El tatuaje incómodo

incómodo mariposas
Por Laura Prieto

Hace unas semanas se llevó a cabo, en Washington, la Marcha de las Mujeres contra Trump. Fue un evento histórico, que reunió a decenas de miles de personas por todo el mundo, incluso en México. En la marcha pedían frenar la violencia contra la mujer, proteger sus derechos y también los de otras minorías. Los ojos del mundo estuvieron puestos en este movimiento. En México invadió las redes porque todos nos hemos sentido molestos con los comentarios misóginos del señor Donlad Trump. Nos indigna, y lamentablemente representa a un país con ideas muy parecidas a las de él. Pero ¿que tanto nos enoja? Como sociedad ¿realmente somos ejemplo de respeto hacia la mujer?

Hoy les compartiré un episodio muy incómodo que cuando lo recuerdo me vuelve a molestar porque tristemente, refleja una realidad. Llegó una joven madre a tatuarse, traía el diseño: tres mariposas que representaban a sus hijas. Eligió colores femeninos y se las tatuó arriba del coxis. Empezamos el trabajo, y platicábamos de todo y nada. Le comenté que debía ser bonito tener la casa llena de niñas. Me platicó que siempre desearon un varón, pero no lo consiguieron y al final, tuvieron puras niñas. “Puro producto para caballero.

Me quedé callada, pensando cómo contestar esa frase repugnante. Me dieron ganas de decirle que era de muy mal gusto hablar así. Muchas respuestas, poco asertivas, pasaron por mi mente. Sentí rabia por lo que me limité a seguir con mi trabajo, hasta terminar. Se fue dejándome un muy mal momento y pensando que por eso estamos como estamos. No dudo que mi clienta sea buena madre, no la puedo juzgar por una frase que dijo y que es de lo más baja, porque cosifica a la mujer. Se tatuó a sus hijas (diseño y lugar elegido por el esposo). Esa frase tal vez la usa frecuentemente, puede que sea una broma, algo inocente, que no le hace daño a nadie. Me pregunto si lo dice delante de sus hijas, ustedes ¿habían escuchado esa frase antes? Parece que es común usarla, la he visto en redes sociales. Cuando anuncian a los familiares el sexo del bebé, alguna que otra persona dice esto y la gente ríe o festeja. Entonces, ¿podemos enojarnos porque un americano hable tan mal de las mujeres? Si en casa, en nuestras familias o en nuestro entorno, hay aún pequeñas señales de que se sigue poniendo a la mujer por debajo del hombre y no hacemos nada para cambiarlo.

Seis estados de México (Michoacán, Baja California Sur, Chiapas, Jalisco, Yucatán y Zacatecas), mantienen en sus códigos penales el homicidio “por razón de honor“. Esto significa que, si el hombre sorprende a su cónyuge en una relación sexual o a punto de consumarla y, en consecuencia, la mata, la sentencia será baja, aproximadamente entre 3 días y 5 años de prisión, nada más. Junto a estos seis estados, otras diez entidades, atenúan la condena si fue provocada por una “emoción violenta“.

Según cifras de la ONU, México ocupa el 16avo lugar en cuanto a feminicidios. Alarmante de verdad. Cada día, seis mujeres son asesinadas, y va en aumento. Puedo seguir hablando de estadísticas y de lo mal que nos va a las mujeres con las leyes y las autoridades (como aquel gobernador que dijo a mujeres indígenas que durmieran con ropa, porque tienen muchos chamacos). Podría hablar de las mujeres que han parido fuera de los hospitales; o de alguna mujer que denuncia violación y se le trata con burlas y poco sentido humano. Pero también puedo hablar de lo que nos llega más directo, de lo que vemos en casa.

Frases como “es muy mujer” refiriéndose a la ama de casa, que cuida niños y atiende al marido. Entonces, la mujer que trabaja, pero no tiene hijos ni marido ¿no es suficiente mujer? Es “chica fácil” como dicen hombres y mujeres, al referirse a una mujer que tiene vida social. “Ningún hombre te va a querer con ese carácter, nunca vas a ser feliz.” Como si la felicidad la garantizara el matrimonio. “Le dieron el puesto porque seguro tiene algo con su jefe.” La capacidad intelectual no se mide con atributos, y una mujer es muy capaz de tener puestos de alta jerarquía. Si nos vamos más cerca del seno familiar: “No llores, nada más las niñas lloran“, “Pegas como niña“, “Se te van a caer los pantalones si limpias“.

Según mi punto de vista, estas frases son de los tiempos de nuestros hermanos o padres, y ponen a la mujer por debajo de los hombres. Hace que, en la adultez, seamos blanco de violencia. Aquí es en donde podemos hacer el cambio, con la crianza. No eduquemos a nuestros hijos para sentirse superiores a las mujeres. Evitemos hacer creer a las niñas que son débiles o incapaces de hacer tareas de varones. Transmitamos que nadie le pertenece a nadie, ni siquiera nuestros hijos son nuestros para siempre. Eduquemos a nuestros hijos con el ejemplo, dirigiéndonos con dignidad ante todos los seres humanos. En la crianza, el padre es muy importante, porque el trato hacia la madre será el patrón que el niño va a seguir y la niña buscará ser tratada como trata a su madre.

Podemos hacer un cambio día a día, para que nuestros hijos, en la adultez, hagan la diferencia. Todo empieza en el hogar, la vida adulta es el resultado de un gran viaje, que empieza en la niñez, los cimientos se forjan en la casa, todo lo bueno que quieras dar al mundo se aprende en la casa, ahí se dejan claros los límites.

Como madre de hijo varón tengo la obligación de formar a un hombre respetuoso, empático. No quiero pasarle el viejo chip machista de las generaciones anteriores. Tú como madre de una niña, tienes la responsabilidad de criar a una mujer fuerte, que no está por debajo de nadie y así, en conjunto, podremos darle a México y al mundo, adultos más centrados, más humanos, más iguales.

 

Laura Prieto

Nací en Saltillo, Coahuila hace 32 años. La vida me llevó a aprender a tatuar, complementé mi aprendizaje estudiando artes gráficas y haciendo toda cosa creativa que llegara a mí. Ahora soy madre, esposa, llevo 14 años en el mundo del tatuaje y sigo feliz y encantada de trabajar en lo que estoy.

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