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PEQUEÑAS ANÉCDOTAS PARTE 1

Por Cristina Aguirre

Recuerdo cuando moríamos de ganas de escuchar el primer “mamá”, “papá” o soñábamos con verlos en acción. Las travesuras que harían, los partidos que jugarían.

No teníamos ni la más remota idea de la noción de edades, de etapas, de cuando comienzan a hablar, a gatear, NADA DE NADA.

Nuestro bebé casi que movía la boca y mi esposo y yo: “está tratando de decir algo” . Muero de risa de pensar nuestras altas expectativas.

BENDITA IGNORANCIA.

Hoy, quisiera regalarte, un texto digerible, pequeñas anécdotas que me hicieron reir o sudar en el momento.

Les cuento algunas:

Bueno, pues los niños comenzaron a hablar, a recitar poemas y a meter a la mamá en líos con los comentarios o metidas de pata y encuentro cada día más emocionantes sus ocurrencias.

Nos preparábamos la familia para un evento importante y se acerca mi hijo, observa detenidamente a su abuelo, y le pregunta:

-¡Abuelito! ¿Te comiste una pelota?

Y yo con cara de mátenme ahora.

-“Hijito… deberías invitarme a tu casa”, le dice mi mamá mientras lo abraza.  A lo que mi hijo, con una seriedad absoluta contesta: “es que mi mamá no quiere”

Y yo; ¡claro que nooooo mamaaaaaaa!

Llegando a una casa ajena….“Mamá, que feo huele, huele a pun”

Y tú con unas ganas de darle un tremendo pisotón pero no lo haces por que chismea.

Los osos que nos hacen pasar los hijos… como el día que llego una amiga de otra ciudad y llega mi hijo de 2 años a darle un regalo …

El niño se acerca, con la manita cerrada, mi amiga se enternece y le dice. “¿Hay que lindo me vas a dar algo?”

¡Un mocoooooo! Literalmente le dio un moco.

Otra otra …

Estábamos pagando y dice mi hijo, en voz baja.. pero audible.

“Mamá la señora, tiene algo raro pegado en la nariz”… (Un piercing).

Y yo con cara de … si te guardas tus opiniones para cuando subamos al carro.

El mayor, en ese momento de 4 años, le dice a mi suegrita “Abuelita … mi mamá … no nos manda lonche… nos manda pura agua sola”.

¡Jamaaaaaaas! Claro que la abuelita con ojos de rayo láser …

Nunca olvidaré el día que tenía a mi hijo en la carriola y se acerca un señor a “chulearlo”… y cuando se acerca a tocarle sus chinos comienza el niño a poner esta cara roja y de gruñido y pujido… bueno pues era la hora de hacer sus necesidades. Ya nada más soltamos la carcajada.

Yo diría que fue un piropo muy bien correspondido.

Un día mi esposo y yo nos disponíamos a dormir y en medio una criaturita pequeña de algunos 3-4 meses cuando se escucha un ¡PUUUUUURRRRRUUUUUUUUUM! Voltea mi esposo y me dice “te pasaste” y le contesto “¿qué te pasa? ¡fuiste tu!!!!”

Y solo volteamos a ver impresionados de cómo una cosita tan pequeña podría producir tan estruendoso tronido.

Y bueno, también de los sobrinos …

El hijo de una amiga tenía unos crocs y eran como unos monitos cada croc con su par de ojitos. Así que jugando se le cae un ojo al croc y llega su hijo muy mortificado en tremendo grito: “¡Mamá! ¡Mamá! ¡No veo ! ¡No veo !”

Así que lo revisa y bueno él veía perfecto pero el croc no.

Y cómo olvidar, el día que me prestaron a mi sobrina de dos años. La llevé a comer a un lugar donde había jueguitos… Ella solita se quitó los zapatos así que cuando ya nos íbamos no los encontraba por ningún lado. ¡¿cómo iba regresarla sin zapatos?!

Después de preguntar por todas las mesas, le pregunto por segunda vez “hijita ¿dónde pusiste tus zapatos?” y sin hablar, me vuelve a señalar el contenedor de basura (de estos basureros cerrados que tienes que meterte para sacar las cosas).

Efectivamente ella decía la verdad.

O cuando empiezan a hablar y no les entiendes nada. Descifrando cada palabra que dicen y que solo los padres pueden entender este idioma.

Llega mi hija gritando, no se que palabras… y en mi loca mente entendí “ un mounstro asesino” pensé, quizá la televisión. Para asegurarme de haberle entendido bien le pedí me repitiera la frase varías veces… hasta que explota y se rinde… un hermano me tradujo su frase “ dice que esta muy hermoso tu pino”.

Le costó bastante el halago.

Y con esto me despido, esperando hayan disfrutado tanto como yo, el recordar estos momentos con mis hijos.

Cristina Aguirre: Soy licenciada en derecho, esposa y madre de tres hijos. Actualmente estoy laborando en una empresa familiar restaurantera, junto a mi esposo. Comencé a escribir como DESAHOGO en mis muy, muuuuy reducidos tiempos libres; escondida en la lavandería, mientras los niños dormían. Gracias por la oportunidad, en especial a todas aquellas mamás que me impulsaron a hacer esto.
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