Sueño

Por Clara F. Zapata Tarrés

A lo largo de los años, la publicidad, el personal de salud, las “expertas” nos han hecho creer algunas cuestiones: cargar al bebé es malo, los horarios en la lactancia son esenciales, la separación mamá-bebé es necesaria, sí hay baja producción de leche casi siempre, complementar con fórmula es bueno. El poder de la “bata blanca” ha sido y es la influencia más potente en la creación de creencias acerca de ello.

¿Cuál es la consecuencia? La gran preocupación de las madres y la gran pérdida de confianza en su saber, su intuición y su maternidad en general. Las madres queremos biberones perfectos, artefactos con diseños postmodernos, soluciones que prometen milagros y alguien- aunque ni sea madre ni padre ni tenga necesariamente un vínculo con la infancia- nos de las instrucciones o nos asegure que es normal, anormal o común lo que nos sucede.

Una de las preocupaciones más comunes en la lactancia es el sueño. No tanto por el sueño en sí mismo, sino su relación con la lactancia. Esto es muy común y tiene que muchísimo que ver con lo que las personas de nuestro alrededor nos han hecho creer. Es un poco lo mismo que sucede con el tema de la producción de leche y varios otros que desgraciadamente se han vuelto “verdades absolutas”.

Entremos en materia. La verdad absoluta es que una gran cantidad de familias deciden, por voluntad, por comodidad, por amor, por necesidad, dormir con sus bebés. Y junto a esta verdad, tenemos que algunas veces, las familias deciden decir mentiras piadosas, ocultando que duermen todos juntos en la misma cama, que han adaptado su recamara pegando varias camas, que han mandado a hacer una cama tamaño emperador, que han comprado una cuna colecho y así, una larga lista infinita. La verdad es que muchísimos o me atrevería a decir que todos, en algún momento, dormimos todos como muéganos y no sólo en la tierna infancia.

Así, hablar de ello se vuelve necesario por temas de seguridad pero también por una cuestión del significado emocional y psicológico- qué sin duda, contiene mitos también creados por profesionales que sienten su poder para crear afirmaciones infundadas. En general sucede que dicen: “la lactancia es la culpable de que tu bebé no duerma o tenga problemas de sueño”. Y aquí recomienza el círculo de auto-desconfianza e inseguridad.  

La madre es muy sensible al sueño de sus hijos. Las madres que alimentan con pecho son mucho más realistas y conscientes del sueño de los bebés, a los despertares, a las necesidades, etc… Es una cuestión práctica que no tiene tanto que ver con la romántica idea de amamantar. Esto sucede simplemente por el constante contacto y la cercanía permanente con su bebé. Las madres que no amamantan no se fijan en el sueño de manera tan cotidiana.

Algunos datos

  • El pecho es una gran herramienta para dormir a nuestros bebés.
  • La leche humana se adapta constantemente y por las noches contiene componentes que ayudan a dormir.
  • Los despertares nocturnos fluctúan, puede ser que duerman mucho y en otras épocas dormirán menos.
  • Es importante observar cómo está cuando está despierto… Ver si está activo, contento, jugando… Si está irritable, no suben de peso, están muy a gusto o no a gusto… Todo esto, se refleja en el sueño.

Como en todos los aspectos de la lactancia podría haber problemas o dificultades en el sueño. Pero hay que ser muy observadores. No tiene que ver precisamente con la lactancia en sí. El sueño es un tema paralelo y se encuentra en permanente desarrollo y evolución. Puede que haya dificultades, retos, preguntas. Pero no es la gran mayoría la que tiene problemas.

En los últimos años, pareciera que hay una epidemia de bebés y niños/as que no saben o no pueden dormir y parece también una epidemia, la cantidad de profesionales que se dedican a coachear sueños… Hay que tener cuidado porque pueden ser métodos, series de instructivos que hacen que permanezca un gran sufrimiento en los bebés, pero también y muy importante, sufrimiento en la familia.

Te pido que pienses en tu propio sueño. ¿Es suave, eterno, tiene una duración igual cada noche, necesita algunos recursos como almohadas especiales, objetos que te relajan? ¿Duermes de corrido? ¿Te despiertas para reacomodarte? ¿Te mueves, vas al baño, te quedas despierta?

Los bebés están diseñados a estar encima de su cuidador(a), su madre, su padre, su hermana(o)… Más tarde, de infantes, necesitan el contacto, la seguridad que les brinda la respiración de sus padres y sus hermanos. Hagamos del sueño eso precisamente: un sueño lleno de imaginación, un sueño en dónde podemos volar, cantar y ser libres. No importa la edad. Habrá bebés que puedan dormir solos, habrá infancias que necesiten estar cerca de mamá, habrá adolescentes que disfruten echar una siesta larga junto a su padre… Cada familia será distinta y el sueño también dependerá de cada individuo. Respetemos cada rincón de estas evocaciones y aprovechemos estos tiempos y estos espacios, justamente, para crear sueños de puro amor.

Autores que pueden ayudarte: Hellen Ball, James J. McKenna, Diane Wiessinger, Diana West

Clara Zapata

Soy Clara, etnóloga chilena-mexicana. Tengo dos hermosas hijas, Rebeca y María José, con Joel, mi regiomontano amado. La libertad y la justicia son mi motor. Creo plenamente en que la maternidad a través de la lactancia puede crear un mundo más pacífico y equitativo y por eso acompaño a familias que han decidido amamantar. Amo la escritura, la cultura y la educación.

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