Gabriela Cepeda: En portada

En esta edición tenemos en la portada una obra de Gabriela Cepeda, pintora saltillense con estudios en la Escuela de Artes Plásticas de la U.A. de C., en el Museo de Arte Contemporáneo en Monterrey, Nuevo León y con diplomados en historia del arte y desarrollo humano. Emprendedora, destacada maestra de arte con exposiciones en el auditorio de la Universidad Autónoma del Noreste, en el Palacio de Justicia del Estado de Coahuila, en el Instituto Cardiovascular de Saltillo y en las instalaciones del hospital Christus Muguerza es, además, madre de dos adolescentes. Conoce más sobre ella y la hermosa obra que ha hecho para NES.

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Soy una mujer a la que le encanta divertirse, ver la vida con pasión, que ama la naturaleza, el universo y que disfruta al 100% todo lo que la rodea sin importar si es bueno o malo. Soy un ser que siempre está en constante movimiento.

¿Cómo descubres tu pasión por la pintura?

Tenía un amigo que dibujaba rostros a lápiz con mucha facilidad, y le pregunté: ¿Me podrás vender un dibujo de mi rostro? porque yo jamás voy a poder hacer eso. Nunca me lo hizo, pensé: “Bueno, ¿por qué no lo voy a poder hacer yo?”, así que me metí a un taller en artes plásticas donde me dio clases la profesora María Angélica y dije: “Sí puedo”. La maestra nos ponía mucho dibujo entonces para mí era como: “Ya dibujo ya lo supe, ahora quiero pintar”, soy muy activa y la única forma de tenerme sentada, es pintando.

Después me casé, me fui a vivir a Monterrey y me metí al Museo MARCO a estudiar como hobby, y descubrí lo que significaba pintar para mí. Ahí conocí a la profesora Lilia Müller quien es toda una institución en el arte y me dice en una de las clases que yo tengo el don de enseñar, me la creí, y empecé a estudiar para enseñar, luego me puse un reto más fuerte: darle clases a mis hijas, que creo que es lo más difícil para un maestro. Ahí entendí que dar clases y pintar eran mi pasión.

 Siendo licenciada en mercadotecnia, ¿cómo te decides por la carrera en arte?

A mi regreso a Saltillo, me di cuenta que estando en una oficina no me da tiempo para compartir con mis hijas, así que comienzo a dar clases a personas adultas y niños, y después a vender obras y materiales.

¿Quiénes son tus artistas favoritos?

No estoy cerrada a un artista, no tengo uno favorito porque todo me agrada. Voy a los museos y veo algo que me gusta, y eso me atrae curiosamente, investigo quién es el autor, por qué pintó eso, su historia, sus otras obras. Con Picasso, me pasó que yo decía que el cubismo era algo que no me gustaba, viendo más de él terminé enamorándome de sus obras, no tanto pictóricas, sino de sus esculturas.

 

¿Cuáles son tus más grandes logros en tu carrera?

Uno de los momentos más vibrantes en mi carrera fue la creación de “Orgullo”, una obra hecha totalmente para enviar un mensaje, que causó una reacción en mí y en mis colegas, y me permitió dejar una semillita para la sociedad. “Orgullo” no es una obra decorativa como las que suelo hacer, habla del cáncer en la mujer y de cómo la sociedad las percibe al saber que están enfermas. Para esta obra me preparé mucho investigando, hablé con personas que tienen cáncer, con doctores, leí libros, incluso hablé con niñas que estaban siendo tratadas por especialistas para aceptar la muerte de su mamá cuando llegara el momento de su partida, eso hizo ponerme en los pies de cada uno de los que atraviesa esa situación. Con “Orgullo” fui reconocida como una las mejores artistas coahuilenses.

 

¿Cuál es el proceso que aconsejarías seguir para crear una obra?

El dibujo es esencial, después ver qué es lo que te gusta o apasiona y sobre eso, buscar una referencia, tratar de dibujarlo, si no puedes optar por proyectarlo, es importante que represente lo que te apasiona, y de ahí ponerle el color.

 

¿Cómo logras combinar tu pasión, con tu familia?

Busqué poder estar con mis hijas, y empezar mi negocio de arte era lo indicado, vi que yo podía acomodar los tiempos en cuestión de horarios para mí, y horarios para ellas sin afectar, y les agradó mucho, se involucraron tanto que me hicieron más fuerte en esto, y me alentaron a hacer un diplomado en historia del arte.

 

Describe lo que es “amor de madre”.

Amor de madre dicen que es incondicional, no tiene nombre, no puedo explicarlo, es posible que en mi obra lo exprese mejor.

 

¿Cuál sería la mejor enseñanza que puedas dejarle a tus hijas?

Que hay que trabajar mucho en cada persona, por uno y para uno. Lo que yo les estoy enseñando es que hay que ser felices individualmente, y eso únicamente se gana trabajando, conociéndose y estudiando lo que sentimos. Ellas ya saben por mi parte que hay que ser felices, que tienen que equivocarse, que van a tener miedos y que no pasa nada, el universo les va a ayudar a que ellas sigan su misión.

 

¿Qué consejo les darías a todas las mamás que se han alejado de su pasión?

Que lean el libro: “El segundo sexo”, de Simone de Beauvoir, este libro se escribió en los años 50s, es un poco difícil entenderlo, pero les va a enseñar que, si podemos, que primero somos mujeres, que no somos el sexo débil, que podemos hacer todo sin sentir que matriarcalmente estamos fallando por nuestra cultura, se van a sorprender.

Alejandra Peart

Arquitecta y Licenciada en Letras Españolas con Maestría en Creación Literaria. Fundadora y Directora Editorial de Editorial Atemporia. Escribí el poemario En estas horas (Ed. Minimalia, 2004). Actualmente soy Directora de Contenido de la revista NES No Estás Sola, promotora cultural, editora, poeta, diseñadora editorial, feliz mamá de Rodri y esposa de Jorge. This is me.

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