Por Liliana Contreras Reyes
El documental “Waiting for Superman” (2010), hace una reflexión sobre el sistema educativo de Estados Unidos y las razones de su fracaso. Si ya la vieron, sabrán que nuestro sistema no le pide nada al gringo (y que de ahí surgió la idea de la versión mexicana “¡De panzaso!”). Lo que quiero es resaltar la idea de que la escuela, con todo el entramado económico, político, social y cultural que le subyace, solo puede “salvarse” con la intervención del reconocido superhéroe.
Ahora, reaparece la figura metahumana en el libro de Joumana Haddad: Superman es árabe. Acerca de Dios, el matrimonio, del macho y de otros inventos desastrosos (2014). La escritora libanesa hace un análisis del concepto (o estereotipo) de hombre: fuerte, difícil de conmover, protector, macho. Sobre esta masculinidad, erigimos un sistema ideológico de lo que significa ser hombre y, por añadidura, lo que significa ser mujer.
La autora parte de una revelación que, aunque es muy obvia, resulta interesante: los hombres tienen un ideal de masculinidad, esa especie de superhéroe que no existe. La figura a la que aspiran o sobre la cual se exigen para llegar a ser “hombres” es una mentira que causa frustración tanto en él, como en los demás. Nadie necesita al “hombre de acero” (que no llegará). Necesitamos al hombre real, que piensa, siente y es humano.
Aunque la forma de redactar de la autora es simple y coloquial (o podría ser que la traducción del árabe al español le resta al original), el contenido y la estructura del libro son sumamente interesantes y, considero, todas las mujeres y hombres deberíamos leerlo para entender por qué se necesita un cambio de paradigmas, por qué salimos a las calles el inolvidable 8 de marzo, por qué causa tanta frustración y dolor lo que experimentan miles de mujeres en el mundo, cada día, en cualquier país.
La estructura es poco convencional y Haddad desarrolla los temas mostrando la experiencia femenina, la cual no siempre podemos traducir de la emoción (enojo, frustración, decepción, tristeza) a las palabras.
Nos encontramos con el monoteísmo, el matrimonio, el pecado original, el envejecimiento, el divorcio, entre otros, por medio de la alternancia de tres formas:
un poema,
el contenido conceptual,
la pragmática en su propia vida.
Después de leerlo, comprenderemos mejor el feminismo de tercera generación; por qué se vandalizan paredes; la impotencia ante culturas que mutilan a las mujeres; las que casan a niñas con pedófilos; las que subestiman su valor; las que las modelan a la medida de ideologías arcaicas; las que las mantienen en un sistema de doble vínculo en el que se les juzga por trabajar/quedarse en casa, tener hijos/no tenerlos, opinar/quedarse callada y muchos aspectos más. Al final del día, diez de ellas no volverán a elegir entre esas dos armas: elijan la que elijan, alguien jalará el gatillo por ellas y ningún superhéroe llega al rescate.
