ESCRIBIR EL CÁNCER, VIVIR LA HISTORIA

Por: Sara Serrato

En mi artículo anterior hablé de las desigualdades que enfrentamos las personas con cáncer en el país. Hoy quiero enfocarme en algo que muchas veces queda en segundo plano: las voces que estamos levantando quienes hemos vivido el diagnóstico.

Leí varios artículos, blogs, publicaciones de mujeres mexicanas que decidieron convertir su dolor y experiencia en palabra. Lo que descubrí me animo bastante porque me di cuenta de que no somos pocas. Somos muchas, y aunque cada historia tenga sus grietas, todas convergen en una sola trinchera común: no queremos quedarnos calladas.

Escribir es un acto de resistencia. Cada testimonio en un blog, cada post en redes sociales, cada carta abierta o ensayo, es una manera de dejar huella y abrir conversación. Somos pacientes, sí, pero también nos convertimos en nuestras propias periodistas, divulgadoras, acompañantes de otras mujeres que recién escucharon la palabra “cáncer”.

La realidad en México sigue siendo complicada: medicamentos que no llegan, tratamientos que se atrasan, citas interminables, diagnósticos que se hacen demasiado tarde. Un sistema de salud que muchas veces no alcanza a responder a lo que necesitamos.

A pesar de esta realidad que vivimos, nuestras voces están cruzando fronteras, porque cuando una mujer mexicana escribe su historia, no solo habla de sí misma: visibiliza a miles que viven en silencio.

Aquí te menciono algunas de las voces que alumbran este camino:

  • Lorena Estrada compartió su experiencia en Blog de Superviviente – Keep a breast. Fue diagnosticada en el 2019 con apenas 24 años. Su testimonio refleja la importancia de insistir frente a un sistema que muchas veces minimiza los síntomas de mujeres jóvenes (Keep a Breast, 2022).
  • Sandra Monroy se volvió referente con su libro Jódete Cáncer. Diagnosticada a sus 36 años, decidió no reconstruir sus senos, rompiendo con las narrativas estéticas que suelen rodear las campañas rosas. Su libro reúne textos escritos durante su proceso y reflexiones sobre el cuerpo y la dignidad (Revista Fortuna, 2022).
  • En Revista Común, el artículo “El cáncer de mama: morir de ser mujer” ofrece un análisis crítico sobre cómo la desigualdad de género y los estigmas sociales atraviesan la enfermedad (Revista Común, 2023).

Datos y organizaciones que acompañan

El informe Cáncer y desigualdades sociales en México 2020, coordinado por Laura Flamand, Carlos Moreno y Rafael Arriaga, documenta cómo la desigualdad social agrava la incidencia y mortalidad del cáncer, así como la falta de cobertura de tratamientos en los diferentes estados de México (El Colegio de México, 2020).

La Fundación CIMA, creada por Alejandra de Cima Aldrete tras haber enfrentado un diagnóstico de cáncer de mama, ha sido clave en México para dar visibilidad a la detección temprana, ofrecer acompañamiento a mujeres, generar campañas de concientización y construir puentes con gobiernos locales (Fundación CIMA, 2024).

Quizá no podamos esperar a que las políticas se transformen de la noche a la mañana, ni que la inversión en investigación y el sistema de saluda sea prioridad inmediata. Pero mientras eso sucede, nuestras palabras ya están cumpliendo otra función: despertar conciencias.

Cada entrada en un blog, cada post o testimonio es un hilo que tejemos colectivamente. Y esos hilos, multiplicados, pueden tirar los muros del silencio.

Sara Serrato Lara

Ingeniera, hermana, novia, amiga, hija, nieta. Sobreviviente de cáncer de mama a los 26 años y con tremendas ganas de vivir.

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