada tatuaje, y no hay tatuaje demasiado insoportable, así que, ¡a tatuarse todos, con muchos colores!

Laura Prieto: Nací en Saltillo, Coahuila hace 32 años. La vida me llevó a aprender a tatuar, complementé mi aprendizaje estudiando artes gráficas y haciendo toda cosa creativa que llegara a mí. Ahora soy madre, esposa, llevo 14 años en el mundo del tatuaje y sigo feliz y encantada de trabajar en lo que estoy.
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