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Dar

Por Anspac

Pasó la navidad y el espíritu de estos días nos hace detener un poco nuestro ritmo tan acelerado y casi como por acto de magia recordamos lo importante que es dar, compartir.

Tal vez podríamos esforzarnos más para que este espíritu esté con nosotros todo el año. Pero ¿Qué es generosidad? ¿Es dar limosna a un niño de la calle? ¿Es invertir mi tiempo en obras de caridad? Sí. Definitivamente eso es generosidad, pero también es escuchar al amigo; llevarle un vaso de agua al hermano; generosidad es pensar y actuar hacia los demás, hacia fuera, no hacia adentro.

Es increíble y lo ideal sería que todo el mundo nos diéramos cuenta de esto, que las personas más felices son aquellas que todo lo dan, aquellos que se dan a los demás, sin importar quién sea. Dar nos hace sentir siempre un soplo de gozo en el pecho, una ligera y extraña alegría por el otro. Y es que es muy cierto eso de que al que todo lo da, nada le falta, pero, sobre todo: es feliz, está lleno por dentro. Nunca le escucharemos decir a una persona que dedica su vida a ayudar a los demás que se siente vacío. Quizá se debe a que nos llenamos cuando damos: alegría, palabras de cariño, de cercanía, ayuda, disposición; y nos vaciamos cuando retenemos: amor, cariño, generosidad, gestos amables, ayuda.

A dar, aunque no sea temporada

Siempre que damos también generamos un movimiento a través del cual seremos recompensados tarde o temprano, pero lo bonito de ese movimiento es que no es inmediato. Es un hago esto y sucede esto otro, y esto otro que está por suceder no sabemos lo que vaya a ser, ni por dónde llegará, sólo hay que tener la certeza de que va a llegar. No significa que debemos quedarnos esperando a que la recompensa llegue, ya que para que ese dar que sea legítimo, debe ser un acto de desapegarse, desprenderse, es decir, dar sin esperar nada a cambio.

Para que podamos dar de una forma desinteresada y plena primero debemos estar bien con nosotros mismos, sentirnos plenos, de lo contrario, ese acto de dar no tendrá mucha calidad y ni siquiera será percibido por los demás. Si no eres capaz de entregarte a la hora de dar, no serás muy capaz de disfrutar dando a los demás.

Y como dicen por ahí: Cuando ayudes a alguien, hazlo dando gracias, pues la vida te ha puesto del lado del que da y no en el lugar del que necesita ayuda.

8 requisitos indispensables para que el dar sea verdadero

  1. Da con alegría y de buen modo, aunque te sientas mal
  2. Regala algo que sea valioso para tí y no lo que te sobra
  3. Da tu tiempo escuchando con atención lo que otros tengan que decirte, aunque tengas otras cosas que hacer o no te interese mucho lo que dicen
  4. Preocúpate de las necesidades de los demás, más que de las tuyas
  5. Da lo mejor de ti ante las necesidades de los demás
  6. Ayuda sin que nadie te lo pida
  7. Comparte tu tiempo ayudando, aunque tengas que dejar de hacer otras cosas
  8. Haz algo cada día por el bien de los demás, buscando la manera mejor y más eficaz de hacerlo.
Asociacion Nacional Pro Superacion Personal A.C.:
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