RETOMANDO MI ESCENCIA

Por Lorena Salas

Dicen por ahí que uno siempre regresa a donde fue feliz, ya sea un lugar, un hecho que nos marcó, un olor, un día en el que todo se alineó, un recuerdo de la niñez, un viaje en el que no sabíamos si estábamos soñando, o simplemente eso que nos hizo sentir en el estado perfecto.

Me es imposible precisar un solo lugar, momento, hecho o cosa en la que me haya sentido en mi esencia absoluta porque simplemente no acabaría, y por más que deje atrás esos recuerdos con el acelere cotidiano y la locura de ser madre de dos seres hermosos que reclaman a cada segundo mi atención, siempre está ahí esa parte de mí que me llama a lo lejos para decirme “aquí sigo esperándote, regresa a lo que fuiste y llévalo a donde estás ahora”. Lo hago, créanme que lo hago porque realmente necesito volver a conectarme a la parte de mí que se perdió en la vorágine de la vida que te arrastra en subidas y bajadas.

De pronto me encuentro con las ganas de volver a hacer lo que amaba antes, mi amada y fiel escritura que me acompaña en los momentos de catarsis, mi terapia, mi refugio, mis pensamientos e ideas aterrizadas en unas cuantas líneas. Después está ese escape al danzar al ritmo de los sonidos árabes que me enraízan por completo en la tierra y en donde puedo girar sintiendo que vuelo con mis brazos que se convierten en aire al compás de mis movimientos, ahí habita mi diosa interior, imparable, fuerte, hermosa, valiente, dispuesta a todo. Luego cambio de género musical y al sonido de un violín y un acordeón me transporto a otra época, esa donde las mujeres cuidaban cada paso al caminar, mostrando una elegancia única y una seguridad fuera de este mundo, logrando comunicarse con su compañero con un simple abrazo y un boleo inesperado, así es el tango, impreciso y preciso a la vez, complejo y único en donde puedes llegar a sentir en el alma cada verso que escuchas donde se cuenta alguna que otra historia de desamor, siempre me atrajo y por fin ahora lo hago mío a cada clase o ensayo al que voy.

Lo anterior sólo es una parte en la que me siento yo de nuevo y es así como comienzan esos destellos de luz que me van avisando que a pesar del personaje que ejerza ahorita, siempre estará mi otro personaje esperando para retomarlo y combinarlo con este que solo espera un momento del día para descansar y tomar un respiro, quizá esa sea la parte retadora de todo: buscar las piezas de mi propio rompecabezas y embonarlas con las que ya están, y claro, encontrar las nuevas que por añadidura encajarán al final para poder ver la imagen completa y entonces sí, entender la belleza detrás de todo.

Lorena Salas

Periodista de profesión y madre de dos, combino también mi pasión por el mundo de la belleza conectándome con cada historia que escucho al hacer lo que me gusta. Amo plasmar por escrito todo aquello que me inspira logrando así proyectar desde lo más profundo de mi alma.

DEJA UN COMENTARIO

LECTURAS RELACIONADAS