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Beto es mi mascota

Por Susana Veloz

Era ya la 1 de la mañana cuando finalmente terminé de editar un trabajo fotográfico. Esa última taza de café me había dado la energía suficiente para no dormirme directamente en el teclado de mi computadora y poder así terminar.

Apagada la computadora y arrastrando los pies hacía mi cuarto, logre ponerme la piyama y en un desmayo olímpico, me rendí al colchón, a mi almohada y al único calcetín que me había quedado puesto. Finalmente, dulces sueños.

Sí cómo no. Esa noche, a Beto le comenzó una tos tan fuerte que no nos dejó dormir. Desde las 3am deambulaba por el cuarto en un intento de aminorar los ahogos que empiezan una vez que nos recostamos. Cansado de dar vueltas, a veces lograba recargarse en el sillón, entrecerrar los ojos y dormitar un breve momento antes de empezar el suplicio.

Resignada a no dormir, le di unas cucharadas de miel tibia y me senté a su lado. A la mañana siguiente sin duda iríamos con el veterinario.

Así es, Beto es mi mascota.

Cruza de Border Collie con Springer Spaniel, es el personaje que le da color a mi vida. Con 8 años lo he visto crecer desde cachorro y hoy, siendo un adulto mayor, cariñoso y gruñón, lo veo y me transporta a todos aquellos momentos en mi infancia en que tuve alguna mascota y fui feliz.

Bajo la perspectiva del amor, la inclusión y la tolerancia, mis padres inculcaron en mí el trato digno, amoroso y responsable hacia los animales. Gracias a ello he ido entendiendo más el mundo natural y quienes cohabitamos en él. Cada día leo, me informo y conozco más casos en los que seres humanos deciden tomar nuevas vías de convivencia, no sólo con sus mascotas, sino con el reino animal en general. Pero también sé que a pesar de esta realidad alentadora, también hay aún quienes se conducen con otros seres vivos bajo amenazas, gritos, golpes y teorías supremacistas.

Es por esto que acepté con entusiasmo escribir desde esta trinchera llamada NES sobre algo que al menos al 55% de los hogares en México no nos es ajeno: las mascotas.

Como en una charla de café, les iré recomendando libros, sitios de internet, visitas al médico, cuidados, productos, etc. Pero también les compartiré maneras diferentes de ver y sentir a esos seres que habitan con nosotros (por un tiempo más corto de lo que quisiéramos) y que generan en nosotros sentimientos de bondad. Entenderlos desde una nueva perspectiva hará realidad aquello que alguna vez dijo Gandhi: “La grandeza de una nación y su progreso moral, pueden ser juzgados por la forma en que tratan a los animales”.

Susana Veloz: Realicé mis estudios de fotografía en la Ciudad de México, especializándome en Técnica Polaroid, Arte Zen, Iluminación y Retrato. Mi trabajo ha sido publicado en diversos medios impresos. Desde 2007 me dedico a la docencia. Hoy divido mi tiempo entre dar clases, realizar sesiones y rescatar perros de la calle.
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