La presencia, el ejemplo y el amor importan

Creo firmemente que la importancia de la figura de padre, en nuestros hijos, es vital para su desarrollo emocional.

Por Caleb Guzmán

El mundo está avanzando tan rápido, en tiempos donde el ritmo acelerado y frenético nos obliga a convertirnos en un ser binario, el entender la manera en que, como padres, estamos conectándonos con nuestros hijos es por demás valioso.

Lo curioso de todo esto es que escribo estas líneas conectado con mi smartphone, un cable me enlaza a mi laptop y los caracteres se escuchan entre el viento, mi perro (asustado por los cuetes de la iglesia), los pájaros, los gritos de uno de mis hijos trepando un árbol de cerezo y pidiendo que lo rescate.

A cargo de la dirección de un área que interconecta, la creatividad y la tecnología dentro de una agencia de publicidad digital. Me gustan las ideas que permiten generar productos y servicios nuevos para el mercado, buenos para la gente y correctos para la marca.

Me encantan las ideas.

Me encanta aprender.

Me encanta enseñar.

Me encanta compartir.

Me encanta la tecnología.

Me encanta resolver problemas.

Y les digo algo, ¡me encanta mucho más pasar tiempo con mis chavitos!

Peroooo…, sí mamás, hay un pero… la verdad es que cuesta, uno llega fastidiado, quiere desconectarse, quiere contestar los grupos de sus amigos del whats (aunque no lo crean), ver el resumen deportivo, cenar, bañarse, hacer cualquier cosa que como hombres sabemos que nos encanta hacer, NADA. Y ¿por qué no? Ya nos echamos todo el estrés del día, nos merecemos ser hombres, comportarnos como tal. 

Perooo… sí papás, les tengo malas noticias. Nuestro día no termina.

Creo firmemente que la importancia de la figura de padre, en nuestros hijos, es vital para su desarrollo emocional, para poder ejercer en ellos seguridad y valores que les permitan crecer en un entorno de amor y al final ese amor sea cíclico y lo puedan llevar a cualquier lugar en donde ellos se desenvuelvan, al final México está necesitado de tanta paz, de tanto amor ¿no lo creen? Y para eso nuestro rol es de suma importancia, nuestro placer futbolero, y cualquier otro que sea, se tiene que hacer a un lado por un bien mejor, nuestros hijos.

Nos toca demostrarles que los amamos, interesándonos en sus proyectos, no importa lo pequeños que ellos sean, ya tienen sueños y metas, está en nosotros hacer que se cumplan, en lo personal tengo dos hijos y una princesa salvaje. Y vaya que me sorprende ver cómo cada uno tiene muy bien definido lo que son y lo que buscan a tan corta edad.

En pocas palabras debemos maternizar nuestra relación con ellos. Dejar a un lado nuestra pose de “machos alfas.

Mi padre, un ejemplo a seguir en todos los sentidos, nunca fue un hombre rico económicamente, pero inmensamente rico en amor hacia nosotros y es algo que agradezco con todo mi corazón, porque su presencia, ejemplo y amor me permitieron que enfrentará el mundo con seguridad. Buen trabajo viejo, me diste lo único que pedía día a día, amor.

Hagamos que nuestros hijos puedan decir lo mismo de nosotros cuando llegue su momento de ser padres y que esto sea un retorno de generación a generación.

Texto de la edición impresa Junio-Julio 2017

Alejandra Peart

Arquitecta y Licenciada en Letras Españolas con Maestría en Creación Literaria. Fundadora y Directora Editorial de Editorial Atemporia. Escribí el poemario En estas horas (Ed. Minimalia, 2004). Actualmente soy Directora de Contenido de la revista NES No Estás Sola, promotora cultural, editora, poeta, diseñadora editorial, feliz mamá de Rodri y esposa de Jorge. This is me.

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