¿Si tuvieras que elegir entre la cocina de Unilever, de Nestlé o de General Mills y la cocina de tu abuela o de tu mamá, con cuál te quedarías?
Por Elizabeth García Luna
El “consomé” procesado se volvió parte importante de la cocina mexicana, al grado en que se han publicado varios libros que lo incluyen como ingrediente en sus recetas.
Este producto, diseñado en un laboratorio por un corporativo, imita sabores que podemos encontrar en la naturaleza, como el umami, el famoso “quinto sabor”, que combina lo salado, amargo y acido, o colores como el achiote, que el falso consomé intenta imitar.
Desde 1961, el Knorr Suiza se ha ido escabullendo en las cocinas mexicanas. Antes de su llegada, ¿cómo le dábamos esos sabores a nuestra cocina? Los sabores imitados por este producto estimulan el apetito, y es casi lo primero que percibimos al comer; su estimulante aroma nos conecta con la comida y los corporativos alimenticios lo saben. Aprovechándose de esto, han diseñado innumerables productos como estos, que sustituyen los sabores naturales con químicos.
Una cucharadita de Knorr cubre más de la mitad del sodio recomendado para un adulto. Su segundo ingrediente es azúcar, y contiene glutamato monosódico, colorantes artificiales y además de que 1/3 parte de la grasa total es saturada. Suena complicado, pero si somos creativos, con un poco de aceite de oliva, sal de mar y especias podemos lograr un mejor resultado de sabor y de manera natural.
Aquí les dejo algunos tips:
- La frescura siempre le va a ganar a algo enlatado o a un cubito envuelto en aluminio. Si vas a comprar especies, busca molerlas en casa conforme se vayan necesitando, ya que los aceites volátiles que les dan el sabor se desvanecen fácilmente con el tiempo. Usa el mortero o el molino de café para molerlas al momento; créanme que la primera vez que las usen recién molidas notaran la diferencia.
- Si son hierbas aromáticas, crecerlas es fácil. Si vez que se ponen tristes, cámbialas de lugar, ya que si les gusta el espacio en tu casa son realmente bondadosas y podrás tener hierbas frescas todo el año.
- La elección de las especies hace la suma total del sabor. Y siempre recuerda que es más fácil agregar, que quitar. Comienza probando poco a poco y de preferencia 1 ingrediente nuevo a la vez.
- Para la comida mexicana prueba con mejorana, tomillo y laurel. Con esta simple mezcla yo logré que un picadillo supiera mejor que si tuviera un cubito de consomé. También el achiote, comino, canela, pimienta gorda, pimienta cayena, semilla de cilantro, nuez moscada, orégano, chile o la vainilla funcionan perfecto.
- Para una deliciosa comida italiana, evitando marcas como Prego o Ragu, con un poco de tomate asado, oliva, balsámico y 1 o 2 especies como romero, albahaca, salvia, pimienta, orégano, mejorana, cilantro, tomillo o chile seco, darás mejor sabor y mucho más fresco.
- En la comida china es en la que más glutamato se utiliza, pero con especias como: canela, clavo, hinojo, anís, pimienta o semillas de cilantro y un toque de salsa de soya natural podemos lograr un resultado similar con mucho menos sodio.
- La comida thai es de las más digestivas si agregamos especias naturales como el comino, pimienta, zacate de limón, cascara de limón, ajo, jengibre, menta, albahaca, perejil o el cilantro. De ahí la popularidad del té chai que con un poco de especias está listo y lleno de beneficios.
¿Si tuvieras que elegir entre la cocina de Unilever, de Nestlé o de General Mills y la cocina de tu abuela o de tu mamá, con cuál te quedarías? Ya sea con hierbas de olor, semillas, vainas, raíces o flores es hora de recuperar los sabores que nos ha robado la industria, por sabor y por nutrición.