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Desván temprano

Por Dona Wiseman

Ayer me autocalifiqué como rústica.  Esta mañana falleció mi madrastra, quien había sido esposa de mi padre por algo así como 56 años.

Me acuerdo que en algún momento alguien le preguntó a ella en qué estilo había decorado su casa.  Vivian era cómoda en su estilo.  Se fue refinando con los años y con las opciones económicas y seguramente con su consciencia de sí misma.  En ese momento su casa era una colección de “lo que se podía” con tintes a “quiero este estilo pero aún no llego”.  Su respuesta a la pregunta fue una obra de arte que se volvió una filosofía de vida para mí.  Dijo, “Desván temprano.”  Para mí eso describe a la perfección un estilo en que las piezas tienen un sinfín de orígenes y edades, de colores, texturas y presencias.

Ayer me autocalifiqué como rústica.  Cuando hablamos de algo rústico, nos referimos a una falta de sofisticación, a algo que usa elementos naturales en su desarrollo.  También puede ser algo rudo, burdo o torpe.  En la música el término “rústico” se aplica para nombrar el estilo más básico y simple de género.  Entre sus sinónimos está el concepto “ordinario”, como opuesto a culto y refinado.

Me gustaría pensar que realmente soy rústica.  Me gustaría pensarme tan desarrollada.  Recordando a Vivian me doy cuenta que apliqué el término a un estilo de vida que se acoge a una elegancia propia, a un estilo de vida en donde las cosas recobran significado de una manera insospechada y poco común, a una manera de habitar el espacio en su totalidad y sin titubear, a una apreciación por cosas no ordinarias (o más bien demasiado ordinarias).  Mi espacio de vida me hace feliz, así como el espacio de ella la hacía feliz.

Ayer, en un momento me di cuenta que he descuidado un poco lo rústico en mí.  En la polaridad ordinario-extraordinario me perdí un poco.  Vivian llega a mi memoria para recordarme lo poco ordinario que es la ordinareidad (y el poco contacto que tengo con lo ordinario a veces), lo realmente especial que es apelar a la propia naturaleza, la elegancia que existe en lo básico y lo simple.

Ella vuelve a casa, y yo también.

Dona Wiseman: Psicoterapeuta, poeta, traductora y actriz. Maestra de inglés por casualidad del destino. Poeta como resultado del proceso personal que libera al ser. Madre de 4, abuela de 5. La vida sigue.
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