En el momento y el lugar correctos

Por Lorena Salas

Me encuentro en un estado de completa plenitud, así me siento y creo que eso es lo que importa, ¿cuántas veces hemos esperado para experimentar el gozo de sabernos satisfechos en cada etapa de nuestra vida? Te aseguro que, si dieras un repaso a todo lo que has logrado hasta hoy, te sorprenderías y dirías: “sí, tengo todo lo que siempre he querido, me siento orgulloso de mí mismo y de todo lo que he cumplido”.

Esperar a terminar una carrera, a conseguir ese empleo soñado, a tener cierta cantidad de hijos, a juntar ese ahorro para irte a esos viajes soñados, todo esto no es más que el conjunto de cosas que no tienes pero quieres, sin embargo, lo que sí tienes ahora en este preciso momento, es lo que realmente cuenta.

¿Qué SÍ tengo en mi vida que me hace inmensamente plena y feliz? En mi caso personal te lo voy a compartir y te invito a que tomes de ejemplo este ejercicio:

Amor.  Ojo, el amor no significa el amor que estás pensando y para quienes me conocen, saben de qué hablo. Tengo el amor que necesito en mi vida para ser quien soy, abierta al perdón, a la compasión y a las ganas de seguir evolucionando, me nutro de todas las fuentes de amor posibles, primero desde el amor infinito, el que me mueve y me da luz, Dios o como lo llames, luego viene el amor propio ese que me hace tener las agallas suficientes para recordarme todo lo que valgo, le siguen el amor fraternal de familia y hermanos, amistades entrañables y por último y no menos importante, el amor más puro y genuino que recibo incondicionalmente de mis hijos. Y aunque no tengo por ahora el amor de una pareja, aun así, me siento plena porque en la soledad he aprendido que amar va más allá de estar con alguien y recibir ese amor, amar es vibrar en lo más alto proyectando esa luz en donde quiera que estés, amar no es necesitar a alguien ni que el otro te exija recibir todo lo que no tiene, es querer acompañar y que te acompañen estando en la misma sintonía.

Experiencia. Véase también madurez que va de la mano del aprendizaje que he vivido de situaciones pasadas. Sin duda, el conseguir experiencia nos hace más suspicaces a cualquier evento que se presente, por decirlo de otro modo, ya nada nos toma por sorpresa. Con la experiencia de cada tropiezo o caída o golpe de la vida, me fortalecí cada vez más, ahora estoy en la postura de elegir lo que yo quiera con consciencia y sabiduría plena ayudándome siempre a través de la agudeza de mi instinto.

Dones o talentos. En esta parte es quizá donde en mayor medida me siento bendecida. Sin el afán de ostentar, puedo decir con certeza que se me facilita hacer muchas cosas que me hacen realmente feliz y aquí te las voy a compartir:

 1. Cocinar; adoro crear olores y sabores que inviten a sentirse como en casa, me gusta demostrar mi amor y cuidado a través de platillos que se vean coloridos y balanceados. Nunca sigo recetas, me gusta improvisar y confío sin probar en el proceso todas las especias e ingredientes que le agrego a los alimentos.

2. Escribir; desde que tengo memoria recuerdo haber escrito desde niña, contaba lo que mi mente y mis ojos veían y lo plasmaba en historias, cuentos y poesía, llegando incluso a ganar premios y concursos.

 3. Servir. Al igual que la escritura, servir o ayudar a otras personas se me da por sí solo, es algo que simplemente me llena, el simple hecho de cambiar la vida de otras personas a través de un consejo, un abrazo, una sonrisa, palabras sinceras que llegan directo a su alma o ropa y comida a quienes no tienen, en esto encuentro la grandeza de recibir por el simple hecho de dar y así genero el ciclo de la abundancia en mi vida.

4. Bailar y cantar. En estas artes puedo desconectarme por completo, me transformo en la mejor versión de mí y me empodero, en la danza encuentro la libertad de movimiento que quiero proyectar con mi cuerpo logrando sentirme plena y hermosa, mientras que con el canto saco por completo mi voz, elevando en cada nota lo que quiero a veces gritar en la vida real.

 5. Embellecer a las mujeres. Otra de mis pasiones es maquillar y peinar y es una parte de mi vida a la que me dedico profesionalmente. Ver las caras de satisfacción cuando se ven al espejo, esa es mi mejor retribución, hacerlas sentir hermosas y darles esa seguridad única que se logra al dedicar un poco de tiempo y unos cuantos productos para su arreglo personal. En esta parte también pongo en práctica mi creatividad y mi don para servir y conectar con las personas.

¿Te habías puesto a analizar qué dones o talentos tenías? La próxima vez que te cuestiones sobre el sentido o el rumbo de tu vida, reflexiona sobre todo lo que tienes y lo que sabes hacer, te apuesto a que hay más de una cosa en la que también eres bendecido, y entonces sólo así encontrarás el verdadero propósito de estar en el aquí y en el ahora, disfrutando cada detalle, cada segundo y cada presencia contigo mismo.

Lorena Salas

Periodista de profesión y madre de dos, combino también mi pasión por el mundo de la belleza conectándome con cada historia que escucho al hacer lo que me gusta. Amo plasmar por escrito todo aquello que me inspira logrando así proyectar desde lo más profundo de mi alma.

DEJA UN COMENTARIO

LECTURAS RELACIONADAS