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AYER TUVE GUARDIA

Por Daniella Monárez

 

Ayer tuve guardia.

Y eso significa que no he dormido en más de 24 horas. Además, solo hice dos comidas, un jugo mañanero de verduras y una merienda a las 6 de la tarde (un guiso frío y agua de limón caliente), también leí un par de artículos médicos, asistí en 6 cirugías, toleré el mal genio de mi jefa y sin embargo, considero que mi nivel de estrés no está al límite, ya que me he reído tanto con un par de chistes que han dicho en el pasillo.

La palabra guardia ya forma parte del vocabulario habitual de mi hija de 5 años, lo sé porque en ocasiones me pregunta con una simpleza, que a qué hospital voy o incluso en que ciudad dormiré ésta noche, sin embargo todavía hay ocasiones en las que se sigue colgando de mi pierna derecha cada vez que me voy al hospital.

Y así como mi hija está familiarizada con ese término, lo está el resto de mis círculos en los que participo.

Hoy, que llegué de una noche de guardia, solo quiero tomar una ducha caliente, aunque sé que será solo de 5 minutos porque  llegó la hora de llevar a mi hija a la natación, para después de ahí, realizar el súper, llegar a la papelería por material para su tarea, hacer la cena, preparar lonches, dormirla y ya que esté dormida, encender la computadora y seguir con la tesis.

Así que, si he dejado en visto alguna conversación, ofrezco una disculpa. Ayer tuve guardia, y hoy mi día ha sido toda una faena. Si pregunto en el chat de las mamis por el resumen de los 384 mensajes que se acumularon, es porque no he tenido oportunidad de leerlos, disculpen el fastidio.

Son las 10 de la noche y sigo en pie, tan solo con un leve dolor de párpados. No me juzguen si me encuentran en el supermercado sin gota de maquillaje, o si de plano no saludo, en ocasiones no veo el rostro de las personas que están a mi lado, lo único que quiero es terminar de hacer lo que hago. Nada es personal después de una guardia.

Y aún con todo ese acumulamiento de cansancio, procuro siempre ser amable con las personas que me atienden en las tiendas y cuando manejo. Porque entiendo que nadie deber cargar con la poca adrenalina que me ha quedado y si he tenido guardia, es porque adoro lo que hago y aún con todo y que no he dormido, me apasiona lo que hago.

Daniella Monárez: Soy médico general y desde hace un año y medio inicié mi travesía en la residencia para la especialidad de Anestesiología, la que se ha convertido mi más grande pasión. Volví a nacer cuando me convertí en madre de una hermosa niña. Fanática del béisbol, amante de las ofertas y las ventas de segunda. Ando por la vida sin equipo de protección y me encantaría tener la condición necesaria para ser toda una biker. Feliz de respirar, honro cada uno de los días que he vivido y agradezco a Dios que me permita seguir intercambiando oxígeno (qué sería de un doctor sin su frase rimbombante).
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