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DÍA DEL MÉDICO EN TIEMPOS DE PANDEMIA

Por Dra. Daniella Monarez

Hace unos días se conmemoró el día del médico, que de haber sido cualquier otro año o cualquier otra época habría sido un día de fiesta, convivios,  rifas, desayunos y cenas bailes entre otras cosas en el gremio médico. Este año no. Ese día tuvo un olor y sabor diferente, en definitiva no fue un buen día para festejar.

Escribo esta columna mientras escucho mi sesión “Monday night” de asuntos cardiovasculares, y con un ojo en el gato y otro en el garabato literal es cuando hago conciencia de lo que ha sido este año y de todos los cambios que hemos vivido. Algunos tan increíbles como lo es haber vivido el fin de los congresos médicos presenciales, esos en donde podíamos abrazar a nuestros amigos hermanos colegas de otras partes del mundo. Claro que de todos los males del 2020, este es de los menores (creo).

Y así es como una vez más, pido a la población en general a detenernos a hacer conciencia de lo que hemos ganado y perdido durante la pandemia actual haciendo énfasis en el día del médico que tuvimos hace una semana.

¿Qué somos los médicos sin pacientes? ¿En que nos hemos convertido con tanto paciente que hemos perdido? ¿Qué va a ser de nosotros si cada día despedimos a más y más doctores? ¿Quién ganará ésta guerra COVID VS todos? ¿Qué estamos haciendo bien y qué estamos haciendo mal? ¿De quién es la culpa, del IMSS, del gobierno, de los chinos o de las carnes asadas? ¿Será que Dios está furioso con la humanidad? Estas y un millón de preguntas inundan mi cabeza 24/7.

El 23 de Octubre pasado debimos haber honrado a los trabajadores de salud (incluidos camilleros, guardias de seguridad, intendentes, radiólogos, personal de triage, químicos, enfermeros, trabajadores sociales y cualquier otra persona involucrada en la cadena de bienestar) que enterramos en ese que hoy llamamos campo de batalla, pero que antes lo conocíamos como hospital. A ellos no debimos perderlos. Entiendo que a nadie, sin embargo mis colegas perdieron la vida en aras de su vocación de servicio y amor por el prójimo, y si queremos que su intento por salvar otras vidas no quede en vano, hagamos lo posible por no contagiarnos y a su vez cuidarnos los unos a los otros.  

Esto va para las personas que tienen alguna responsabilidad social mayor, como lo son los directivos de colegios que presionan a las autoridades para regresar a las aulas y cobrar colegiaturas completas, o aquel restaurantero que no le importa tener algunas mesas extras. Pero también va para los adultos que somos cabezas de familia, mamás desesperadas por festejar cumpleaños en caravanas, compadres en carnes asadas, etc.

Médicos de todo el mundo al borde del burn out, cansados de ese traje de astronauta en el que suda cada centímetro del cuerpo, fatigados de estar lejos de seres queridos por protegerlos, de estar debajo de la regadera 3 veces por día o de leer nuevas guías de manejo solo para corroborar que siempre regresamos al mismo punto. Y sobre todo, cada vez más enojados con la población que se infecta por salir de casa con el único fundamento de no saber qué hacer con tanto “tiempo libre”.

Si te quedó la bota, te doy una idea: Medita, reflexiona, analiza, ora, calla, escucha, siente, lee, conoce, en pocas palabras, ELEVA CONCIENCIA y conviértete en mejor ser humano al cuidarnos a todos, tú incluido. Y probablemente así, el año que viene podremos festejar el día del médico a lo grande. NES

Daniella Monárez: Soy médico general y desde hace un año y medio inicié mi travesía en la residencia para la especialidad de Anestesiología, la que se ha convertido mi más grande pasión. Volví a nacer cuando me convertí en madre de una hermosa niña. Fanática del béisbol, amante de las ofertas y las ventas de segunda. Ando por la vida sin equipo de protección y me encantaría tener la condición necesaria para ser toda una biker. Feliz de respirar, honro cada uno de los días que he vivido y agradezco a Dios que me permita seguir intercambiando oxígeno (qué sería de un doctor sin su frase rimbombante).
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