Llegó con tres heridas y un oso

Por Dona Wiseman

Llegó con tres heridas:
la del amor,
la de la muerte,
la de la vida.

Con tres heridas viene:
la de la vida,
la del amor,
la de la muerte.

Con tres heridas yo:
la de la vida,
la de la muerte,
la del amor.

Falleció un vecino, un hombre que conocí hace muchos años, amigo del papá de mis hijos.  Nunca conviví con él, pero bueno, ya no está.  Un periódico hoy publicó una portada que incluye (según entendí) 5,000 nombres de personas que han fallecido por COVID.  Uno de los primeros nombres es el de un amigo.  “El Oso” murió en diciembre.  Parece que se hospitalizó unas horas después de que pasó un oso a 2 metros de mí en Chipinque.  ¿Coincidencia?  No sé.  Me gustaría pensar que no, que “El Oso” me visitó antes de irse.  Me ha pasado con muchas personas cercanas, eso de las visitas.  El vecino no me visitó, no, nada que ver.  Pero sí me sorprendió la noticia.  También me sorprendió la noticia del fallecimiento de “El Oso”.  Estamos viviendo sorpresa tras sorpresa y de nuevo me viene a la mente una de las razones por las cuales convoqué al proyecto Vida Emergente.  

En aquellos días leí, “Las pérdidas son tantas y tan frecuentes que no tiene el corazón manera de reponerse entre ellas.”  En esos días, como en estos días, he usado el Emoji de “I care” para expresar condolencias muchas, muchas veces.  La frase, “Lo siento”, se ha vuelto cotidiano y no sé qué más decir.  Hace días, o semanas, Paco me dijo, “Al mal tiempo buena cara. O la que hay.”  

Sí, la que hay.  Así empecé con el proyecto Vida Emergente.  Tengo fe y confianza en que La Vida; no “mi vida” y tal vez no “tu vida”, sino La Vida, tomará su curso y brotará cómo y dónde puede hacerlo.  En la primera fase del proyecto pedimos frases e hicimos sesiones de retrato.  Nos vimos confrontados con la expresión de nuestro momento de vida, a 8 o 9 meses de pandemia.  Seguirá el proyecto, creo que porque requiero seguirme viendo y seguirlas viendo.  Es algo así como pellizcarme para ver si estoy despierta, si aún estoy viva, si aún sigo aquí.  Y ahora cantaré, cantaremos.  

No, no nos abrazaremos.  He batallado un poco con eso de las personas que se lanzan encima, “¡Pues, no me importa, yo sí necesito abrazarte!”  “¡No!”  Prefiero no.  Sí, ya sé que necesitamos contacto físico.  Ya escogeré con quién y cómo.  Es mi decisión.  Así protejo un poco a mi vida emergente.  Y deseo continuar en La Vida, tal y como emerge, aún con las pérdidas ahora tan cotidianas y numerosas, aún con las pérdidas cercanas.  

El proyecto Vida Emergente parece ya haber tomado su curso solo.  Estoy pendiente de su voz, esa voz que me susurra lo que sigue, que me empuja a quererme procesar y a acompañarlas a Uds. a procesarse en este momento preciso.  Cada minuto de cada día pasamos por eventos, pensamientos, sentimientos, impactos, y palabras que nos llevan a la resistencia, la rebeldía, la flexibilidad, la adaptación, la renuncia, o tal vez la derrota.  No soy la misma hoy que ayer, y quien cantará en unos días no es quien leyó una frase y posó para un retrato.  Vuelvo a quererme ver y quererlas ver en su momento, en la vida que emerge en mí y en Uds.

Sé que hoy me siento más vacía y lejana que ayer.  También mucho más cansada. Siento la marcha de los días más forzada.  Justo ayer alguien me preguntó si percibía, como percibe él, que el movimiento del día es distinto ahora después de mediodía.  Yo ya he compartido que me siento a medio matrix, en traslado de una frecuencia a otra y con partes de mí puestas en cada espacio; en lo que había, en lo que hay, y en lo que será.  ¿Será que así se expresan las tres heridas del poema de Miguel Hernández?  Me parece que vivo los tres tiempos a la vez, las tres frecuencias a la vez.  No tengo prisa, pero si me provoca incomodidad.  Estoy muy incómoda.¿Cuántos pasos, años, pérdidas, experiencias, determinaciones, palabras, enojos, cansancios, agendas llenas y copas de vino me faltarán?  ¿He vivido así siempre?  ¿Cómo es lo que sigue?  ¿Cómo es La Vida que emerge?  Por hoy, voy de la mano de algunas canciones que amo y que me hablan al corazón, como Llegó con tres heridas, sí, justo el poema de Miguel Hernández en la voz de Joan Baez.  También recuerdo y me doy espacio para desear que las cosas no fueran como son.  Y sigo atravesando el matrix.  Y ¿tú?  ¿Qué harás para acompañarte en los siguientes pasos?

Dona Wiseman

Psicoterapeuta, poeta, traductora y actriz. Maestra de inglés por casualidad del destino. Poeta como resultado del proceso personal que libera al ser. Madre de 4, abuela de 5. La vida sigue.

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