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LA ADOPCIÓN DE NIÑOS, NIÑAS Y ADOLESCENTES

beautiful portrait of a little homeless boy

Por Daniela Montes Valdez

Recordemos que la adopción es la restitución del derecho de vivir en familia de los niños, niñas y adolescentes y es por esto que necesitamos como adultos analizar las necesidades que tienen, ya que no solo los bebés o niños pequeños merecen y necesitan el calor y amor de una familia, es por eso la importancia de conocer sobre todos ellos.

¿Sabes qué pasa cuando un chico o chica cumple la mayoría de edad sin familia?

Cuando cumplen su mayoría de edad salen a la realidad pero solos, sin una red de apoyo que les brinde el apoyo para seguirse preparando o un lugar para vivir, si bien se les dan apoyo para conseguir un trabajo sabemos que es importante que cuenten con apoyos no solo económicos sino también emocionales, ya que en su mayoría son menores que pasaron años institucionalizados y si bien cronológicamente son considerados adultos, a nivel emocional aun requieren ese acompañamiento que solo una familia puede brindar.

La realidad en la adopción de niños mayores

Tristemente la mayoría de las familias al buscar realizar una adopción solicitan rangos de edad de menores entre 0 y 5 años como máximo, y los niños mayores de 9 años son los que más batallan para encontrar una familia, y no porque no estén abiertos a tener nuevos padres e integrarse nuevamente a un hogar, sino porque las familias tienen miedo o creen que tendrán más problemas para integrarse que los bebés.

Los niños mayores tienen el mismo deseo de una familia que los más pequeños, por este motivo te invito a reflexionar sobre tu rango de edad si deseas adoptar, si estas en posibilidades de ampliarte y darle la posibilidad a un niño mayor o adolescentes de vivir en familia,

No Estás Sola si quieres saber más del tema acércate, podemos acompañarte en tu proceso y aclarar tus dudas.

Te deseo que todo lo bueno de la vida te abrace y se quede contigo

daniela montes valdez: Soy Educadora, mamá de dos muñecas. Mi sueño desde pequeña siempre fue ser maestra y poder enseñar a los niños con el amor y cariño que yo recibí. Tuve la fortuna de ser mamá biológica poco después de casarme. Pero al tener problemas en el parto, fuimos postergando la venida de otro bebé. Cuando nos sentíamos listos empecé con mi esposo esa búsqueda por otro miembro de la familia, sin embargo la vida tenía planes distintos a los nuestros. Tuvimos que enfrentar la realidad de que yo ya no podía ser mamá biológica de nuevo. Nos sumergimos en el proceso de adopción y por fin llegó mi milagro, mi segunda hija. Por eso busco seguir aprendiendo para poder ayudar a mi familia y a todos quienes quieren aprender de esta otra forma de hacer familia.
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