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¿Cómo elijo un pediatra que apoye la lactancia?

Por Clara F. Zapata Tarrés

Casi siempre elegimos a un ginecólogo/a especial para el embarazo. Nos esmeramos mucho en ello. Alguien que nos de confianza y resuelva todas nuestras dudas. El pediatra queda un poco en segundo lugar porque probablemente la idea de esta figura queda un poco lejana porque aún no nace nuestro bebé. El futuro nos espera y parece lejano.

Es complicado. Tiene que ver con la manera en que queremos criar a nuestro bebé, la posibilidad de tener un parto natural o no, si queremos amamantar o no, etc. Esta figura, entonces es muy importante porque trataremos con ella durante varios años. A la hora de parir, en los hospitales privados, el ginecólogo en general tiene un equipo ya elegido y asignado para ti y tu familia. En los hospitales públicos es más complicado aún pues en realidad una no puede escoger.

Y entonces, ¿Cómo elegirlo?

Es importante que tenga conocimiento de su área, esté actualizada y tome cursos que favorezcan la salud pediátrica. En este aspecto, en la carrera universitaria es difícil encontrar que existan materias relacionadas con la lactancia. Un/a pediatra tiene que tener ese interés y responsabilidad. Se tiene que capacitar (¡Y no precisamente con personal de empresas fabricantes de fórmulas!).

Una parte que también es primordial es que se actualice en Habilidades de Comunicación. Un pediatra que atiende en 15 minutos, que sólo hace preguntas y no escucha, te da la receta y te despide, no podría ser alguien que priorice la comunicación y la empatía en su práctica. Escuchar a la madre y sus expectativas es esencial porque así el pediatra puede conocer mejor sus deseos y en este sentido, apoyarla en sus decisiones.

Tenemos, sin pena, que revisar su cédula profesional y ver que se actualicen por lo menos cada 5 años; revisar si pertenece a alguna Academia de Pediatría. A la par del personal médico, también es importante decidir en qué lugar tendrás a tu bebé. Cada espacio hospitalario tiene ciertas características y protocolos que necesitan ser evaluados para tomar esta decisión de vida.

Una parte esencial, si tu deseo es amamantar, es que el/la pediatra sea asesor/a de lactancia por un organismo reconocido, avalado y autoridad en el tema de la lactancia. Asimismo, necesita estar preparado en partos en el que se privilegie el apego inmediato (a la primera hora de nacimiento), el corte tardío de cordón, el contacto piel con piel, la libre demanda, el alojamiento conjunto (que no lo lleven a los cuneros), que el baño no sea la prioridad, y que se informe, conozca y se capacite sobre el Código de Comercialización de Sucedáneos de la Leche Materna para que no tenga conflictos de interés, etc. Si no cumple con todas estos requisitos, será honesto y humilde y podrá referirte con alguien que sí conozca del tema y pueda ayudarte en caso de dificultades.

Otro tema es su conocimiento de la compatibilidad de medicamentos. Aunque hayas tenido una cesárea o algún problema en el parto que necesite de medicamentos específicos, tu pediatra sabrá que puede consultar www.e-lactancia.org para verificar que puedes continuar con tu lactancia o bien cambiar los medicamentos por unos que sí sean compatibles. La mayoría de ellos lo son.

Sabrá también, que la leche materna se da de manera exclusiva durante 6 meses y estará informado con las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud, en dónde se establece que podrás continuar hasta los dos años o hasta que tú y tu bebé lo decidan. No te dirá que tu leche se ha convertido en agua, o que por ejemplo le puedes dar agua con miel entre toma y toma… Tampoco te dirá que amamantar causa caries o problemas psicológicos…

Amamantar es un aprendizaje. Los bebés en general tienen muchos reflejos y hay que dejarlos que los pongan en marcha, sin tanta intervención. Sin embargo, los seres humanos no necesariamente tenemos estas habilidades innatas desarrolladas porque tenemos toda una cosmovisión, cultura y una serie de elementos que nos marcan (como los miles de mitos que hemos experimentado y escuchado). Así, asistir a grupos de apoyo tanto para escuchar, realizar preguntas pero más importante aún, mirar cómo amamantan otras personas, sin duda es una de las formas más eficaces para “aprender” este bello arte. Vamos con ello, poco a poco recuperando nuestra esencia mamífera y la lactancia se vuelve natural. Hay pediatras que asisten a grupos de apoyo para aprender más del tema y de cómo la lactancia no necesariamente es una práctica privada, solitaria; al contrario, para darse cuenta que amamantar se aprende en comunidad.

Con todo esto, podrás conocer más a fondo tus necesidades, lo que deseas para tu familia y ya en el nacimiento, conocer las necesidades de tu bebé, mirándolo, oliéndolo, arrullándolo… Cada bebé es distinto. Y tú eres la mejor madre para tu bebé. Elige un equipo médico en base a tus necesidades y no en base a las necesidades de otros. La decisión es tuya, sólo tuya.

Clara Zapata: Soy Clara, etnóloga chilena-mexicana. Tengo dos hermosas hijas, Rebeca y María José, con Joel, mi regiomontano amado. La libertad y la justicia son mi motor. Creo plenamente en que la maternidad a través de la lactancia puede crear un mundo más pacífico y equitativo y por eso acompaño a familias que han decidido amamantar. Amo la escritura, la cultura y la educación.
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