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Ver el vaso medio lleno

Por Laura Prieto

Todo depende del cristal con que se mire y en esta cuarentena que no se acaba, algunas ya hemos querido tirar la toalla con tantas responsabilidades acumuladas: trabajo, casa, clases en línea, cuídate del virus, desinfecta todo. Pero, somos súper mamás, súper mujeres que podemos con todo.

Hay días que despierto cantando y haciendo un desayuno muy elaborado, otros apenas puedo hacer un cereal. Es cansancio, físico y mental, pero, dentro de todo esto, he decidido ver el vaso medio lleno.

No puedo hablar en general, se que la tragedia ha tocado a muchas familias, sé que ha sido un año de muchos retos para todos, pero estoy segura que en los pequeños detalles podemos encontrar la paz.

En vez de ver trastes sucios que no se terminan, agradezco que tuvimos una copiosa comida. La ropa por lavar es que no nos falta abrigo y al ver que los pantalones les quedan cortos a mis hijos, en lugar de pensar en el gasto de comprar nuevas tallas, mejor pienso en que están creciendo.

Las risas de mis hijos al final de un día pesado, en el que quiero descansar, es la melodía de que están creciendo con salud y felices a pesar del encierro. Lavar las frutas y verduras, toda la despensa, es que nada nos faltará en la mesa.

Decido ver el vaso medio lleno. Estar encerrada, es tener un techo sobre mi cabeza, despertar cada día, respirar, ¡hazlo! Inhala profundamente cada mañana, verás como cada parte de tu cuerpo se revitaliza y te sientes más viva. Estamos en tiempos difíciles, necesitamos ver lo bueno en cada detalle.

Una llamada de quien quieres, quizá mamá, papá, tú mejor amiga. Saber que está cada quien en su trinchera, pero que estamos bien, y todos los días saber que esto pronto pasará.

Y por supuesto, la gratitud nos hace ayudar. Si en tu vida tienes qué compartir, y alguien necesita tu ayuda, ni dudes en dársela. Tengo amigas que han perdidos sus empleos pero deciden empezar el negocio que siempre quisieron, y les compro. Si tienes algo que ofrecer, ayuda, esto llena el corazón.

Mientras estemos aquí el vaso está medio lleno. No estás sola

Laura Prieto: Nací en Saltillo, Coahuila hace 32 años. La vida me llevó a aprender a tatuar, complementé mi aprendizaje estudiando artes gráficas y haciendo toda cosa creativa que llegara a mí. Ahora soy madre, esposa, llevo 14 años en el mundo del tatuaje y sigo feliz y encantada de trabajar en lo que estoy.
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