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TU HIJO ES MI HIJO Y TÚ ERES YO

Por Dora E. Berlanga

Tu hijo es mi hijo y tú eres yo, si todas las mujeres viviéramos bajo esa premisa, con ese pensamiento cada día, con ese sentir, creo que manifestaríamos una transformación en la sociedad y por ende un gran impacto en el entorno en el que se desenvuelven nuestros hijos.

Mirar a nuestro hij@ en los ojos de cada niño es lograr vivir el amor incondicional hacia todos, es percibir al otro desde la compasión (en un aspecto positivo), desde la empatía, es hacer nuestro mejor esfuerzo por leer a ese niño que no es mi hijo biológico, pero si gestado desde una mujer, que al igual que yo tiene la gran responsabilidad de guiar y eso nos convierte en responsables solidarias.

No es un actuar fácil, porque estamos tan programados a reaccionar a la defensiva, y cuando se presentan situaciones entre los niños como peleas, enojos, exclusión, malos comportamientos, etc., tendemos a buscar culpables afuera y señalar antes que asumir responsabilidad por la parte que me toca trabajar en el núcleo familiar, en mi hijo y en mi persona. De dientes para afuera muchos dicen “todo bien no pasa nada”, “es buen niño pero…” o a la espaldas critican al niño, a la madre y a la situación y ahí inicia la separación, el juicio, la exclusión, y se activa esa programación de percibirnos de manera aislada cuando en realidad tu hijo es mi hijo y tú eres yo, entonces mi hijo también es tuyo, y debemos hacer equipo en su formación.

Guiar y formar a nuestros hijos es una tarea tan compleja y retadora que definitivamente no creo que pueda lograrse de manera individual y como mujeres somos co-creadoras y tenemos esa gran capacidad de gestar vida y contener, no solo a mi descendencia sino a toda las personas con las que interactúo y cada situación es una asignación a cumplir con la responsabilidad creadora que nos fue otorgada mediante el don de la vida.

Al sentirme mujer me reconozco co-creadora y responsable de lo que quiero aportar y ayudar a construir en el mundo, por eso todos los niños me duelen y aprender a ver a mis hijos en la mirada de otros niños me ha ayudado a ser menos indiferente con lo que otros estén viviendo, a pedir una disculpa, a hacer equipo con otras mujeres para salir adelante con alguna situación, a ver las cosas de una manera más sencilla y no como problemas de adultos, a interactuar de una mejor manera con las personas que no tengo tanta afinidad, y quisiera que a todas las mujeres les doliera y les importara de verdad todos los niños, que todas viviéramos desde ese don que implica una gran responsabilidad y que no se cubre solamente haciéndome cargo de llevar a los niños a la escuela, el súper, la comida, el marido, etc., es mucho más que eso, es estar al servicio del otro desde el amor y la contención y para eso hay que saber leer al otro, detenerme a observarlo libre de juicio y más aún si es un niño que está en construcción.

De todo corazón deseo que este artículo no sea una utopía y se vuelva viral y podamos vivirlo porque aprender a mirar a mi hijo en los ojos de otros niños es realmente necesario, hacemos protestas por tantos homicidios, suicidios, violencia doméstica, vandalismo, agresiones en redes sociales e invasión de la privacidad, y muchas cosas más que muestras el enojo y dolor de las personas que cometen esos actos y que fueron gestados por una mujer y quizás faltó contención, amor y comprensión no solo de su núcleo familiar sino también de su entorno, de todos nosotros como sociedad. Esto es una necesidad urgente, si queremos iniciar una transformación para un mundo con menos dolor y para las futuras generaciones, es empezar desde nosotras mismas, nuestro hogar y cada una de las personas con las que interactuamos, así que no tiene porque ser una utopía, como mujeres podemos lograrlo si recordamos el poder y responsabilidad tan grande que se nos fue otorgado ¡mediante el don de la vida!

Si quieres vivir desde esa premisa en cada situación preguntante si tu forma de reaccionar o responder aporta, construye, suma, integra y proviene desde el amor, o segrega, enjuicia, señala, destruye, lastima o limita, según la honestidad que tengas para contigo misma podrás identificar que trabajar en ti, a veces primero tenemos que contenernos y maternarnos a nosotras mismas para poder replicarlo afuera y poder mirar a tu hij@ en los ojos de otros niñ@s.

Dora E. Berlanga: Abogada de profesión, esposa, mamá de 3 hijos, instructora de yoga y fiel a mis convicciones, me considero una mujer libre y de carácter determinante, que disfruta el aprendizaje continuo respecto al ser humano, los niños y la sabiduría femenina, pues creo firmemente en el poder creativo y transformador que la mujer es capaz de manifestar y generar un cambio en su entorno que impacte en las futuras generaciones. “I wish, as well as everybody else, to be perfectly happy; but, like evereboy else it must be in my own way” ~Jane Austen
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