ANESTESIA

Por Dona Wiseman

Llevo meses sin sentir nada.  Bueno, eso es muy drástico, pero cierto.  No estoy deprimida.  Gracias por preocuparte.  Estoy en las condiciones en las que estamos todas.  Hacemos lo que sea por no sentir… de nuevo la herida de la infancia. 

Antes de que todas las mamás se asusten, no podemos evitarles a nuestros hijos que tengan una herida y que desarrollen una personalidad a través de los mecanismos de defensa.  Recordemos que somos mamás humanas, y nada más allá que humanas, que tomamos decisiones de crianza (sin remedio, tenemos que tomarlas), decisiones que impactarán a nuestros hijos de una manera específica dependiendo de su temperamento y la manera en que forman sus propios mecanismos de defensa.  Todo esto es muy técnico, lo sé.  Repito, todos tenemos heridas de la infancia (sin que nuestros padres hayan sido “malos”) y nuestra estructura de carácter tiene la fallida intención de no volver a sentir el dolor de esas heridas.  Jodida especie parecemos.  No, tampoco es cierto.  Es el proceso que vivimos para retomar nuestro impulso hacia la vida. 

Divagué.  Llevo meses sin sentir nada.  Me da la impresión de estar entre paréntesis, en un vacío.  Y me doy cuenta.  ¿En algún momento del último año te has encontrado sin saber exactamente lo que sientes?  ¿Te has encontrado hundida en la incerteza?  ¿Has visto que ya no seremos quienes éramos y que tendremos que sacar toda la creatividad para seguir?

¡Eso!  La creatividad.  Una temporada, días o meses, sin sentir nada puede empujarnos a creer que tenemos que cambiar algo.  Pero el cambio en si no es lo que requerimos.  No necesitamos que algo sea diferente, o dejar de “no sentir” para sentir (cambiar algo en nosotras que nos parece equivocado o descompuesto).  Lo que necesitaremos es ser creativas. 

El significado literal del término creatividad es engendrar.  Y estamos engendrando una nueva manera de vivir.  Seguimos en eso.  En estos días se ha comentado mucho sobre posibles faltas (más allá de las que sí se están padeciendo algunas áreas de Texas y el norte de México) de energía eléctrica, gas, y otros servicios.  No sabemos si estas condiciones son posibles o probables, o todo lo contrario.  Una amiga posteó el día del frío y de las fallas en el servicio de energía eléctrica, “Ya se fue la luz en mi colonia.  Váyanse preparando todos.”  Me dio una especie de reacción entre, “Ah ching’a, ¿por qué si te pasa a ti, me ha de pasar a mí?” y “Cómo me chocan los pájaros de mal agüero.”  A veces cuando tenemos situaciones difíciles de vida, deseamos que los demás nos acompañen.  Creo que se llama envidia. 

Divagué de nuevo.  La creatividad.  Si en algún momento pasáramos tiempo considerable sin servicios, primero deseo fervientemente que sea en tiempo de calorcito, y segundo es evidente que cualquier cantidad de amigos cercanos y no tan cercanos inventarán y nos venderán cualquier cantidad de artefactos y sistemas que nos facilitarán el tránsito (tengo plena fe en la inventividad del ser humano).  Y, así como hemos asentado horarios y sistemas para sacar adelante el home-office, el home-schooling, y el home…estableceremos horarios y sistemas para sobrellevar y adaptarnos a otras necesidades.

Llevo meses sin sentir nada.  Me tocan ajustes en mi manera de vivir.  No por electricidad ni gas, sino porque he perdido y tengo que ajustarme a lo que hay y lo que no hay.  Como tú.  Para hacer los ajustes de manera orgánica, tendré que saber realmente cuáles son mis necesidades.  No necedades ni terquedades, sino necesidades.  Entonces, desde la trinchera de mis pérdidas y mi anestesia, tendré que mirarme y distinguir las necesidades que están justo escondidas en el no sentir.  Hoy tengo una buena idea de lo que son.  Deseo que tú también encuentres las tuyas. 

Dona Wiseman

Psicoterapeuta, poeta, traductora y actriz. Maestra de inglés por casualidad del destino. Poeta como resultado del proceso personal que libera al ser. Madre de 4, abuela de 5. La vida sigue.

DEJA UN COMENTARIO

LECTURAS RELACIONADAS