Posturas para amamantar

Por Clara F. Zapata Tarrés

Quizás si ya eres toda una experta en lactancia ya no te preguntas por cuál postura es la mejor, la ideal… Y seguramente si tu bebé ya no es tan pequeño han encontrado como luego dicen, el chichisutra…

Sin embargo, si estás embarazada o bien, eres madre primeriza, quizás sí te gustaría aprender cuál o cuáles son las posturas que favorecen la lactancia.

Definitivamente, a lo largo de los días, las semanas y los meses vas a encontrar la que es para ti porque amamantar es como aprender a andar en bicicleta o a nadar. Cada día de práctica te ayuda a encontrar tu ritmo, tus pausas, tu forma, tu posición.

Pero antes de ello, sí es importante conocer cuáles han sido probadas por muchas personas y que efectivamente sí han funcionado. La postura y el agarre al pecho son el comienzo del placer de la lactancia. Si algo es doloroso, probablemente quiera decir que hay un agarre incorrecto o que habrá que acomodarse de manera diferente.

Pero, ¿por qué será que no logramos esa postura cómoda, instintiva, placentera? Tan fácil que se oye, pero no lo es… En la calle, el en parque, en el hospital y en general, lo que miramos es que los bebés son alimentados con fórmula. Recuerda y toma nota. Vemos a un bebé mirando hacia arriba, acostado casi horizontalmente y con el biberón. Cuando decidimos amamantar, queremos hacer lo mismo pero el pecho no es un biberón; tiene una forma distinta, no es estático y además representa algo totalmente diferente a un biberón.

Una de las maneras para comenzar tiene que ver con que el primer contacto es precisamente más que una postura. Se le conoce como posición biológica. Te encontrarás semi-acostada, con tu bebé panza con panza, cruzando sus miradas, oliéndose, escuchándose y conocerás cada parte de su cuerpo, sus manos, sus pies, sus ojos, sus ruiditos y una infinidad de características propias y únicas.  Conocerse es la parte más importante en este camino de lactancia que inicia. Ahí, verás que tu bebé es muy inteligente, sabe lo que quiere; sube, reptando hacia tus pechos, saliva, mueve sus manos, huele y sigue avanzando… hasta que de pronto, encuentra esa zona oscurecida por el embarazo: acaba de descubrir tu pezón y tu areola. Ahora puede agarrarse, prenderse de una manera lo más natural posible. Ahí, cerca de tu corazón es el comienzo.

Venus Rodríguez

Si tu bebé no puede agarrarse de esta manera puedes intentar otras: existe la de “sandía” o “balón de fútbol americano”, que quizás hayas escuchado, en dónde el cuerpo de tu bebé va hacia atrás y lo tomas con tu brazo apoyado en una almohada, para que su cabeza esté suavemente sostenida de tal manera que vaya un poco hacia atrás y se logre una apertura de la boca un poco más grande. Esta postura ayuda a bebés que tienen alguna dificultad para abrir grande grande su boca o que tienen frenillo corto o bien si tuviste cesárea y te duele tu herida.

Existe la postura de cuna, o bien cuna cruzada, que es más tradicional y que puedes lograr, sentada en un sillón o una silla acomodando tus brazos como si fueran la cuna de tu bebé siempre observando que abra bien la boca y tenga sus labios evertidos. Esto se garantiza poniendo tu pezón en la nariz de tu bebé y esperando que abra la boca enorme para después, introducir el pecho. Casi siempre funciona y ayuda mucho para que el agarre se corrija y se vuelva cómodo y placentero para ti. Es importante siempre revisar que oreja, hombro y cadera estén en una línea recta.

María Casas Madre que asiste a grupo de apoyo

Hay algunas que pueden ayudar también a abrir la boca, como puede ser la que se conoce como de “caballito” o “bailarina”. Ayuda también en casos de frenillo corto, retrognatia o reflujo (ya que se encuentran en posición vertical). Son posturas que son seguras y en las que verás a tu bebé casi como si estuviera en tu vientre. Colocas a tu bebé en postura de ranita o rodeando tus muslos. Puedes agarrar la mandíbula o barbilla de tu bebé para que logre hacer su cabeza hacia atrás y pueda mejorar el agarre.

Amamantar acostada también puede ser una muy buena opción porque además de lograr un buen agarre, podrás descansar junto con tu bebé, sobre todo, las primeras semanas o meses. Esta postura se debe hacer, obviamente, siguiendo las recomendaciones de seguridad sobre colecho y lactancia.

Elena Hernández

Finalmente te comparto la postura de “loba” que ayuda mucho para cuando tenemos alguna obstrucción que queremos que salga mejor la leche. Colocas a tu bebé boca arriba en la cama o sobre una colchoneta y tu te pones en 4 puntos arriba con tus pechos colgando. De esta manera la gravedad hace su trabajo y poco a poco te ayudará a descongestionar. Dependiendo de la zona de dolor o enrojecida, con la barbilla de tu bebé apuntando hacia allí, dirigirás tu pecho.

Después de las primeras semanas, irás encontrando cuáles te favorecen, cuáles se te dificultan y cuáles puedes cambiar para mejorar el agarre y disfrutar con todas sus letras.

Si quieres empezar a aprender, lo mejor es que busques un grupo de apoyo o a personas que amamanten así como te vuelvas una observadora empedernida. Dicen que aprendemos más viendo hacer que leyendo o que cuando alguien nos pasa una lista de pasos. Sin duda, aprendemos mirando. Si estás embarazada ponte la meta de buscar una red de apoyo que incluya a otras personas que ya han tenido la experiencia. Estoy segura que te ayudará mucho en tus objetivos de lactancia.

Posturas y más…

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Clara Zapata

Soy Clara, etnóloga chilena-mexicana. Tengo dos hermosas hijas, Rebeca y María José, con Joel, mi regiomontano amado. La libertad y la justicia son mi motor. Creo plenamente en que la maternidad a través de la lactancia puede crear un mundo más pacífico y equitativo y por eso acompaño a familias que han decidido amamantar. Amo la escritura, la cultura y la educación.

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