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ÁNGEL IMPREVISIBLE

Me han avisado que La Muerte llegó de nuevo.

Por Dona Wiseman

Me han avisado que La Muerte llegó de nuevo. Ángel imprevisible que a veces no anuncia su cercanía por medio de la edad o de alguna condición. Sorprende y no ofrece explicación alguna. Yo creo firmemente que La Vida es un continuum que no tiene principio ni fin, y que no tiene por antítesis la muerte. Creo que la muerte (así, con minúsculas) es el final del viaje que comenzamos al ser concebidos.

No presumo ninguna autoridad para declararlo, pero contemplo que el tramo que va desde la concepción hasta la muerte física es solo una parte de una Vida más compleja y extensa y eterna. Las leyes de la física nos indican que la energía no se crea ni se destruye. Desde allí alcanzo la percepción de que La Vida sigue según las condiciones del lugar, si se le puede llamar así, a dónde pasa quien sale de la vida como la conocemos hoy. Tampoco sabemos cómo ni de dónde llegamos en realidad.

Han fallecido un niño y su padre, llevados por un río.  Ellos serán recibidos en el siguiente mundo, mundo al que los encaminaremos a nuestra manera; con rezos, ritos, en reuniones familiares y a solas con nuestro sentir.  Ahora es momento de procesar el dolor, la frustración, la preocupación, la culpa; toda la gama de emociones y de cuestionamientos que surgen y que son reales y naturales.  

Es importante dejarnos sentir y dar espacio al sentir de todos.  Discernir y expresar.  Cuando menos internamente darle nombre y apellido y reconocimiento a todo lo que sentimos.  Es válido, y necesario, promover todo tipo de acompañamiento y expresión de necesidades.  Es tiempo de llorar nuestros muertos. Tal vez tendremos después la necesidad de recordar, de celebrar las vidas que se han ido a seguir en otro espacio y a las que se quedan aquí.  Será otro tiempo de recordar, festejar y acompañarnos.  

Hay poco consuelo, si es que hay consuelo alguno.  Hoy toca vivir el dolor, la frustración. Pidamos ayuda. Acompañémonos. La Muerte es figura constante en cada vida y en el continuum que es La Vida. La muerte (así con minúsculas) es un paso que nos lleva de un plano de vida al que sigue.  No puedo evitar pensar que la muerte y la vida (con minúsculas) y La Muerte y La Vida (con mayúsculas) han estado muy presentes en nuestra consciencia en los últimos 100 días. 

En cada paso que hemos dado parece que estos conceptos se resignifican y se reacomodan.  También nosotras nos hemos redefinido dentro de un proceso que ha sido implacable y poco piadoso.  No hay razones, o cuando menos ninguna que podamos entender ahora.  Tengo fe en que entre la causalidad y lo Divino, lo que opera más allá de nosotras, existen esas razones, o tal vez explicaciones, que hoy nos harían falta, aunque posiblemente tampoco nos aligerarían el andar.  Algún día sabremos.

Por ahora pido que el Ángel de La Muerte nos acoja con amor y desde donde estoy y con lo que tengo nos abrazo.

Dona Wiseman: Psicoterapeuta, poeta, traductora y actriz. Maestra de inglés por casualidad del destino. Poeta como resultado del proceso personal que libera al ser. Madre de 4, abuela de 5. La vida sigue.
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