5 pasos para manejar las situaciones estresantes en la familia

Por Laura Carrillo

 

Recientemente nos mudamos a vivir a otra ciudad, así que mi familia y yo hemos tenido cambios que van fuera de lo que fueron por años nuestras rutinas habituales. La primera semana tuvimos que vivir en hotel, ya que hubo que adelantar nuestros planes de desocupar la casa. En realidad, cambios tan drásticos como cambiarte de casa, a todos nos generan sentimientos encontrados. Dejar la comodidad de “lo conocido” para enfrentarte a un mundo nuevo lleno de “aventuras”.

En esa primera semana, tuvimos una mala experiencia. Salimos a cenar todos en familia. Teníamos cerca de 2 meses de estar sin la compañía de mi esposo, así que mis hijos lo seguían sin alejarse ni un solo paso. Después de estacionarse, él bajó abrazando a nuestros hijos. Estuvimos únicamente 1 hora en el lugar y al salir, nos encontramos con un vidrio roto en nuestra camioneta y nos dimos cuenta de que se habían robado el portafolio de mi esposo. La sensación corporal fue un dolor fuerte en el estómago; emocionalmente sentí tristeza, enojo y mucha frustración. Y ahí estaban mis hijos, viendo los vidrios sobre el asiento y pensando en aquellas cosas que los “robateros” (palabra que utilizan para referirse a los rateros) se llevaron. Mi hija de 3 años dijo: “estoy muy enojada por lo que le hicieron al carro de papá”. Y mi hijo de 6 años, sólo pensaba en la manera de poder ayudarnos.

Mis hijos querían en verdad ayudar, y ante situaciones así, es más común sentir que sus acciones de ayuda, pudieran terminar siendo más bien obstáculos. Recuerdo mi propia infancia, cuando ante alguna situación estresante, recibí de los adultos a mi alrededor la tan sonada frase: “Mucho ayuda el que no estorba”. El nulificar a los niños es algo que hemos hecho por generaciones, muchas veces sin querer; sobre todo cuando el estrés nos rebasa.

Noté el enojo de los adultos que estábamos ahí, así que traté de hacer consciente que no sólo yo estaba impresionada por lo que había ocurrido. Claro que para ellos fue muy evidente que en el mundo también hay gente mala.

Regresé al restaurante y le pedí al personal me facilitaran hojas y plumas para que mis hijos se entretuvieran. Les describí lo que estaba viendo en ellos: “Veo que están molestos y deseosos en ayudarnos, así que tengo un plan. ¿Quieren ayudar?” La respuesta fue inmediata: un ¡sí! unánime. Y les pedí que cada uno pensara en lo que podríamos hacer para resolver esta situación.

Los siguiente minutos, ellos se ocuparon en externar la situación que tanto nos había impresionado a todos. Mientras que mi marido hacia llamadas a su trabajo, y yo intentaba comunicarme con la policía, ellos estaban también ocupados, pensando en una solución. Finalmente, mi esposo y yo fuimos atendidos y pudimos reportar el robo; él en su trabajo y yo a la policía.

Después de 1 hora muy estresante, fue hermoso descubrir la respuesta de mis hijos. Durante el tiempo que estuvieron ayudando a su manera, mi hija pensó que lo mejor era llamar a la policía y confiar en que ellos atraparían al ladrón. Y mi hijo, en crear una trampa para atrapar ladrones. Ver sus “planos” en donde diseñó la trampa, realmente nos hizo a todos olvidar un momento el trago amargo.

En esta situación sólo recibimos comprensión y cooperación de parte nuestros hijos. Es una sorpresa siempre grata, que los niños pueden aprender a reaccionar de la mejor forma en situaciones tan complejas para cualquier ser humano como ser víctima de un delito. De verdad que mis hijos no dejan de sorprendernos un solo día.

A continuación te enumero los pasos a seguir para trabajar con los niños alguna situación de estrés.

  1. Identifica tus sentimientos.
  2. Valida los sentimientos de los involucrados.
  3. Compartan
  4. Asignen una actividad relevante para cada uno; y justo ahí, les das la tarea tan importante a tus hijos de ser creativos, espontáneos y que busquen maneras de prevenir vivir una situación como esa, o en pensar cómo pueden ayudar en una situación parecida.
  5. Al final, reconoce el esfuerzo de cada uno de los participantes. Hazles saber que su ayuda ha sido muy valiosa para ti y comparte con sinceridad el cómo sus acciones te ayudaron a ti a enfocarte en resolver la situación.

Si lo analizamos, son incluso cosas que pueden poner en práctica cuando estás con el estrés de llegar a tiempo a la escuela. Entre más lo uses, te será mucho más fácil aplicarlo y lograr ese sentimiento de importancia que dice: “yo soy una persona importante para mi familia” y logramos entonces el maravilloso sentimiento de pertenencia “yo formo parte de un gran equipo, llamado familia”.

Anímate a ponerlo en práctica.

Laura Carrillo

Mamá de 2 hijos, egresada de la carrera de Psicología UDLAP, Educadora Certificada en Disciplina Positiva para Padres y en el Salón de Clases por la Positive Discipline Association. Psicóloga del Centro Integral de Maternidad del Hospital Universitario de Saltillo. Cofundadora de Matatena A.C.

DEJA UN COMENTARIO

LECTURAS RELACIONADAS