Por: Mayte Cepeda
¿POR DÓNDE COMENZAMOS?
Buscamos tener las condiciones ideales para iniciar una meditación. Los aspectos exteriores se refieren principalmente a dos cosas: primera, al espacio en el que llevarás a cabo tu meditación, procura que la temperatura sea ideal para evitar que el calor o el frío te distraigan. La segunda se refiere a la ausencia de ruido; si lograr un sitio en silencio es complicado, busca la opción de unos audífonos que te aíslen del ruido exterior.
Ahora sigues tú. Tu posición para meditar es importante. No busques posiciones complicadas, porque te vas a incomodar y distraer con ello. Es frustrante estar bien metida en la meditación y de repente pensar que te duele el pie, la espalda, el cuello, en que se te durmió el muslo, en que ahora se acaba la tortura y que para cuando caigas en la cuenta, estuviste en todo, menos en tu meditación.
Para esto te sugiero que si adoptes una postura cómoda pero consciente. No se trata de acostarte o recargarte porque quieres estar cómoda, aquí caes en el riesgo de dormirte. Me refiero a que conscientemente te percates de que tu cuerpo está bien cómodo pero bien alerta, sentada en una silla o en el piso, que tu espalda esté derecha sin forzar, que tus piernas estén cruzadas, con o sin posición especial (lotto o padmasana), lo que te sea aceptable y no forzado. Evita jorobarte o colgar tu cabeza para atrás o adelante, mantenla recta con una ligera inclinación de la barbilla hacia el esternón. A final de cuentas, trabajarás sobre puntos energéticos de recorren tu columna de inicio a fin; qué mejor que tenerla lo más alerta posible.
CONSTANTE Y PACIENTE
Ahora sigue que te dispongas a meditar. Comienza atendiendo a tu respiración. Ésta es la base de una meditación de calidad; en la medida en que nos concentremos más en nuestro modo de respirar, lo hagamos profundo y pausado, sin prisa ni entre cortado, es como se irán apaciguando uno a uno los pensamientos que anden papaloteando en tu mente. Si te sales del enfoque de la respiración y te percatas de que te ganchaste en un pensamiento random, salte de ahí, suelta el pensamiento y regresa a la respiración. Así una y otra vez hasta que cada vez sea más simple quedarte concentrada en la respiración.
En esta parte de concentrarnos en la respiración es normal y muy común que nos tardemos un poco en agarrar la onda y por eso es muy importante no desesperarte y ser constante. He platicado con personas que me dicen la meditación no es para mí, (y tal vez no lo sea) pero se basan en motivos como que me duele la espalda, me la paso pensando en otras cosas, etcétera; y el tema es que posiblemente no fueron constantes y se rindieron antes de realmente conocer y experimentar los beneficios de meditar.
¿Cuánto tiempo se considera suficiente para una meditación? Creo que este es un punto importante porque es común pensar que tienes que aventarte una hora o más para que cuente. Y no, pues la cosa no es así. Si te diste cinco minutos y lo lograste, valen más que la hora completa pajareando. Si lograste quince minutos, bien por ti, si el tema del tiempo no es problema para ti pues mucho mejor. A darle lo que se pueda, sin tener ese pendiente ni preocupación de terminar de meditar a tal o cual hora. La mayoría tenemos límite de tiempo para continuar con otras actividades, pero si a ti eso no te limita, pues ¡qué mejor!
¿Qué sucede después de meditar? Lo más común es que te sientas relajada, alerta, con una sensación de satisfacción. En ocasiones puede ser que te relajes de más y te dé sueño. Los beneficios post meditación los consigues conforme la practiques. Entre los más destacables están la manera en como ves los problemas que antes te agobiaban o los sentías más grandes de lo que realmente son. Te conoces más a ti misma, a cuidarte, a saber de tus límites y virtudes. En la parte física, disminuyes la frecuencia cardiaca y la presión arterial en estado de reposo. Para quienes batallan con el sueño, mejora la calidad de éste y te ayuda a controlar tus emociones, a que por lo menos éstas no afecten como lo hacían antes y, en general a sentirte más en calma y atendiendo al momento presente. ¿Meditamos?
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