María Pia Fanti

Primer acto:

Tengo en mi mente y mi corazón, desde hace varios meses, esta palabra nueva que se ha convertido en una de mis favoritas y que conocía de sensación, pero no de significado: “sororidad”. Y me encanta. Se deriva del latín soror que significa hermana. Y se utiliza para referirse a la hermandad entre mujeres.

La sororidad es un valor, como la fraternidad, pero vinculada a la unión, respeto y amor entre el género femenino.

Y cómo no conocerla de sensación si fui criada en una familia de 4 hermanas. Donde desde pequeñas hicimos un pacto solidario, sin querer, invisible lazo que hoy no sólo cuidamos y respetamos, sino que procuramos. Tantas horas de juegos, de compartir y de NO compartir, de colaborar con algunas responsabilidades de casa, y de mi mamá, de resolver juntas, y de desobedecer otras, de complicidad en las travesuras o de cuidado en las aventuras hacen hoy que el primer mensaje por Facebook se convierta en llamado a una reunión de amigas. Así que el primer acto de mi vida son ellas, mis hermanas, quienes conforman mi “nosotras”.

 

Segundo acto:

Para mi fortuna, la combinación perfecta: mamá y profesionista dos en uno. Crecí como mamá al lado de otras mamás. Aprendí con ellas y con sus bebés hasta convertirme en una experta en desarrollo, en juego, en competencias de lenguaje, sociales, y de aprendizaje. Es decir, con mis propios hijos y los prestados por un tiempo, pasé el tiempo más bonito, más fascinante y más significativo, el mayor aprendizaje que ni con los títulos y reconocimientos de educación, dirección y desarrollo que tengo, hubiera podido adquirir, pues nada se aprende mejor que escuchando, conviviendo, interactuando y sobretodo, confiando. Estas mamás confiaron en mí y yo en ellas.

Aunque mi profesión original es arquitectura, el destino me llevó a construir cimientos fuertes en los más pequeñitos. Se ha comprobado por estudios de las neurociencias que el futuro de una persona se construye en los primeros 6 años de vida. Así inicié, primero como maestra de inglés y luego como responsable y Directora de Franquicias del programa líder mundial de juego y desarrollo: Gymboree y Kindergym, aquí en Saltillo y en Cancún. Como profesional de la educación soy afortunada de tener a mi lado a mujeres comprometidas con su vocación. Mujeres valiosas que he conocido por 22 años y han sido mis compañeras, colaboradoras, mis maestras y mis amigas. Hoy más que nunca valoro su compromiso y la trascendencia de nuestro trabajo.

Juntos, maestras y familias, hemos construido un gran comunidad educativa, donde todos aportamos y aprendemos. Así encontré otra pasión: formar chicos empáticos, solidarios, colaboradores, amorosos y creativos, contagiar a toda la comunidad y juntos generar capital social a favor de nuestro México. Fue ideal combinar la maternidad y mi profesión de destino desde el principio.

Ahora mis hijos ya tienen 20, 18 y 14, se han formado en esta familia inquieta donde somos independientes, pero muy solidarios. Con Jorge, mi esposo y compañero de vida, vamos tejiendo y definiendo juntos en el camino. Tenemos dudas y temores, pero ponemos todo nuestro corazón para que ellos y nosotros podamos crecer. En el segundo acto, mi familia y mi pasión por la educación ocuparon toda mi atención y siempre daré gracias a la vida por darle un giro a mi camino y ponerme justo donde más aprendería. Nuevamente uno de los nutrientes principales: mujeres, mamás y educadoras llenaron mi corazón de experiencias y aprendizajes.

Tercer acto:

Resulta que el mundo entero funciona según una ley universal: entropía, la segunda ley de la termodinámica y refiere que todo tiende a subir, llegar a su punto más alto y baja; es la curva del crecimiento y declive… y todo funciona así, excepto algo: el espíritu humano, que siempre se eleva en plenitud, autenticidad y sabiduría .

Justo estoy por iniciar mi tercer acto, que según los sicólogos, artistas y creativos inicia a los 50, y me llena de emoción saber que la misión del tercer acto es la tarea de “terminarnos” de completarnos y seguir ascendiendo.

Y sí, ya estoy lista. He conocido nuevas personas, nuevas mujeres y nuevos proyectos que me inspiran, me mueven. Con unas, construyo ciudadanía, a través del colectivo Sumemos, para empoderarnos como ciudadanos y construir una cultura real de participación ciudadana y transformación. Con otras, tengo un programa de televisión por internet, a través de NCS Noticias. Ahí es fascinante conocer gente que aporta a nuestra comunidad, y donde decimos “Es Tiempo” y damos voz y espacios para mover conciencias. Con otras 40 mujeres, comparto energía pura diariamente arriba de una bici y música que nos llena de endorfinas y nos hace sudar el alma. Y ya para terminar, en mi tiempo libre me hace feliz hacer interiorismo y diseño en el proyecto • laboratorio de diseño • que comparto con Mariana, mi hermana.

Ahora puedo abrir puertas y ventanas para mí, como mamá en otra etapa, pues ya no son ellos a los que debo traer conmigo, sino ellos quienes me llevarán. Ahora observo cómo asumen sus responsabilidades, dejan de pedir permiso y empiezan a cumplir sus promesas. Es tiempo también de voltear de nuevo hacia a mis padres y disfrutar su experiencia y compañía.

Como mujeres, mamás y profesionistas, cada etapa, cada acto de nuestra obra, tiene su razón en la actitud. En cómo respondemos a lo que el universo conspire para nosotras. Y saber que no estamos solas, que como mamás primerizas, necesitamos sentirnos seguras que lo que hacemos por nuestros hijos es lo major. Siendo genuinas y auténticas y confiar en ese sexto sentido que sólo las mamás tenemos. Como mamás de adolescentes, entenderlos; es su etapa silenciosa pues hablarán poco pero sólo así se construirán, y nos toca guiar, tolerar un poco y apretar un poco más. Como mamás de jóvenes emprendedores y soñadores, hay que creer en ellos, impulsarlos y soltar.

El salmo 127 es la fórmula perfecta: “Como saetas, en manos del valiente, así son los hijos” y contrario a lo que pensamos, el arquero no somos nosotros, nosotros somos el arco, fuerte, firme y flexible, el arquero es Dios que lanzará a través del horizonte los sueños y proyectos de nuestros hijos, justo hasta donde Él determine.

Puedo compartirles que NES y sororidad están hechas de la misma madera. Que entre mujeres la reciprocidad está en la sangre. Me siento agradecida de participar en este número de aniversario y poder compartir en 3 actos lo maravilloso de No Estar Sola, y que cada día que podamos aportar, ayudar y cooperar en el crecimiento de alguien más, será la única forma de trascender. Una crece y se construye a sí misma sólo a través de los demás, y las mujeres para mí han sido el pilar de lo que ahora soy.

Es fácil reconocer a las mujeres fuertes, son las que se construyen unas a otras.

Alejandra Peart

Arquitecta y Licenciada en Letras Españolas con Maestría en Creación Literaria. Fundadora y Directora Editorial de Editorial Atemporia. Escribí el poemario En estas horas (Ed. Minimalia, 2004). Actualmente soy Directora de Contenido de la revista NES No Estás Sola, promotora cultural, editora, poeta, diseñadora editorial, feliz mamá de Rodri y esposa de Jorge. This is me.

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