Saca la basura

saca la basura
Por Mayte Cepeda

Saca la basura. En el sentido literal y figurado.

En el día a día, a veces no nos damos cuenta de las cosas no materiales que vamos acumulando. Tal vez todo el día estuviste hasta el tope de pendientes que, al llegar la noche, lo único que quieres es correr a tu cama y ponerte en off para dormir. Incluso puede ser que la mayoría de tus días sean así y no te has dado cuenta. Un ir y venir de hacer actividades y atender pendientes que nunca terminan; actividades que en ocasiones no son siquiera para ti, si no para otros, y que por mucho que hagas y te canses, a veces sientes que no acabas y no le ves ni el fin o el beneficio.

Esa sensación de agobio supongo que nos pasa a muchos, porque al menos yo lo he sentido y he escuchado que a muchas personas les sucede.

Ese mismo acumulamiento de cosas y actividades interminables, sumadas con situaciones ajenas a nosotros que impactan en nuestras vidas, en muchas ocasiones son las causantes de no poder descansar. Independientemente que hayas intentado dormir y durado 7 u 8 horas en la cama, tal vez no dormiste con calidad. Te dio sed, escuchaste ruidos, te diste vueltas y vueltas porque no encontrabas acomodo, o cualquier otro pretexto o circunstancia, y esto no es más que la carga de pendientes que no te dieron permiso de soltarte por completo y descansar.

¿Por qué nos pasa esto?

Actualmente a todo lo que nos cause un malestar físico o nos impida un buen descanso y que no le encontremos cabeza o pies, lo llamamos estrés. Esta sensación que creamos al reaccionar frente a ciertas cosas que nos suceden, es la manera en la que nuestro cuerpo se enfrenta o defiende ante la presencia de situaciones inesperadas y en la que se supone que nos ponemos más alertas para recibir lo que venga del exterior. Sin embargo, se ha convertido en el causante de los desequilibrios que van en cadenita si no se atienden a tiempo. Si tengo estrés no duermo bien, si no duermo bien, no rindo en el día y ando como ausente, si ando como ausente, corro el riesgo de cometer errores en mi trabajo y en mis actividades cotidianas, si cometo estos errores puedo perder una oportunidad o provocar un daño, y si esto pasa pues me voy a deprimir, no voy a querer comer o comeré de más, me voy a enfermar y para colmo, todo es círculo vicioso en el que si no me doy cuenta a tiempo, jamás saldré de ahí.

Existen muchos pensamientos que nosotros provocamos, como resultado de lo que vivimos. Sin embargo, puede ser que además de cargar y acumular nuestros propios asuntos, nos dé por cargar los de otros, cuando ni siquiera nos lo han pedido. Ahí es donde está el acumulamiento innecesario de emociones, no importa de qué tipo sean, pueden ser buenas, neutrales o malas, pero si las cargo y las ando paseando por todos lados, tarde que temprano me van a cobrar la factura.

Por eso es importante sacar la basura. Una buena manera de empezar a practicar la limpieza mental y emocional puede ser el sólo hecho de reconocer que dentro de mí hay cosas que no necesito, que aunque haya querido retenerlas puedo y debo aceptar que ya no me hacen falta y no tengo porque seguir pensándolas y paseándolas. Esto puede ser un buen primer paso.

Enseguida, el auto-decreto. Esto significa que con el poder de tus propias palabras repetirte lo que deseas soltar y el porqué de ese deseo. Darte el permiso de sacar ese acumulamiento, pues ha cumplido con su objetivo e independientemente de la enseñanza, gusto o disgusto que te haya dejado, es momento de limpiar la casa y dejar espacios para nuevas emociones. Y de todo esto, darlo como un hecho, pues tú tienes la capacidad de decidir sobre lo que es mejor para ti. Podrán existir terapias, doctores, amigas, consejos, incluso medicinas. Pero si tu no tomas la decisión, la ayuda que está afuera de ti no servirá de mucho.

Esto no es más que un ejercicio de re-programación mental, que podemos practicar diario, aunque a veces nos cueste trabajo, ahí está para elección de quien tenga la voluntad de usarlo. Esto funciona como una reorientación de hacia dónde quiero dirigir mi atención. Que al principio tal vez sea algo que tenga que estar recordándome, hasta que llegue el punto en el que no tenga que hacerlo, si no que automáticamente lo sepa y lo potencialice. Claro que en ocasiones puede ser complicado, gracias a un estado hormonal, a una enfermedad, o a que simple y sencillamente lo único que se nos antoje sea tirarnos en un sillón, comernos unos chocolates y ver una peli. Y si esto nos hace sentir bien, ¿por qué no hacerlo?

Y bueno, también hay que sacar la basura en el sentido literal. Ya había olvidado esa parte. Sácala y sepárala por tipo de basura. Tus espacios físicos limpios ordenados y en armonía sirven mucho para ayudar y crear condiciones que te generen paz, armonía y gozo; sacando la basura te evitas la generación de fauna nociva, olores y contribuyes a mejorar las condiciones ambientales de tu entorno. Namasté!

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Mayte Cepeda

Yogini ~ abogada ambientalista ~ mamá ~ esposa ~ hija ~ hermana ~ enamorada de la naturaleza, la vida, la familia, los libros y la música ?

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