Un día en el páncreas de Aurora

A veces quisiéramos un final de cuento de hadas pero esperar ese final se haría interminable.

Por Jacinta Monteverde Cobo

 

Cuenta la leyenda que Aurora nació en una familia llena de amor, sus padres: el rey y la reina, se aseguraban de tener con ella los cuidados mas precisos, pero como en esta vida no hay nada escrito, el día de su presentación la niña recibió un hechizo: “al cumplir los 16 años se pinchará con la aguja de una rueca y caerá en un profundo sueño para siempre” dijo Maléfica, y se retiró sin decir mas. Al escuchar esto las hadas protectoras de Aurora no pudieron revertir el hechizo, sin embargo agregaron que no sería para siempre, sino hasta que recibiera un beso de amor. Y es aquí en donde cambia la historia que todos conocemos. Los padres de Aurora decidieron que se quedara en el palacio a vivir con ellos, y en lugar de enviarla lejos invitaron a las hadas a quedarse para cuidar de ella. Sin embargo no pudieron evitar aquel día cuando la princesa tenia tan solo 3 años cuando se pincho el dedo por primera vez, no 16! Esto tomo por sorpresa a todo el reino! porque además no cayo desvanecida, por el contrario pegó un brinco al sentir ese dolor en su cuerpo. Sin comprender que sucedía corrió hacia sus padres para mostrarles esa gotita de sangre que salía de su cuerpo, ese pinchazo la había salvado de alguna manera extraña, pero su vida y la de toda la familia cambiaría de ahora en adelante. Su páncreas había sido dañado sin razón alguna, y a pesar de todos besos de amor que Aurora recibía diariamente el hechizo continuaba. Comenzaron a pasar los días, semanas y años y ni los doctores mas sabios del reino podían encontrar una cura, sin embargo la belleza de Aurora crecía, era una luz radiante que salía de su interior. Cada día valoraba más la vida, crecía con valentía y se daba cuenta de las personas a su alrededor que no la dejaban sola y le daban fuerzas para continuar porque un día en el páncreas de Aurora era algo complejo y complicado, y así un día para la familia real:

 

Son las 3 de la mañana, suena el reloj despertador y las hadas corren hacia el cuarto de Aurora, sigue en un profundo sueño. Mientras Flora revisa su respiración, Fauna toma su dedo y lo pincha con una aparato extraño llamado glucómetro, tal como aquella ocasión cuando se pincho con la rueca por primera vez. La gota de sangre muestra una baja de azúcar en su cuerpo. Primavera se apresura a tomar una galleta para evitar una hipoglucemia. Finalmente se estabiliza, aunque las hadas ya no pueden volver a conciliar el sueño. Ahora son las 6 am. Los reyes preparan el desayuno y refrigerio para la escuela, el día comenzó hace tres horas y de ahí en adelante la rutina es la siguiente: checar sus niveles de glucosa en su sangre cada dos horas pinchando su dedito, cuenta carbohidratos, inyéctale insulina porque el hechizo la ha dejado sin nada!!, a pesar de esta sustancia maravillosa sus niveles de glucosa siguen altos!, que tome agua dicen las hadas, que haga ejercicio y si no… volver a inyectar. Pasan las horas, ahora Aurora se siente mal, se le ha bajado el azúcar! Que coma chocolate dice el Rey!, la princesa confundida quiere comerse 4!.. sube la dosis, baja la dosis…finalmente se estabiliza de nuevo. Llega la hora de la comida, la reina trata de balancear una comida saludable entre proteínas, grasas y carbohidratos y hay que hacer todo de nuevo: checar, contar, inyectar… Llega la noche y para la mayoría del reino termina un día normal, listos para irse a dormir. En el palacio, la noche apenas comienza, las hadas se turnan para seguir pinchando a la princesa para que ella pueda descansar, agradecidas por un día mas toman unas horas de sueño. Y de pronto, son las 3 de la mañana y suena el despertador….

 

El pasado mes de Noviembre se conmemoró el día internacional de la Diabetes, creado en 1991 como medio para aumentar la conciencia acerca de las causas, síntomas, complicaciones y tratamiento de esta condición.

 

La diabetes tipo 1 es una condición autoinmune que sucede cuando las  células del páncreas son destruidas y no produce insulina, una hormona que  ayuda a que la glucosa penetre en las células para suministrarles energía. Sin ella hay un aumento de azúcar que permanece en la sangre y que  con el tiempo puede causar serios problemas en la salud. Hasta la fecha se desconocen las causas (no es por cuestión de alimentación). Los pacientes deben inyectarse insulina y llevar un monitoreo constante para poder vivir. No se conoce alguna cura y tampoco se puede prevenir, a cualquiera le puede dar.

 

A veces quisiéramos un final de cuento de hadas pero esperar ese final se haría interminable. Aprender a vivir, esperar que el hechizo se convierta en una virtud, despertar la curiosidad, la empatía y la compasión en el mundo en que vivimos es lo que podemos hacer ahora.

Jacinta Monteverde

Mamá, ama de casa y psicoterapeuta con especialidad en audioterapia. Dedicada, en gran parte, a la consulta privada y comunitaria. Actualmente en proceso de formar una asociación para niños con diabetes.

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