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HABLEMOS DE MODA

Por Cynthia Salas

Mi camino y pasión por la moda empezó desde muy chica, recuerdo que desde una edad corta comencé a ver muchas revistas de moda, mis hermanas las compraban y yo ¡las devoraba! Pasaba horas viendo las fotografías, los textos perfectamente ordenados y las tipografías de siempre. Al final siempre recortaba lo que me gustaba y lo pegaba por todas partes, pared, cuadernos, carpetas.

Conforme fui creciendo pasé a comprar las revistas yo misma y elegir algunas con mejor contenido hasta que hoy en día todavía tengo una colección de “Vogue” y “Harpers Bazaar” que me da mucha nostalgia abandonar. Todavía de vez en cuando regreso a hojear algunas y puedo encontrar a 3/4 de la revista, las fotografías a página completa muy características de este formato.

A esta parte se le llama Editorial de Moda, una serie de fotos que según el editor deberían contar una historia, pero terminan siendo tan exageradamente producidas, retratadas en lugares paradisíacos, con modelos perfectas y ropa de ensueño que difícilmente podemos decir que cuentan una historia normal. Como la famosísima de Richard Avedon y la mujer en su Dior Haute Couture, posando tranquilamente junto a dos elefantes. O la increíble “City of angels” de Peter Lindbergh y la mujer en traje perfectamente blanco de Helmut Lang y unas enormes alas de ángel literalmente, caminando por la ciudad de Nueva York.

Pero a fin de cuentas, eso ha sido siempre la moda ¿no? Un escape, un sueño sobre lo que quiero tener y cómo me quiero ver. Ha sido siempre un gusto muy personal, un gasto muy mío, una oportunidad de crearme y reinventarme a diario, de sentirme guapa, sexy, profesional o muy cómoda, según quiera ese día.

La moda ha significado el comprarme las botas en las que llevo días pensando y aunque me arrepienta luego: Hoy me merecía este gasto”. Un ahorrar por meses para la bolsa de mis sueños. Un vestido rojo que nunca he usado, ni se cuándo usaré pero verlo colgado en mi clóset me gusta. Un guardar los jeans de cuando era más joven y más flaca porque algún día volveré a usarlos. Un suéter deslavado y un poco roto pero que en cualquier día lluvioso me abriga. Un vestido de novia guardado por años, porque “¿cómo podría deshacerme de el?”. Un blazer que ha pasado ya de moda pero lo guardo porque me recuerda un momento especial en mi vida. Y hasta un abrigo de piel que ha pasado de generación en generación.

Y aunque ya no se compren muchas revistas, aunque la publicidad y nuestra manera de consumir haya cambiado, quiero que en esta columna hablemos de moda y “cosas por el estilo”. Que platiquemos sobre las prendas que hacen nuestro día a día, sobre la ropa, los zapatos, los abrigos. Que recordemos lo vintage pero también conozcamos las tendencias, que nos abramos a lo second hand y también a los nuevos diseñadores. Que hablemos sobre lo que nos queda y lo que no y ¡cómo hacer que sí nos quede! De lo que puedo usar aquí y allá, de las reglas que amo romper y de encontrar mi propio estilo.

Porque al final no se trata de uniformarnos todas sino de conocer y adornar nuestro cuerpo sin rechazarlo, de disfrutar el momento de vestirnos sin estresarnos y de la maravillosa oportunidad que es arriesgarse y reinventarse cada día ¡como un camaleón! pero más fashion.

Cynthia Salas: Estudié Diseño y Negocios de la Moda en CEDIM Monterrey, N.L. Me he preparado en Imagen Personal y Empresarial en diversos cursos y diplomados pero sobre todo en 9 años de práctica, asesorando a mujeres de todas las edades a conocer su estilo, aceptar su cuerpo y proyectar lo mejor de ellas mismas a través de su imagen. En mis redes sociales escribo sobre moda, compartiendo tips de imagen y estilo para mujeres reales. Los últimos 4 años los he dedicado también a la mercadotecnia, publicidad y redes sociales de negocios y empresas. Este 2020 mi enfoque ha estado en mujeres emprendedoras asesorándolas para potenciar su imagen y la de sus negocios a través de crear su marca personal.
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