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Mudar de piel

Por Alex Campos

 

Acabo de leer un poco acerca de las serpientes y su muda de piel. Siempre me ha llamado la atención la capacidad de esta especie para acoplarse a nuevas condiciones de ambiente, me refiero a que cuando su piel ha quedado en mal estado, luego de ataques por depredadores o simplemente por el desgaste que se da con el tiempo, las serpientes comienzan este proceso.

Leí también que 2 semanas antes de mudar de piel, ésta comienza a mostrar un aspecto distinto, se puede percibir cómo va tornándose más floja, se ve desgastada, un tanto dañada, definitivamente es tiempo de mudar de piel.

Justo llegado el momento, su cuerpo genera una substancia lechosa que hace que la piel vieja pueda resbalarse, la serpiente logra quitar esa piel “vieja” frotando su cabeza o cuerpo contra objetos duros para quebrarla y enrollándose a árboles, rocas y la piel va quebrando poco a poco.

Creo que intentaré ser más cómo una serpiente, de vez en cuando debo mudar de piel, luego de procesos de cambio, de retos, de desgaste emocional, hay que mudar de piel.

Pudiera ser que al final de un proceso difícil en la vida, en un momento en el que el ser humano debe acoplarse a lo que le toca vivir, una catarsis lo mejor es mudar de piel, podría comparar al ser humano con esta especie.

Cuando un proceso de cambio nos obliga a endurecer nuestra alma, cuando quizá hemos perdido noción de quiénes somos, cuando sentimos que nuestra piel luego de nuestras propias batallas ha quedado desgastada, nos aferramos fuerte a lo que nos haga soportar esa ola de sentimientos que llegan con lo vivido, ahí sin darnos cuenta comienza nuestro proceso para quitarnos esa piel vieja, sanar heridas, perdonar a otros o a nosotros mismos, sujetar fuerte lo que queda de nuestra realidad y dejar ir lo que ya no forma parte de nosotros. Lo que nos incomoda, lo que nos lastima, lo que no nos deja mostrar colores brillantes ni piel brillante.

Como la serpiente ¿recuerdas?

Una vez que soltamos eso a lo que nos hemos sujetado muy fuerte para terminar de quebrar nuestra piel, hemos dado el paso más importante: soltar.

Mi parte favorita de este proceso de es el que dice: “Unos días después, la piel de la serpiente es brillante, colorida y muestra figuras”.

Y así nosotros, cuando hemos decidido cambiar de piel, dejar atrás aquello que nos ha dañado, sanar de todo lo que se pueda llamar depredador, una vez que hemos pasado por una experiencia que nos ha endurecido esa piel: soltar, quitar, eliminar, para diseñar nuestra nueva piel, una radiante, llena de colores, llena de esperanza y más sabia.

 

En la vida, debemos ser como serpientes, mudar de piel cada que sea necesario, sujetarse fuerte a lo que nos ayuda a terminar un proceso, cualquiera que sea, soltar lo viejo, lo dañado y no perder nuestro color, nuestro brillo, encontrar esa nueva piel que será parte de nosotros.

En el camino debemos hacernos más brillantes, adquirir más color, en el camino se aprende, se cambia, se valora, se perdona, se encuentra la paz, se sigue.

Alex Campos: Lic. en Comunicación por la Universidad Del Valle de México. Conductora en diferentes facetas, actualmente presentadora de noticias. Apasionada de la escritura y enamorada del arte de ser mamá. Mamá de Samantha, José Antonio y Rafael.
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