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El cuerpo, ¿espejo del alma?

Por Dona Wiseman

Hemos leído y escuchado hace ya años que “cada emoción no escuchada deja una marca en el cuerpo” y que “el cuerpo es el espejo del alma”.  Hay muchas corrientes que pasan por terapéuticas que nos venden estas ideas como absolutas.  Nos dicen que la insatisfacción nos provocará dolor de cabeza, que la ira nos dará gastritis, que el miedo nos estreñirá, que no decir “no” causará problemas de estómago, que problemas en las relaciones interpersonales se manifestarán en dermatitis, que el resentimiento resultará en cáncer, y así. Nos han dicho vez tras vez que si no expresamos lo que sentimos, nos enfermaremos.  Hay una parte de esto que puede ser real, pero cualquier situación de salud (cualquier situación en general) es un fenómeno multi-causal y multi-factorial.  El antiguo paradigma de causa-efecto está cediendo su lugar, a empujones y con mucha resistencia, a un nuevo paradigma que no solo toma en cuenta los variados factores en lo que nos sucede, sino que también toma en cuenta que cada individuo manifestará un conjunto de circunstancias de manera individual y que existe, para complicar las cosas aún más, el azar.

Entonces, no puedo decir que me duele la garganta porque no dije algo, sin haber contemplado, cuestionado y trabajado (quizás hasta en terapia) aquello que me está sucediendo.  Hay sinfín de listas de estas declaraciones.  “Si tienes problemas de rodillas es por tener una personalidad inflexible.”  Mientras pudiera ser cierto, es muy importante que yo haga un trabajo completo para discernir qué me está pasando a mí como individuo, con mis rodillas en particular.

Podemos tomar como ejemplo un aumento de peso.  De inmediato conocemos la sugerencia que dice que un aumento de peso indica que nos estamos protegiendo del mundo exterior.  En días recientes leí la sugerencia que tiene que ver con una falta de expresión de la propia creatividad.  ¡Ah!  Si he aumentado unos kilos, podré preguntarme cómo es mi relación con los temas mencionados en distintos libros y escritos y teorías para ver qué me hace sentido (seguramente será lo más incómodo y difícil y no aquello que se me hace lógico y cómodo y que me sirve de excusa para seguir aumentando de peso). Seguramente no será aquello que me permite decir, “Ya ven, yo no puedo bajar de peso por X y Y razones.” Entonces yo decido si entrarle a los temas complicadas de mi vida, o sacarles la vuelta.  O igual me daré cuenta que una gripa es una gripa y no tiene mayor significado psicológico.

Recuerdo a una maestra que dijo, algo enojada, si bien recuerdo, “Y un día quiero enfermar y morir como Dios manda, sin que digan que fue porque no hice mi trabajo personal terapéutico.”  Nuestras personalidades y estructuras serán siempre más o menos susceptibles a ciertas condiciones de salud.  Somos seres humanos y nuestra condición física es vulnerable y algo frágil. Eso es normal.  Pero no hay absolutos.  Por favor, hagamos nuestro propio trabajo y no compremos ideas envasadas.

Dona Wiseman: Psicoterapeuta, poeta, traductora y actriz. Maestra de inglés por casualidad del destino. Poeta como resultado del proceso personal que libera al ser. Madre de 4, abuela de 5. La vida sigue.
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