Mamá luchona

Por Blanca Garza y Vero Barreda / Emcopaz

 

Las redes sociales son actualmente una excelente herramienta para conocer a nuestra cultura. Son un reflejo de la vida, de nuestros valores, experiencias, intereses, valores; aunque, muchas veces, no se pueden apreciar directamente. Siempre hemos utilizado distintos medios para expresar nuestro pensamiento de forma velada, uno de ellos es el humor. En Facebook, especialmente, se hace uso de los llamados “memes”: imágenes con frases regularmente cortas que hacen mofa de algo.

Es ahí, en Facebook, por medio de los memes, donde se usa el concepto de “mamá luchona”. Suele llamársele mamá luchona a la madre soltera que se muestra orgullosa de su situación en su perfil. Son varias las justificaciones para burlarse de estas mujeres, todas, supuestamente, tienen como fondo la preocupación por los niños que las “padecen”; sin embargo, es fácil darse cuenta de que se trata de un término machista e, incluso, clasista.

Si revisamos en internet encontraremos que se define a la mamá luchona como aquella que tuvo un embarazo no deseado, es promiscua (por usar una palabra “políticamente correcta”), tonta, irresponsable porque se va de fiesta, cree que sus hijos son “bendiciones” y presume de todo esto abiertamente.

Lo primero que tenemos que pensar es que un embarazo no es solamente cosa de la madre, para hacer un bebé hace falta que intervengan una mujer y un hombre, ¿por qué, entonces, se responsabiliza únicamente a la mamá?

En cuanto a sentir a sus hijos como bendiciones, en realidad demuestra el amor que les tienen, lo cual, hasta donde sé, no es algo negativo. Es aquí, en parte, donde se puede decir que el clasismo comienza a notarse.  El clasismo se nota también cuando nos detenemos a ver quiénes son calificadas como mamás luchonas: suelen ser mujeres de clase baja, que dejan los estudios, son creyentes, escuchan banda y/o reguetón, etc.

Detengámonos un momento… ¡Las mamás que luchan son tantas!

Las mamás que luchan son tantas… Que no alcanzaría ni en el ciber especio para nombrarlas. Y aunque las nombráramos acá en este artículo muchísimas de ellas no leerían nunca este homenaje.

Las mamás que luchan saben de abrazos, besos y caricias, saben defenderse de los golpes que da la vida, comparten entre ellas las lágrimas y la fuerza para salir adelante.

Las mamás que luchan están preocupadas por lo común, por la comunidad, por nosotros, y por nuestra vida.

Se levantan temprano todos los días para repartir el desayuno, organizar la casa, acudir al centro de trabajo, llevar a sus hijos al colegio, practicar algún deporte, entre tantas otras actividades diarias. Son tantas las tareas de las mujeres que luchan que parecen hormigas ya que abren camino y llevan un gran peso en sus espaldas… y a veces en sus almas.

Las mamás que luchan saben que tienen mucho que aprender, aun así, saben de economía, psicología, medicina, nutrición, etc.

En fin, las mamás luchonas somos tantas y tantas que deberemos empezar a llamarnos y a sabernos orgullosamente “mamás luchonas”.

Las mujeres que luchan tienen grandes alas, sus sueños son inmensos, como el coraje que las habita.

Alejandra Peart

Arquitecta y Licenciada en Letras Españolas con Maestría en Creación Literaria. Fundadora y Directora Editorial de Editorial Atemporia. Escribí el poemario En estas horas (Ed. Minimalia, 2004). Actualmente soy Directora de Contenido de la revista NES No Estás Sola, promotora cultural, editora, poeta, diseñadora editorial, feliz mamá de Rodri y esposa de Jorge. This is me.

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