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Ciclos de confort

Por Elizabeth García Luna

Todos tenemos una zona de confort. Ese lugar emocional donde estamos plácidamente inmóviles, sin tomar acciones, lamentándonos de nuestra incapacidad de hacer algo.  Es difícil salirse de ahí. En mi profesión he notado que  cuando queremos bajar de peso, a veces entramos en lo que yo llamo un “Ciclo de Confort”.

¿A qué me refiero con esto? A que muchos de mis pacientes (yo incluida) a veces repetimos patrones negativos adquiridos a través de los años, cuando es hora de, por ejemplo, comer sanamente todos los días.

Es fácil justificar estos patrones con excusas, que nos ayudan a continuar dentro del ciclo.Si identificamos un patrón dañino en nosotros y aun así lo seguimos excusando, no hacemos más que fortalecerlo. Pero si a la hora de verbalizar esa excusa la sustituimos por un pensamiento positivo, hacer cambios en nuestra alimentación comienza a ser más fácil.

Como nutrióloga sé que una dieta no funciona igual para todos. Cada quien tiene su propio ritmo. En este artículo me gustaría ayudarte a identificar esas excusas y cambiarlas, para ir rompiendo tus ciclos de confort. Cada que te escuches a ti misma decirlas, respira, trata de estar consicente de lo que estás haciendo, y tranquilamente cámbialas por un pensamiento positivo. Dales “la vuelta”.  Intenta transformar un: “Me puedo consentir un poco con este pedazo de pastel” por un “me voy a consentir con esta manzana con crema de almendra”. Con ese simple gesto ya ganamos la mitad de la batalla.

Estas son algunas de las excusas más comunes que he escuchado:

  1. Comí bien hoy, así que me puedo consentir un poco.
  2. No puedo divertirme o salir a cenar si no como o tomo lo mismo que todos.
  3. No tengo nada que hacer o estoy aburrida.
  4. Un antojo va a aligerar mi día.
  5. Tuve un día horrible y necesito consentirme.
  6. Mañana lo hare mejor.
  7. No quiero desperdiciar comida o tirar lo que dejan los niños.
  8. Una mordida no afecta en nada.
  9. Todos están comiéndolo.
  10. Nadie se va a dar cuenta.
  11. Es una ocasión especial
  12. No quiero ofender a nadie por no comerlo.
  13. Esta comida no es tan dañina.
  14. Hay cosas peores.
  15. Una vez al año, no hace daño.

 

¿Con cuales te identificas?  Yo solía esconderme en el 1, 6, 8 y el 11.  No pasa nada si se identifican con muchos o con pocos. Lo más importante es reconocerlos. Recuerda que al identificarlos, comenzamos a cambiar.

Hay momentos que hacen que estos Ciclos de Confort despierten, como si fueran un monstruo dormido. Cuando estoy cansado o cuando estoy triste o enojado. Por esto es importante tener un Plan B pensado con anticipación. Si te auto analizas te sorprenderás que estos ciclos son recurrentes y la mayoría de las veces entramos en ellos sin darnos cuenta.

Por ejemplo: si estas en la cena navideña y te das cuenta que no dejas de picar o de comer, aún cuando ya ni hambre tienes. Y piensas: “no pasa nada, es una ocasión especial y todos los están haciendo”. ¿Qué tal si mejor haces una pausa, te sales tantito de la fiesta, tomas un poco de aire y regresas pensando “puedo divertirme igual sin comer de más”? . Es muy sano darte un respiro, estar presente y –en lugar de martirizarte- darle una vuelta a la excusa negativa. Vas a notar que ese simple gesto te ayudara  poco a poco a tomar el control de la situación.

El tener un plan B listo también puede ser de gran ayuda. Cuando tu hijo hace un berrinche, ¿que haces? Seguro tienes un “truco” que lo neutraliza. Cada mamá sabe qué funciona mejor con sus hijos y muchas veces esto lo van descubriendo a prueba y error, pero todas las mamas tienen una forma de como distraerlos cuando es necesario. Ese mismo truco puede funcionar con nosotros. Tengan un plan de acción para cada patrón. Vas a notar que esa excusa cada vez va a ir perdiendo fuerza y poco a poco será menos real.

Identificar y reemplazar es un muy buen paso para romper Ciclos de Confort. Poco a poco vas a empezar a notar que tienes más control sobre tus patrones negativos. Así en lugar de fortalecer esas excusas, al final solo te vas a fortalecer tú.

Elizabeth García: Soy licenciada en Salud Publica y Nutrición desde hace 11 años con consultorios en Saltillo y Monterrey. Toda la vida he estado enamorada de la nutrición, y cada día me convenzo más de que una alimentación saludable puede cambiar tu vida entera.
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