Comenzar de nuevo

Comenzar de nuevo. ¿Por dónde? ¡Por dentro!

Por Lorena Hurtado

 

¿Sabías que hay países como India e Israel que festejan el año nuevo al iniciar la primavera?

Para ti, qué significan los comienzos: 1° enero, lunes, inicio de la primavera, miércoles de ceniza, el nacimiento de un bebé, una boda, el primer día de clases, la apertura de tu negocio, el primer día de vacaciones, tu cumpleaños, etc.

Hay comienzos formales como los que te acabo de mencionar, que se experimentan o acompañan con mucho entusiasmo, inclusive con celebraciones, regalos y platillos especiales; pero en la vida tenemos miles de oportunidades para volver a empezar, si bien nos incomoda aceptarlo, casi siempre estas oportunidades se dan precisamente después de un fracaso o una crisis, y aunque, como dijo Henry Ford, “el fracaso es la oportunidad de comenzar de nuevo, pero más inteligentemente”, ese comenzar de nuevo no se anuncia ni se celebra, al contrario, se sufre, se llora y hasta se maldice. Y se vale, se vale gritar, golpear tu almohada, desahogarse, volver a llorar, porque para llenarse de nuevo de alegría, primero hay que vaciarse de dolor y enojo.

Hace unas semanas tuve la oportunidad de visitar por primera vez Real de Catorce, y sin saber a lo que iba, tuve la osadía de subirme a los famosos “Willis”, que son jeeps todo terreno, e hicimos un recorrido por la ladera de la montaña (a una altura de 3 mil metros sobre el nivel del mar), con precipicios indescriptibles. Para mí fue una experiencia de terror: me la pasé con los ojos cerrados, imaginando que podía pasar lo peor, buscando asirme de donde podía, deseando que el paseo terminara. No disfrute el hermoso paisaje del desierto ni la algarabía del grupo, mucho menos la adrenalina de la aventura, o sea, fue un fiasco, un fracaso, una tarde perdida, un desperdicio de dinero… como lo quieras llamar.

Ya en la soledad y silencio de mi habitación caí en cuenta que fue una zarandeada física que no me esperaba, no estaba preparada y retó a mi ser, que ya de por sí soy miedosa a las travesías simples como manejar sobre el distribuidor vial. Era mi oportunidad para iniciar un proceso de “yo puedo disfrutar la sensación de aventura” porque: estaba en buenas manos (el chofer con 35 años de experiencia), había un clima despejado, iba con un grupo solidario que me dio el mejor lugar, enfrente de mí estaba una niñita de 6 años sonriendo, estaba mi familia dándome ánimos y lo desaproveché.

Pero, como la vida nos da nuevas oportunidades, te comparto algunos consejos, para actuar ¡por dentro! ante cualquier conflicto, fracaso, transición, crisis:

  1. Identificar el problema: ¿en qué consiste el problema? ¿nuestra actitud está ayudando a resolver la crisis, o la está empeorando?
  2. No permitir que nuestros pensamientos negativos alimenten nuestras preocupaciones: está comprobado que el 75% de las preocupaciones de la gente, nunca suceden. La realidad nunca va tan rápido como la imaginación.
  3. Enfrentar un día a la vez, un momento a la vez.
  4. Pedir ayuda: con frecuencia no vemos las soluciones porque estamos demasiado inmersas en el problema.
  5. Aprender a salir de la zona de confort: para poder encontrar nuevas conductas necesitamos ser flexibles y estar dispuestos a tolerar la incomodidad y el estrés que cualquier situación nueva y desconocida pueda generarnos.
  6. Darnos cuenta de todo lo positivo que rodea nuestra vida.
  7. Valorar que las crisis nos hacen más ingeniosas porque hacemos cosas que no haríamos en otras situaciones.
  8. Confía, confía en la gente, confía en tu ser, confía en Dios.

Cada nuevo inicio, compartido o en soledad, nos fortalece, nos llena de esperanza y alegría, nos hace crecer y como dice San Agustín: “No vayas fuera, vuelve a ti mismo. En el hombre interior habita la verdad.”

Asociacion Nacional Pro Superacion Personal A.C.

DEJA UN COMENTARIO

LECTURAS RELACIONADAS