Las mañanas con mis hijos

Ser parte de las mañanas de mis pequeños me permitirá ser parte de sus recuerdos ¡para toda la vida!

Por Alex Campos

Cada mañana rumbo a la escuela de mis hijos, aprovecho para abonar toda mi energía positiva en ellos, deseando que la absorban y luego la depositen en sus amiguitos y así tengan un día lleno de energía positiva, amabilidad y armonía.

Desde que entendí que a ellos por su edad y la etapa en la que están, les encanta la rutina, trato de repetir todos los días paso por paso lo que hacemos, así ellos se sienten seguros de qué sigue, y cada vez son menos frecuentes los berrinches matutinos y las frustraciones.

Despertarlos con tiempo para que todo el proceso sea relajado y sin presiones, reafirmarles que mamá los ama cada mañana y al despertar ha sido una de mis mejores herramientas para asegurar un comienzo de día exitoso y alegre para ellos y por lo tanto para mí.

Los visto, y mientras lo hago, platico con ellos de lo que harán en su día, ahí también uso el tiempo para negociar el desayuno, pues si de alguna manera puedo evitar berrinches porque ellos esperaban algo distinto a lo que mamá les preparó, definitivamente lo hago, pues en todo momento el objetivo por las mañanas es encontrar el equilibrio emocional que ellos y yo necesitamos.

Hace unas semanas escuchaba a una psicóloga decir que las mañanas armoniosas de los niños son la clave perfecta para niños seguros y felices en las escuelas.

Es decir, mientras más agradables hagamos sus mañanas, mejor será su desempeño en la escuela y en el ámbito social.

Ellos estarán confiados de que, con mamá, en casa, todo está bien y podrán enfocarse en sus actividades conscientes de que son amados, tomados en cuenta y muy importantes.

Una y otra vez he comprobado que mis hijos se sienten muy seguros cuando saben lo que sigue, incluso la más grande, de 4 años, me va dictando el siguiente paso, como si de un cuento se tratara.

“Ahora ¡a lavarnos los dientes! “, lo dice cada mañana luego de terminar su desayuno. Lo mismo sucede al subirnos al carro, tan solo escuchan que enciende el motor y piden sus canciones. Y por supuesto siempre piden la misma canción para comenzar el repertorio de Tatiana o Trepsi.

¡Está comprobado! El ambiente que nosotros las mamis generemos por la mañana, dejará un buen o mal sabor de boca para el resto de su día.

He descubierto también, que el platicar y entablar una conversación con ellos rumbo a la escuela los ayuda a mantenerse enfocados, felices y una vez más seguros.

Además, aprovecho ese tiempo, en el cual tengo toda su atención, para recordarles que es muy cool ser amables, respetuosos y cooperativos con todos los niños de su salón. Que es aún más divertido ser compartido a la hora del lunch y así siempre hacer nuevos amigos. Les recuerdo qué triste se siente estar solito sin nadie con quien jugar, y que si ven a algún niño triste lo inviten a divertirse juntos y siempre ayudar a otros.

Así que a la hora de la salida siempre le pregunto a mi hija la mayor si aplicó todo lo que platicamos y qué tal se siente de ser amable.

Qué sentido tendría la gran oportunidad de llevar y recoger a mis pequeños a la escuela, si me subiera al carro, pusiera mi música y me sumergiera en mis pensamientos sin compartir con ellos esos valiosísimos momentos que no se repetirán.

No querrán escuchar Trepsi, Tatiana o Gallinita Pintadita toda la vida, y mucho menos querrán que su mamá ¡cante y baile en el carro! Tampoco necesitarán que yo les ayude a lavarse los dientes o que les ponga el uniforme mientras platicamos qué harán en el día.

Cada mañana, después de despedirlos y dejarlos en su escuela, pienso qué afortunada soy de poder dejar estos recuerdos en la mente y corazón de mis pequeñitos pues yo misma me he descubierto recordando cómo eran mis mañanas rumbo al colegio cuando era más pequeña, esas son imágenes imborrables en la memoria humana.

Qué importante es dar nuestro mejor esfuerzo educando a niños que estén en equilibrio, darles un entorno sano y agradable, y tomarnos el tiempo de platicar con nuestros pequeños, y conocer qué sucede en su pequeño y mágico mundo.

Estoy segura que mis hijos siempre recordarán sus mañanas con mamá despertándolos con un beso y tal vez hasta una porra, las letras de las canciones de Tatiana y las importantes negociaciones del desayuno y las oraciones que no pueden faltar en donde las más importantes peticiones van desde orar por las plantitas. Ser parte de las mañanas de mis pequeños me permitirá ser parte de sus recuerdos ¡para toda la vida!

Alex Campos

Lic. en Comunicación por la Universidad Del Valle de México. Conductora en diferentes facetas, actualmente presentadora de noticias. Apasionada de la escritura y enamorada del arte de ser mamá. Mamá de Samantha, José Antonio y Rafael.

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