LA CUARESMA

Por Ivonne Orozco

La mezcla de la religión y la gastronomía han dejado un legado cultural en México se relaciona con un tiempo de cambio, de reflexión ante la partida de Jesús.

México, como es su costumbre, de todo hace una algarabía única. Las diferentes regiones tienen sus tradicionales platillos, que representan la unidad familiar y por supuesto la fe. Lejos de este contexto ya se convirtió en cultura las diversas recetas y platillos de la cuaresma.

Los cabuches, nopalitos, flor de palma, pipían, tortitas de papa, chicales, pescado seco son los manteles largos en el norte del país. La capirotada a la que cada quien le da un toque personal, haciendo en cada hogar la diferencia.

En el centro, sur del país, el pescado seco, empanadas, pipían con chilacayota, caldos de guías, sopas de milpa, etc. Se cuadran religiosas y culturales manifestaciones en la mesa en donde estamos sentados a la derecha del Padre, disfrutando el gusto y las creencias de cada quien, unidos por sabores con o sin religiones.

El viacrusis sería no probar estos platillos. El único pecado es la gula. La semana santa no sólo es religión y fe. Es tradición, es cultura. Sin embargo, reflexionemos, ayunemos buenos deseos y pongamos en la mesa los mejores platillos.

Ivonne Orozco

Nací en la Ciudad de México, de raíces Oaxaqueñas por parte de mi madre. Tengo una carrera trunca en leyes y he escrito por años fábulas y textos de cocina. Soy fiel lectora de la historia de México, tengo 30 años en la cocina y 44 años de edad.

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