LA CALAVERA DEL TATUADO

Laura Prieto

Andaba la catrina buscando a quien llevarse
eran tiempos de pandemia no tenía que apurarse
a las fiestas se presentaba y a la tambora se llevaba
por los bares se paseaba y la cuota de almas adelantaba.

Pero el Día de muertos se acercaba
altares y fiestas de disfraces abundaban
“Ya va a ser mi santo, ¿lo estarán festejando
Deja busco algún cristiano que mi retrato se ande tatuando”.

Así llegó a Lilo Tattoo Shop donde Laura trabajaba,
plasmando una catrina de colores en una espalda,
era una clienta frecuente que por colores no paraba,
línea aquí, color allá, dibujar le encantaba.

“A esta muchacha me llevo, el retrato bien quedó,
solo me espero a que acaben para que quede mejor”
Y de repente Laura dijo las palabras mágicas, “el tatuaje ya quedó”
la clienta feliz y adolorida la fiesta de color admiró,

Entonces, la calaca pronta y emocionada se apareció
“A esta muchachita tatuada al panteón me llevo yo”
Y la Coatlicue se llevó a la muchacha tatuada
se hicieron buenas amigas y a las búsquedas la acompañaba,

y en cada parada la muerte su retrato presumía
“miren qué bonita me han pintado, qué suerte la mía”,
y enseguida agarraba a todos los que en pandemia no entendían.


No estas sola.

Laura Prieto

Nací en Saltillo, Coahuila hace 32 años. La vida me llevó a aprender a tatuar, complementé mi aprendizaje estudiando artes gráficas y haciendo toda cosa creativa que llegara a mí. Ahora soy madre, esposa, llevo 14 años en el mundo del tatuaje y sigo feliz y encantada de trabajar en lo que estoy.

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