Viajar ligero

“Que el amor valga la alegría (no la pena).”

Por Liliana Mendoza

El bagaje emocional es una metáfora útil que se refiere a las maletas viejas que guardan la mezcla de emociones negativas no procesadas que hemos ido acumulando a través de los años. Estos sentimientos pueden venir de personas, lugares, comportamientos y experiencias de nuestro pasado que siguen teniendo un impacto negativo en nuestro presente y que pesa montones.

Cada “maleta” es diferente de acuerdo con cada persona. Si te han engañado o has engañado, puedes tener un peso relacionado con la confianza. Si alguna vez te has sentido que no eras prioridad en la vida de alguien puedes ser propenso a sentir que no importas o sentirte excluido; si te rompieron el corazón es lógico tu miedo a volver a amar, entre muchos otros miedos o pesos que cargamos.

Pueden existir dos tipos de equipajes que cargamos: el que ves y estás consciente de cargarlo (en exceso) y lo que no ves y no estás consciente (escondido). El que no ves o no quieres ver, es el de mayor problema. Cuando escogemos ignorarlo, por alguna razón, interfiere de forma negativa en tu vida, relaciones y principalmente en tu futuro.

Sobre el que cargas y estás consciente, el problema principal es que podemos llegar a acostumbrarnos a cargarlo hasta llegar a un punto que es cómodo.

El equipaje emocional es conducido por sentimientos negativos como enojo, miedos y tristeza. Nos invaden pensamientos como “¿por qué estoy así?”, “no es mi culpa”, “mi vida no es justa” o “cosas como estas me pasan siempre a mi”.

Mientras más indagamos en nuestros miedos o en nuestro propio equipaje, más preparados estamos para manejar las situaciones que se presentan.

Como adultos que somos, o pretendemos ser, es nuestro trabajo tomar responsabilidad de nuestro bienestar emocional. La buena noticia es que tenemos control total y completo de una sola persona en la vida: tú. Así que eres responsable de cada área de tu vida, incluyendo los sentimientos que cargas día a día que te pueden estar afectando más de lo que imaginas (cansancio físico, bajas defensas, dolor muscular).

La posibilidad de deshacernos de este peso viene de saber la raíz de estos sentimientos preguntándonos: asumiendo que puedo escoger comportarme de la forma que yo quiera, ¿me gusta como lo hago actualmente?, ¿tengo que sufrir o tengo que hacer sufrir a otros por mi pasado?, ¿puedo manejar emociones que causan dolor o inconformidad al comprometerme a actuar diferente?

Partiendo de estas preguntas, es momento de convertir tu equipaje interno en algo que está por salir, puedes hacer listas de cómo este peso impactaba (sí, en pasado) en tu vida, es decir: “Como me rompieron el corazón, tengo pánico en volver a querer”. Ten presente esta lista, léela cuando puedas (mientras más frecuente mejor), esta es una buena forma de entender cómo este bagaje que hemos estado cargando ha afectado nuestras vidas.

Después de unas semanas de cargar esta lista, es momento de hacer una liberación simbólica, tira esa lista pensando y dándote permiso de soltar y liberarte y de avanzar hacia adelante, a una mejor vida, un vida más ligera.

junio 28, 2017

Liliana Mendoza

Mamá de Diego, Maestría en Administración de Instituciones Educativas, trabajo en el sector público, me apasiona leer y aprender sobre mujeres. Ahora aprendo a ser mamá.

DEJA UN COMENTARIO

LECTURAS RELACIONADAS