CUANDO LAS MANOS SE UNEN

Por Karla López

Por primera vez desde que inició nuestra batalla no quise salir a luchar.

Fue nuestra octava batalla y desde mi trinchera y como niña pequeña lloré y grité no quiero ir. No podía dar un paso para prepárame, quería abandonar todo, huir de esta realidad, dejé que la emoción saliera, me tomé el tiempo para hacer un análisis de las batalla anteriores y volver en mi. Aún y con lágrimas en los ojos y el sentimiento en mi pecho, le rogué a Dios que me diera fuerzas para continuar, que no me permitiera rendirme, me levanté y salí a dar todo de mi.

Los días pasan y siento los efectos de mis armas, y sé que te gusta recordarme todo lo que estoy perdiendo por atreverme a enfrentarte. Quieres que olvide que esto es temporal y que vea el final de nuestra guerra muy lejana, me atacas con las flechas de la desesperación y haces más lenta mi recuperación. Sabes que estaré agotada y aprovecharás para atacar. No tuve fuerza para pedir refuerzos y cuando más desmoralizada me sentía llegó la ayuda internacional: un ángel pelea junto a mí desde una trinchera lejana, hasta hace poco su función principal era elevar mi moral y apoyar a mi ejército con suministros que abastecían mis batallas. Frenada por los kilómetros que nos separan sentía que no podía aportar más a la causa, pero Dios transmitió mi mensaje SOS y mi ángel lejano ideó una estrategia magistral digna del mejor comandante. Recibí la mayor muestra de amor y apoyo: todo mi ejército portaba un símbolo de unión, una medalla de honor como reconocimiento a mi valentía, ver esas manos tomadas como una cadena gigante me llenó de fuerza, esperanza y valor. Por un momento no comprendí cómo es que tantas mujeres portan este símbolo y reafirmaron su convicción de pertenecer a este ejército con orgullo. Después de semejante homenaje, más soldados quisieron enlistarse, en definitiva esta es una guerra que no se puede ganar sola. Ahí está la fuerza que necesitas Karla, son muchas manos todas listas y dispuestas a caminar junto a mi, solo Dios puede hacer cosas maravillosas.

karla lopez

Mamá, esposa, mercadóloga, ama de casa y mujer guerrera en su lucha contra el cáncer de mama.

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