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DISCIPLINA POSITIVA DESDE EL CORAZÓN

Por Alma Lorena Chávez

Más allá de una filosofía de crianza y educación, la Disciplina Positiva te brinda la maravillosa oportunidad de crecer personalmente, inicia dentro de nosotros los padres o de los educadores, es decir que para poderla aplicar requiere de una comprensión de nuestras propias emociones, de  una autorregulación del propio carácter, análisis y reflexión.

Desarrollar la inteligencia emocional en los niños es una tarea de constancia, autodominio y comunicación asertiva, pero ¿cómo iniciamos? Sin duda inicia en nosotros mismos. Queremos niños amables pero no modelamos la amabilidad, queremos niños organizados pero no les establecemos rutinas ni los involucramos en las labores de la casa, queremos niños tolerantes y somos impacientes con sus actitudes y conductas, y así podría mencionar muchas cualidades y habilidades que quisiéramos en nuestros hijos, sin embargo, rara vez nos preguntamos si nosotros mismos lo tenemos o lo practicamos.

Daniel  Goleman en su libro “ El cerebro y la inteligencia emocional, nuevos descubrimientos” define el autodominio como la suma de autoconsciencia más autorregulación. Para desempeñar cualquier tarea es necesario que nos encontremos en el mejor estado cerebral interno, por ejemplo, la creatividad solamente se da cuando estamos de buen humor y en años pasados se creía que sólo un hemisferio era el responsable de esta función, sin embargo gracias a las neurociencias están involucradas todas las partes cerebrales y es por eso que cuando nos encontramos ansiosos o estresados no es posible que veamos más allá de nuestros problemas o situaciones. La autoconsciencia hace referencia a la idea que tenemos de nosotros mismos, de los demás y del mundo que nos rodea y permite identificar nuestro estado interno y hacer modificaciones si hay necesidad.

La Disciplina Positiva me ha regalado el saberme capaz de controlar mis propios pensamientos, el tener una visión de enseñanza de cada situación que se presenta en el día a día con mis hijos y la comprensión de cómo piensan los niños, qué sienten y cómo actúan. No quiere decir que no me desespero o no reacciono, esto sería imposible, y aún más si fui educada de manera contraria. Recordemos que somos humanos y no somos perfectos pero el estar consciente de lo que podemos enseñarles a nuestros hijos ayuda a esforzarnos. Nuestro cerebro todo el tiempo está en funcionamiento, el de los niños es como una esponja, entonces, es importante que aprendamos a relajarnos,  a entrar en un estado de equilibrio y tranquilidad y de esta manera ellos también lo aprenderán. Sé que no es una tarea fácil pero la idea de que mis hijos cuenten con esta cualidad que tal vez yo no aprendí desde pequeña me motiva a trabajar conmigo misma para transmitirles calma y reflexión y cuando estoy enojada, autorregulación.

También la Disciplina Positiva te da la grandiosa oportunidad de sanar aquello que te hace que reacciones de determinada forma porque es muy cierto que nuestras heridas afectan en la manera en la que criamos a nuestros hijos.

Así que, en lo personal siento que la Disciplina Positiva no inicia con un taller o un curso, inicia en tu corazón. El taller sí, te brinda los conocimientos y las estrategias que puedes aplicar y te proporciona vivencias para ayudar a tener el entendimiento acerca del porqué reaccionan los niños de determinadas maneras pero al final es un trabajo diario interno. 

“Ten el coraje de ser imperfecto” sabiamente dijo Alfred Adler, infórmate, prepárate para ser papá o mamá, como bien dicen, los niños no nacen con un manual pero si hay muchas alternativas para enfrentar los retos de la crianza,  trabaja en ti, desarrolla tu mismo todo aquello que te gustaría que tus hijos tuvieran, ellos algún día, estoy segura que harán florecer lo que les enseñaste con tu ejemplo.

Alma Lorena Chávez: Mamá de 3, dos niñas y un varón, apasionada de la crianza con amor y de construir un mundo mejor. Empresaria y maestra, amante de la naturaleza, de la cocina y de pasar tiempo con mi familia.
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