HABLEMOS DE PANDEMIAS SILENCIOSAS

Por Jacinta Monteverde

Pandemia, una palabra que ha estado muy presente en nuestra mente ya por más de un año. Una palabra que ha tomado relevancia en nuestro vocabulario para muchos, resonando una y otra vez en nuestro oído pero también en nuestro corazón; porque una pandemia como la que vivimos actualmente no solo viene a mover nuestro entorno exterior sino también nuestro espacio interior. Tal vez para algunos fue en este tiempo que la escucharon por primera vez, mientras que para otros ya era parte de su historia personal. Si bien es cierto que este término ha tomado popularidad en referencia al virus COVID 19, es una palabra que viene de mucho tiempo atrás, y se aplica para muchas otras condiciones. En mi caso tomo mas importancia unos años atrás.

Si tomamos una parte de su definición como aquella  enfermedad que se ha propagado en un área geográficamente extensa, afectando a un número considerable de personas, sin ser necesariamente contagiosa podemos entonces incluir una serie de condiciones tal como lo es la DIABETES. Así es, la diabetes está siendo considerada ya una pandemia por el crecimiento acelerado de casos que se están presentando en el mundo, aunque no se sabe exactamente la razón, sobre todo en el caso de la diabetes tipo 1. Muchas investigaciones apuntan a factores ambientales, más todavía no puede establecerse una hipótesis clara y definida que nos de una respuesta tanto de su crecimiento acelerado como de su causa precisa.

Cada 10 segundos se diagnostican 3 casos de diabetes. Se estima que para el 2035 el número de casos llegue alrededor de 592 millones. ¡¡Es un numero muy alto!! Como para poner nuestra atención en ello, ¿no creen?

Siendo mamá de una niña de 9 años con este diagnóstico desde los 3 años, me he dado cuenta que hay muy poca difusión y conocimiento sobre este tema, sobre todo en comparación a otros países. No se si se deba a una cuestión cultural o algún otro factor, pero me siento responsable de compartir algo de la experiencia que he tenido a lo largo de estos 5 años. ¿Sabemos qué es y qué implica la diabetes tipo 1? O ¿Cómo es la vida de los niños y las familias con esta condición? Vale la pena preguntarnos, puesto que el conocimiento puede llevar a salvar vidas, o a saber actuar frente a una persona con este diagnóstico.

La diabetes tipo 1 es una condicion algo compleja. Se sabe que su causa es autoinmune, es decir, que el propio organismo ataca las celulas que producen insulina y sin esta hormona hay una concentracion elevada de azucar en la sangre la cual hay que controlar suministrandola externamente con inyecciones o por medio de un cateter. Se escucha relativamente facil, sin embargo cada persona requiere distintas dosis de insulina segun reaccione su cuerpo, la etapa de crecimiento en la que se encuentre y las actividades que realice, por lo que hay que medir su glucosa en la sangre durante el dia y la noche, calcular los alimentos que se van a ingerir, saber contar los carbohidratos de cada alimento y estar ajustando dosis constantmente para poder estar en niveles adecuados de glucosa(azucar) en la sangre. La diabetes no descansa y nosotros tampoco, puesto que en cualquier momento puede pasar lo contrario, es decir tener una baja de azucar lo cual puede ser muy grave y llevar a la perdida de conciencia. Todo esto se desarrolla en un plano fisico, a veces invisible al ojo humano, silencioso desde los primeros síntomas, imperceptible e inexplicable.

En el plano MATERNAL transcurren silencios momentaneos de shock, ninguna madre quisera ver a sus hijos pasar por esto. Cuando aparece sin avisar en tu vida quieres gritar al mundo lo injusto que te parece, en ocasiones gritar el dolor fisico  por el que pasan al tener que inyectar su cuerpo hasta 7 veces al dia o cambiar continuamente cateters o picar sus dedos para saber sus niveles de azucar. Sin embargo el tiempo pasa, y este grito se converte en silencio, un silencio que no siempre representa la aceptacion, sino un silencio de resignación y de prudencia.

El silencio de una madre cansada que se encuentra alerta las 24 horas del dia tratando de ser el mejor pancreas que pueda tener su hija(o), el silencio de ver la mirada en los ojos de un niño que sabe que no puede comer todo lo que sus amigos comen sobre todo en una cultura rodeada de excesos de azucares y grasas,  el silencio de una niña a quien le preguntan si esta enferma o si su condocion es contagiosa, el silencio que nos deja mudos a veces ante preguntas como el ¿porque a mi?, el silencio que guardamos por prudencia de no cansar a otros con este tema mientras que pretendemos que nuestros hijos con esta condocion pueden llevar una vida normal. Y claro que pueden! Asi me lo repito a mi misma, al mismo tiempo que soy realista que su vida estara rodeada de muchos cuidados especiales. Pero no todo es dolor, también estan esos momentos en donde esta condicicon los hace sentir unicos y especiales capaces de vencer cualquier reto de la vida, brilla algo en ellos que los fortalece y que quiere salir al mundo.

Reflexionado si es nuestro deber como padres solo educar a nuestos hijos en este tema o si es un tema donde el mundo necesita eduacion. La mala alimentación tambien es una pandemia, y no quisiera que el silencio lo fuera tambien. Es momento entonces de gritarle al mundo lo necesario que es unirnos y hacer un cambio de consciencia, puesto que hay cosas que no se pueden prevenir, pero si podemos modifiicar la manera de afrotarla.

Nos corresponde como madres (y padres) hacer hijos fuertes, pero a la vez empaticos y agradecidos. Se que la diabetes de mi hija por lo pronto no va a ninguna parte, pero nosotros si pidemos ir a ese lugar en donde los retos y los aprendizajes se fusionan para lograr experiencias positivas, adaptandos cada dia para que este silencio se convierta en una melodia de armonia.

Jacinta Monteverde

Mamá, ama de casa y psicoterapeuta con especialidad en audioterapia. Dedicada, en gran parte, a la consulta privada y comunitaria. Actualmente en proceso de formar una asociación para niños con diabetes.

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