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¿Por qué mi hijo es gordito?

Por Daniella Monarez

Para muchos la palabra México significa sabor, color y olor. Nuestra gastronomía es famosa por sus deliciosos sabores, basta con mencionar la palabra mole, pozole, flautitas, horchata, Jamaica, dulce de leche, en fin, jamás terminaría.

Sin embargo, existe un lado obscuro dentro de nuestras tradiciones, y es el exceso que muchos llevamos en nuestra alimentación.

Hablaré de la obesidad infantil.

Tema tan delicado como importante, ya que de lo que se trata es de la salud de nuestros niños, actualmente México ocupa primer lugar en obesidad infantil, y según la UNICEF la principal causa a la que se apunta son los malos hábitos en la alimentación.

Y a su vez, la obesidad se ha relacionado por la afinidad por los sabores dulces. Entendamos el por qué.

El desarrollo del sistema gustativo inicia desde las primeras semanas de gestación, pero se vuelve funcional hasta finales del embarazo. Razón por la que lo menciono es porque últimamente ha venido surgiendo la idea donde se expone la posibilidad de la percepción del sabor como un mecanismo que pudiera estar influyendo en hábitos alimenticios posteriores, y según estudios no científicos refieren que los sabores a los que se expone el bebé desde la etapa gestacional debido a la transferencia hacia el líquido amniótico, son por los que probablemente tendrá preferencia el niño en un futuro, entre ellos el sabor dulce.

Otro dato a conocer es que la ingesta de alimentos dulces aumenta los niveles de dopamina en el cerebro, y ésta sustancia química está involucrada en las respuestas de reforzamiento (recompensa o castigo), como cuando como padres premiamos algún logro o damos consuelo con alguna golosina. Éste niño aprenderá a “sentirse mejor” con carbohidratos, incrementando su motivación por lo dulce, llevándolos a un estado hiperresponsivo O HIPERREACTIVO (COMO QUEDE MEJOR) al azúcar.

Debido a que desde edades muy tempranas los niños tienden a mostrar preferencias no aprendidas por sabores dulces o salados, sus experiencias o habituación al dulce desde etapas tempranas jugará un papel crucial en la selección de alimentos en etapas posteriores de su infancia, y todo esto aunado a la fácil disponibilidad de alimentos ricos en azúcares, la preferencia por el consumo de éstos alimentos será mayor que la saludable, contribuyendo de ésta manera a un exceso en el consumo de alimentos de alta energía, lo que podría favorecer la obesidad en el niño.

La otra condición que pudiera marcar dicha preferencia es la del consumo de agua “endulzada” durante los primeros meses de vida, quienes tienen dicha exposición son propensos a ingerir mayor volumen de soluciones glucosadas en el futuro.

A pesar de que la mayoría de lo expuesto son teorías, tienen algo de validación al comprender que como padres somos el ejemplo de vida principal que tienen nuestros hijos. Es mandatorio sabernos alimentar para poder brindarles a ellos una nutrición de calidad, nuestro compromiso con ellos inicia incluso desde antes de que nazcan.

Las estadísticas no mienten, México es un país de “niños bonitos” porque están gorditos, celebramos a los cachetones y a los de pierna ancha. Hemos cambiado los balones por tablets porque así se están quietos más tiempo. Siempre cargamos con un dulcito en la bolsa por si se pone necio el bebé, incluso hay quienes hasta impregnan el chupón o la mamila con azúcar o miel para que se acostumbre más rápido a él.

En este país se ve feo al niño que no come chatarra, peor aún, algunos niños son amenazados con servirles verduras si se portan mal.

Siendo una región con deliciosos recursos naturales, estamos llenos de frutas, verduras, semillas etc, hagamos uso de todas las riquezas que nos rodean, eduquemos niños sanos, niños nutridos, y por el amor a Dios, cambiemos estas estadísticas. NES

Daniella Monárez: Soy médico general y desde hace un año y medio inicié mi travesía en la residencia para la especialidad de Anestesiología, la que se ha convertido mi más grande pasión. Volví a nacer cuando me convertí en madre de una hermosa niña. Fanática del béisbol, amante de las ofertas y las ventas de segunda. Ando por la vida sin equipo de protección y me encantaría tener la condición necesaria para ser toda una biker. Feliz de respirar, honro cada uno de los días que he vivido y agradezco a Dios que me permita seguir intercambiando oxígeno (qué sería de un doctor sin su frase rimbombante).
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