¿Lactancia VS Fórmula?

Por Clara F. Zapata Tarrés

Seré breve.

Cada año, en los preludios de la Semana Mundial de Lactancia Materna, salen del horno casualmente, muchos textos, testimonios, experiencias y narrativas, artículos periodísticos referentes a las no tan bondades de la leche humana y la relación que genera el amamantamiento y recomienza y repite el juicio y el prejuicio anual.

Quisiera puntualizar que efectivamente, amamantar es una decisión. Sin embargo, cuando esta decisión está mediada por la desinformación, el juicio y prejuicio, la culpa o incluso y aún más importante, la publicidad astuta, suele en realidad, no ser una decisión real y autónoma, en libertad.

Así que, las personas que nos dedicamos a promover, difundir y proteger la lactancia, lo hacemos desde un espacio enteramente reflexivo y nos comprometemos hasta el final. No somos las locas que a toda costa queremos obligar a nadie a amamantar. Más bien, acompañamos y decidimos de qué lado de la cancha estaremos.

Las personas que nos dedicamos a acompañar en estos caminos apoyamos a:

-Familias que se quieren informar desde el embarazo

-Familias diversas

-Madres que trabajan en su casa

-Madres que trabajan fuera de casa

-Madres solteras

-Madres que complementan con fórmula y desean tener una lactancia exclusiva o no

-Madres con hipoplasia, con pechos grandes, pequeños, suaves, duros…

-Madres con un solo pecho

-Madres, padres, abuelas, abuelos, tías, tíos y amigos/as

-Cuidadores, personal de guarderías…

-Enfermeras/os, médicos, personal de salud, doulas, parteras, …

-Toda persona que quiera tener información.

-Madres recién paridas o en cualquier etapa de su lactancia. Desde el día 0 en adelante.

-Madres que desean relactar y que lo han decidido.

-Madres que necesitan la fórmula para sus bebés, como un medicamento, no un complemento.

Lo que NO hacemos es:

-Violar el Código de Comercialización de Sucedáneos de la Leche Materna.

-Caer en la trampa de las grandes compañías de fórmula que plantean que efectivamente hay una guerra entre madres y que en cada oportunidad intentan convencer de ello haciendo que la culpa y el prejuicio sean el espejo.

-Ser “influencers” buena onda que te “dan permiso” y que promueven infinidad de productos que suelen complicar o poner obstáculos.

-Creer que los componentes de las fórmulas son “mejores” que los de la leche humana, como en diversas ocasiones se plantea en cada publicidad engañosa.

-Creer que porque complementas con sucedáneos vas a tener una mejor maternidad y volverás a ser “la mujer de antes”. La maternidad cambia la vida. Amamantes o no.

-Malinformar y dejar el mensaje de que amamantar es lo mejor. Amamantar es la manera natural de alimentar a un cachorro humano y de cualquier especie mamífera. No es lo mejor.

Si te has informado, si has analizado con conciencia, si has pedido ayuda, si has logrado que en tu familia se respete, si has logrado que tu red de apoyo se fortalezca, si has preguntado en tu trabajo desde antes de parir sobre las condiciones en que regresarás y sobre los derechos que tienes, si has platicado con el personal de la guardería que cuidará a tu bebé, si has asistido a los grupos de apoyo de lactancia; si sabes con certeza que llamar a una persona que te ayude en los primeros días puede marcar la diferencia; si estás consciente de que cada vez que miras un anuncio de biberones postmodernos, caros, baratos, chupones con figuras, formas y colores; fórmulas lácteas superpoderosas, podrías estar evitando caer en la trampa… Entonces ahí sí, tu decisión es informada y clara. Y por lo tanto, en realidad, no tendría por qué existir el juicio, el prejuicio y la culpa y nadie, absolutamente nadie tendría que influir en tu decisión y en el camino que estás eligiendo. Y en consecuencia, no tendrías que echarle la culpa ni a la madre que está junto a ti por “presionarte”; ni a tu pareja, ni a tu mamá, ni al médico, ni a la asesora de lactancia, ni a la sociedad…

Mientras no tengamos un acompañamiento real, mientras este no sea un tema de salud pública, dirigido desde el Estado; mientras se siga promoviendo entre personal de salud y hospitales la leche artificial y nos dejen unas cuantas muestras para engancharnos con niditos, pajaritos, búhos y ositos de colores pastel y promesas de bebés genios, siempre en conflictos de interés; mientras no se respete el Código de Comercialización de Sucedáneos de la Leche Materna, mientras no tengamos los espacios necesarios físicos y solidarios en nuestros lugares de trabajo (mi lista podría ser bastante infinita…); mientras esta mirada, este lente, este foco no esté apuntando hacia el apoyo a la lactancia y mientras se disfrace de oveja al lobo, probablemente, la decisión, la elección, sea más complicada de tomar.

Aquí no juzgamos a nadie. Aquí defendemos y protegemos toda lactancia decidida. Y cómo afirma el lema de la Semana Mundial de Lactancia 2021: “Proteger la lactancia es un compromiso de todas y todos”.

Clara Zapata

Soy Clara, etnóloga chilena-mexicana. Tengo dos hermosas hijas, Rebeca y María José, con Joel, mi regiomontano amado. La libertad y la justicia son mi motor. Creo plenamente en que la maternidad a través de la lactancia puede crear un mundo más pacífico y equitativo y por eso acompaño a familias que han decidido amamantar. Amo la escritura, la cultura y la educación.

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