“Mi decisión debe ser respetada”

Por Clara F. Zapata Tarrés

Para cambiar al mundo, hay que cambiar la forma de nacer.

Michel Odent.

Con el lema “Mi decisión debe ser respetada” comienza la SEMANA MUNDIAL DE PARTO RESPETADO”. EN MAYÚSCULAS.

Qué importantes letras retumban y marchan hoy. Es una frase que hace referencia al protagonismo que tenemos de tomar decisiones libremente sobre la manera en que nacen y nacerán nuestros bebés. Qué importante es porque durante décadas y tal vez ya siglos, nos lo habían quitado. En nuestro sueño más inconsciente jamás pensamos que no íbamos a ser las artesanas de nuestro parto. Todas, durante la etapa del embarazo, a veces ingenuas, a veces confiadas, casi siempre creíamos que nuestras expectativas alcanzarían la realidad. Pero cuando llegaron los días del nacimiento, nos refregaban en la cara que el protagonista era el ginecólogo, la enfermera, el residente, el practicante y nosotras nos alejábamos permanentemente, segundo a segundo, de jugar ese papel. Nos hicieron víctimas, infantiles, de un proceso que debió siempre, ser natural y empoderador. Por algo se inventaron frases para cada año, que nos ayudan a reflexionar sobre el día, el gran día, en que conoceríamos al ser del amor incondicional.

Todas las frases y los lemas de los años, desde el 2004, existe un gran esfuerzo por recordarnos que el camino del parto y el nacimiento puede ser consciente, autónomo y libre, en el que los actores reales son la madre y el bebé y se acercan cada vez más a la naturaleza.

¿Qué significa ser protagonista? ¿Qué quiere decir que “Mi decisión debe ser respetada”?

Ser actriz, protagonista del parto es creer en la capacidad individual de HACER lo necesario para producir metas y prácticas específicas. Significa que podemos reflejar esa confianza de EJERCER el control sobre nuestra propia motivación, comportamiento y también nuestro entorno social. Lo contradictorio de todas estas frases, del “creer que puedo hacerlo”, es que nos preparamos muy bien, vamos a cursos, tenemos en mente las metas, pero algo sucede, que al llegar al hospital, se cae todo por la borda. La pregunta gira en torno a cómo podemos devolvernos el poder de parir (sea parto natural o cesárea; el parto en su mirada más amplia) para que sea una experiencia distinta y placentera, sin consecuencias desastrozas para nuestras emociones presentes y futuras.

Los cuerpos son vistos como máquinas, no logramos mirar a la mente y al cuerpo como un todo y en ocasiones pensamos que a mayor tecnología involucrada, más perfecto será el parto. Por otro lado, en este modelo, existe una estandarización en los protocolos, en los indicadores y tratamientos, que privilegian un lenguaje y una práctica de intervenciones continuas y asumidas como “naturales”; naturalizadas más bien…

Es necesario, en estos contextos, ir abriendo brecha para saber que el parto es fisiológico y que sí se puede dejar de intervenir en un ambiente seguro. Habrá que preguntarse desde aquí, quién es el protagonista de qué cosa, quién controla la parte médica y quién la parte fisiológica. En esta arena de conflicto, podemos ir y venir para determinar y reflexionar sobre qué aspectos intervienen durante este momento trascendental en la vida de una persona que se convertirá en madre. Valdrá la pena escuchar sin juzgar, valdrá la pena mirar bailar, pujar o gemir y gritar sin tener “vergüenza ajena” que lleve a la burla o al regaño, a la infantilización; valdrá la pena dejar ser y admirar lo que podemos llegar a ser como mamíferas. Y en casos donde la cesárea sea necesaria, dar el privilegio de que también ahí, en ese espacio, la parturienta se convierta en actriz de su parto, sin ser momificada, anestesiada hasta el desmayo. Ahí también sus brazos desamarrados pueden abrazar su autonomía albergando a su bebé entre sus pechos y pudiendo emprender el papel que la libertad le confirió.

La cultura, el entorno, las experiencias del pasado, la consciencia, las emociones, las redes de apoyo, el equipo médico y otros aspectos más, serán los que nos puedan llevar a tener una mirada compleja del significado del parto. Ahí podremos “hacernos cargo”, sabremos con quién contar, reconstruiremos nuestra confianza, tendremos las herramientas para no depender de otros. Seremos las protagonistas del ambiente, el espacio y el tiempo y tendremos ya la certeza de que nuestra decisión debe ser respetada. Discutamos y reflexionemos durante esta semana qué significa que una decisión sea respetada para darle al parto y nacimiento el honor que se merecen.

Puedes ver también otro texto de NES que puede ayudarte en la práctica:

https://www.nes-mag.com/2018/05/16/quieres-tener-un-parto-respetado/

Clara Zapata

Soy Clara, etnóloga chilena-mexicana. Tengo dos hermosas hijas, Rebeca y María José, con Joel, mi regiomontano amado. La libertad y la justicia son mi motor. Creo plenamente en que la maternidad a través de la lactancia puede crear un mundo más pacífico y equitativo y por eso acompaño a familias que han decidido amamantar. Amo la escritura, la cultura y la educación.

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