Publicidad, lactancia y fórmulas lácteas

Por Clara F. Zapata Tarrés

En las últimas semanas de diciembre estuve con mi familia cercana que vive en CDMX… Platicamos muchas cosas y también de lactancia. Este tema es muy controvertido siempre.

En un momento hablamos de uno de los documentos que rige a la Liga de La Leche: el Código Internacional de Comercialización de Sucedáneos de la Leche Materna. ¡Vaya nombre! En un momento les cuento más a fondo de lo que se trata…

Pero para hacer una ilustración de lo que puede suceder con un simple anuncio publicitando un producto les cuento lo que le sucedió a mi papá en algún año dónde se fue a hacer un sabático a Francia. Resulta que estaba esperando el vagón del metro que lo llevaría hasta su casa, después de un paseo… ¿Cuánto dura esa espera? … Ahí, frente a él, del otro lado de las vías, se apareció una imagen (del tamaño de los anuncios en los metros) de un queso gigante desbordando de sabor… Si alguien tiene noción de este país, sabrá que los quesos son su especialidad y que nadie se resistiría a ellos… Francia= queso + vino…

Queso gigante partido en dos, costra, alguien apretándolo con sus dedos suavemente y su interior desbordando y cayendo lentamente encima de un pedazo de baguette recién horneada…

Se le grabó el nombre: Queso Boursin.

Y… ¿Qué creen que fue lo primero que hizo? Babeó con todas sus glándulas salivales a su máxima producción. Bajó del vagón, recorrió el pasillo de luces led, subió las eternas escaleras y fue al primer supermercado con el que se topó ¿Y? Compró el queso, el vino y una baguette. Por suerte era rico. A partir de ahí, no deja de contar esta anécdota que siempre viene a mi mente cuando lo recuerdo o siempre es motivo de alguna conversación sobre comida, que en mi familia, suelen ser las más…

¿Te ha pasado? ¿Recuerdas qué pasó por tu mente y sobre todo por tu cuerpo? Inténtalo… En general es algo que pareciera que va más allá de nuestra consciencia… Algunas cosas influyen más que otras, dependiendo de nuestros gustos, nuestras actividades, nuestras preferencias, etc…

No soy publicista, ni mercadóloga pero me gusta observar. Y me caracterizo por quedarme viendo a profundidad a las personas y a las cosas. Incluso mis amigos siempre me dicen que miro de más… En fin, de algo ha servido. A lo que quisiera llegar es que ese poder que tienen las imágenes en nosotros es muy potente.

Algo que podría resultar lejano es esa influencia que tiene este mundo oscuro, inteligente y hábil en nuestras lactancias… Haz el ejercicio. Ve a un supermercado, métete al pasillo de bebés y observa. Observa etiquetas, anuncios, colores, imágenes… ¿Qué ves? Yo veo, ositos, pajaritos, colores de todos y llamativos, casi siempre pasteles, creo que hasta huelo a talco y me transporto a la maternidad inmediatamente. Obsérvate.

Luego me acerco. Veo vasos de múltiples formas, con popote, sin popote, curvos, rectos… Me acerco más y leo: antiderrames, cambia de color con el calor, nuevo biberón de aluminio, se parece al pecho, la lactancia materna es lo mejor, papilla natural y sin azúcar, jugo orgánico, agua exclusiva para tu bebé, calentador de toallitas, crema para pezones con plantas extraídas de algún bosque suizo.

Sigo avanzando… Fórmula láctea: con ingredientes frescos, con DHA, sin lactosa, de soya, antirreflujo, con hormonas, sin hormonas, de vacas de libre pastoreo, hipoalergénica, con probióticos… De cabra… ¿Le sigo? Hasta pareciera que si quiero que mi bebé sea arquitecto, ama de casa, matemático, literata, doctora… encontraré una especial… Sí, hay imágenes donde sale un bebé sentado con cara tierna y un birrete en su cabeza… Un día fui a un supermercado y el letrero del pasillo decía a la letra: “Alimentos para bebé y leches maternas”.

Si eres profesional de la salud, probablemente te lleguen panfletos, folletos, folders con publicidad (que sí está permitido mientras no los compartas con tus pacientes, por ejemplo). Ahí también puedes observar y si eres curioso/a podrás anotar los enlaces de las investigaciones en que se basan para realizar o promover cierta fórmula. Esto también es mercadotecnia. Y no precisamente bondadosa. Y entonces, viene la responsabilidad, vienen las preguntas que necesitas hacerte. Cuestionar los estudios es importante porque en ocasiones no necesariamente podrían ser universales o contemplar todas las posibilidades…

Finalmente quisiera abordar un tema de importancia fundamental: cuando se da un momento de emergencia, cuando tenemos presencia de un temblor, una inundación, un huracán o simplemente cuando trabajamos con población en estado vulnerable. ¿Has notado que no se dejan esperar las personas generosas que desean donar de manera monetaria o en especie? En el caso de los gobiernos locales, estatales o nacionales notamos una avalancha de deseo por donar. Claro que es importante y bueno. La donación de fórmulas lácteas no se dejan tampoco esperar. Sin embargo, hay poco involucramiento real. No se indaga quién amamanta y quién no. Tampoco se ve si esa comunidad la necesita, si hay agua potable, o siquiera agua, si las personas pueden hervirla, si en el albergue donde se encuentran podrán tener acceso a una estufa y múltiples condiciones específicas que tendrían que tomarse en cuenta para saber si sería conveniente donar leches artificiales, o más bien, sería peor, por las terribles enfermedades que podrían darse por ese gesto de generosidad. Las actividades de políticos entregando leches artificiales son finalmente un evento muy desafortunado. ¿Acaso van a proveer a esa familia de fórmula por lo menos un año, 6 meses? No. No ha sucedido y las familias quedan atadas.

La conclusión a la que quiero llegar, es que necesitamos tener el ojo crítico, necesitamos observar y no creer todo lo que vemos, tal como lo hizo mi papá con ese queso francés, que por suerte resultó sabroso. Cuestionar, mirar las etiquetas, ver los ingredientes y las maneras de preparar las fórmulas… Y ahí, si veo algo que me parece sospechoso, tomar la foto, mandar correos para reportar las violaciones a este documento, decirle a mi médico que respete el Código, que no acepte viajes que regalan los laboratorios, que promueva y defienda la lactancia.

Es un asunto serio. Es un asunto de salud pública. Se trata de la salud física y también emocional de nuestras niñas y nuestros niños.

La lactancia es un regalo para toda la vida. No estás sola.

Recursos:

https://bit.ly/2NxHqC1

*”Las opiniones expresadas en este texto son solo mías y no necesariamente reflejan las opiniones de la Liga de La Leche”.

Clara Zapata

Soy Clara, etnóloga chilena-mexicana. Tengo dos hermosas hijas, Rebeca y María José, con Joel, mi regiomontano amado. La libertad y la justicia son mi motor. Creo plenamente en que la maternidad a través de la lactancia puede crear un mundo más pacífico y equitativo y por eso acompaño a familias que han decidido amamantar. Amo la escritura, la cultura y la educación.

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