TÁNATOS

Por Ana Carrera

En los últimos cinco meses las pérdidas se han colado en mi colección de momentos haciéndose mayoría. Hay espacios en el día en los que el sabor amargo inicial se ha tornado agridulce, insípido y conforme pasan los días muta hasta producir palabras.

La palabra, siempre con su increíble fuerza, repara y sostiene. Aunque la ausencia siga golpeando mis poros encuentro paz en la re-lectura y en los sonidos del teclado cuando concreto una oración. En la columna de hoy asumo el tránsito, el duelo, la energía remanente de quienes se van y la metamorfosis a lo intangible. La mutis del dolor se encuentra en acomodo y termina dicha en poesía.

balas rojas

estoy muriendo cada día
la señora grita desde las esquinas
por sus hijos caídos
gritan despavoridos
los que nacen ahora
y l a s c á m a r a s a n o t a n
que la vida se está incendiando
miré el cielo anoche
me sacudí la tierra de los ojos
sé que la mugre es mi aliada
veo en ella la experiencia
la guardo como si mis días a través de ella
pudieran hablar
pero la venia se condena
con el agua
Para l a v a r l a s p e n a s
la podredumbre
esa que a todos asusta
mientras la vida se está incendiando
aquí con la vista en alto
las balas rojas
de sangre de virgen
se visten
han traspasado a la luna
y ella sólo se sonroja
¿Qué más puede hacer una
cuando se le violenta?
hay un blush en l a entrepierna
de todos y cada uno de los mortales
yo no me cuento
y no lo hago por aquello
de cocerme aparte
sino porque la penitencia de la sangre
la he adoptado en mi triángulo
desde antes de la consciencia
de esta memoria estéril

Mi ultimo adiós
No espera perdón
Solo dos lágrimas de amor
Que veo en tu alma
En tu alma

-Los Tr3s-

Y como ya es costumbre de la Columna ALTerna, una canción para acompañar esta lectura: