LA DOMESTICACIÓN DEL ESPACIO

Por Argelia Dávila

“El hogar es una experiencia multidimensional que cuesta describir con objetividad.”
Juhani Pallasmaa

El espacio como ente infinito e inconmensurable, se encuentra de cierto modo presente en todas partes y posee en su haber una gran cantidad de denominaciones, concepciones y usos. En la música, en las matemáticas, en la física, en la astronomía, en la arquitectura, en la literatura y en el estudio de la geografía y el ambiente.

Existen varios discursos de diccionario, que pueden aumentar nuestro léxico y nuestra cultura, pero todas nos llevan básicamente a lo mismo: el espacio es el vacío intangible que existe entre dos o más objetos tangibles, objetos que pueden ser bidimensionales, tridimensionales o también imaginarios.

Sin embargo, una definición de este tipo no es lo suficientemente justa para describirlo, es demasiado breve y simple porque el espacio, ente intangible, es percibido por cada ser, de forma individual según su entorno, contexto, historia e incluso cultura.

El espacio también tiene una relación con el tiempo, una relación directa que nos lleva y nos trae, se concibe un espacio y un tiempo determinados para ponernos en contexto de las cosas y las circunstancias de algo o de alguien: como cuando entramos a un edificio antiguo, en él encontramos un ritmo distinto al espacio y al tiempo que vivimos hoy.

Hemos repasado los conceptos de hábitat y espacio: el primero el lugar donde un organismo vive y encuentra lo que necesita para sobrevivir, es refugio, aire, agua, alimento y también espacio. Por otro lado el concepto de hábitat ha evolucionado con el tiempo, se ha profundizado en él y se le han incorporado elementos intangibles inherentes al ser humano como son la ideología y el habitar.

El ser humano habita un espacio, y esto es considerado a partir de la relación que tienen las personas con la forma de adaptarse y apropiarse de un lugar. Esto además implica que el espacio se transforma dependiendo de quien lo habita, siendo que cada espacio habitado por un ser humano es distinto de otro debido a su cultura y sus costumbres en relación con lo que lo rodea. (Molar Orozco, 2020)

El espacio como ya se mencionó antes, tiene muchas acepciones, sin embargo, es necesario identificar que desde el punto de vista arquitectónico, el espacio, es el elemento primordial y que además dentro de su conceptualización incluye tiempo y vivencia. Por otro lado, los geógrafos utilizan el concepto espacio como el lugar que guarda la huella del paso de las sociedades, así como su localización.

Se ha visto también que existen conceptos como subramas del espacio, el espacio urbano, el territorio y el paisaje. El primero que incluye economía, cultura, movilidad y su evolución, es decir, el elemento tiempo se encuentra incluido. El territorio es la base del estudio de la geografía, dividimos las superficies para poder estudiarlas, incluye cultura y tradición. El paisaje por su parte, es un espacio geográfico y está dividido en paisaje urbano, natural e industrial.

Cuando el ser humano entra en contacto con el paisaje, el territorio o el espacio, lo habita y lo altera de diversas formas: domesticándolo.

La conformación de las ciudades con sus culturas y tradiciones están basadas en elementos históricos que se quedan plasmados en la mente de sus pobladores, siendo así que estos elementos permean en algunas ocasiones hacia las “nuevas conformaciones”.

Como dice Heidegger cuando explica que la evolución va de construir a habitar, del habitar al ser y del ser al cuidar. Define el estrecho vínculo entre el ser humano y la construcción. Y cuando habla del ser incluye la existencia y la temporalidad, lo cual nos lleva a pensar que no solamente se habla de materiales y métodos sino también de apropiación y domesticación del espacio, de costumbres y tradiciones.

La vivienda, desde el punto de vista arquitectónico en la actualidad, es según Fernanda Canales el tipo de construcción más ensayado, sin embargo, está lleno de deficiencias. “Su complejidad no solo radica en el diseño de la morada en sí, en cómo solucionar la vida en unos cuantos metros cuadrados, sino en los efectos que la casa genera en el exterior” (Canales, 2017) Es decir, que la vivienda tiene un impacto en el barrio, colonia, fraccionamiento, en la ciudad.

Asimismo, se puede llamar a la vivienda el núcleo o la célula de donde se origina todo partido arquitectónico, pensada primitivamente para resolver un problema básico: guarecerse de las inclemencias del tiempo o de otro tipo amenazas como los animales salvajes, basada siempre en la medida del ser humano, pero es también el lugar en donde entendemos el espacio por primera vez.

Nuestra primera morada nos enseña lo íntimo y lo superficial, lo personal y lo compartido, el interior y el exterior, el adentro y el afuera. Lo que es nuestro y lo que no, de ahí su importancia y su trascendencia: en la vivienda es donde se define la identidad y la seguridad de los habitantes, su convivencia y la relación con su entorno. (Canales, 2017)

Esta relación de la vivienda con el entorno conforma barrios o grupos urbanos definidos o no por sus habitantes y las costumbres y tradiciones de sus habitantes. La importancia de entender la vivienda más allá de una primera escuela o un primer acercamiento al espacio íntimo es crucial, ya que la vivienda es el elemento base del barrio y es el lazo entre las personas y su hábitat inmediato. Es por esto que debemos pensar la vivienda desde su concepción para la persona o el grupo de personas en particular que la va a habitar.

Teorizar la casa o el hogar desde el punto de vista del habitante o del usuario final sin perder de vista el impacto o incidencia que tienen sobre el medio ambiente es tarea tanto del que conceptualiza como del usuario para lograr un equilibrio entre el espacio edificado y su entorno sin perder de vista que la casa es creada para su goce. Y gozar el espacio es domesticarlo.

“Construimos viviendas que quizá satisfagan la mayor parte de nuestras necesidades físicas, pero que no pueden albergar nuestra identidad” (Pallasmaa, 2019).

Identidad proviene del latín identitas, que significa: el mismo, lo mismo, es el conjunto de rasgos propios de un individuo o de una colectividad que los caracterizan frente a los demás. La conciencia que una persona o colectividad tiene de ser ella misma y distinta a las demás. (RAE, 2020)

Así pues, la identidad está ligada a la tradición de las sociedades y es el arraigo de imágenes y conceptos que se viven y se habitan, vinculada a la temporalidad y al ser en el espacio, “constituye una excavación sin fin de mitos, recuerdos y experiencias compartidos” (Pallasmaa, 2019)

Como creadores, es necesario estar en contacto con los orígenes de las sociedades, con su patrimonio cultural, histórico, material e inmaterial para que sean ancladas al imaginario de la vivienda como elemento arquitectónico y al hogar como elemento del ser.

Estos tres conceptos: barrio –entendido como un conjunto de viviendas- donde habitan personas con tradiciones y costumbres compartidas, ya que comparten el territorio y el ambiente más próximo, identidad y patrimonio, abordados desde el punto de vista del imaginario urbano, están ligados íntimamente al espacio y al hábitat, amalgaman y están profundamente relacionados ya que todos ellos forman parte de los seres humanos.

La preocupación y la importancia de considerar al usuario y al entorno inmediato para crear lugares que inviten al goce y al enriquecimiento de los espacios compartidos, basados en la identidad de lo individual y respetando profundamente su esencia y la esencia del territorio compartido, logrará que la vivienda se vuelva una base para crear una nueva cultura del hábitat que haga que la calidad de vida de usuarios y especies y la calidad del entorno sea acorde con lo que todos los seres que habitamos un territorio merecemos.

Trabajos citados

  • Canales, F. (2017). Vivienda colectiva en México. El derecho a la arquitectura. Barcelona, España: Gustavo Gili.
  • Bachelard, G. (s.f.). La poética del espacio. México, México: Fondo de cultura econó,.
  • Molar Orozco, M. E. (s/e de Abril de 2020). Antología. Espacio y hábitat. Saltillo, Coahuila, México: Coordinación de Posgrado, Universidad Autónoma de Coahuila.
  • Pallasmaa, J. (2019). Habitar. Barcelona, España: Gustavo Gili.
  • RAE. (14 de junio de 2020). Real Academia de la Lengua Española. Diccionario de la real academia de la lengua española, XXIII. Madrid, Madrid, España: Real Academia de la Lengua.
  • Pie de foto: Restaurante Amamos. Argelia Dávila. 16 de junio 2022. Saltillo, Coahuila.

Argelia Dávila

Soy arquitecta, mamá, maestra y siempre alumna, me encanta la fotografía, me maravillan los espacios, la luz y el lenguaje, lo que hay en ellos, lo tangible pero sobre todo lo intangible. Tejedora de ideas.

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