Las batallas cotidianas

Por: Mayte Cepeda

Cuando puedas elegir entre tener la razón y ser amable, elige ser amable.  R.J. Palacio

Hace un par de días ya por la tarde, en el camino a casa, después de un día de ir y venir con un montón de pendientes, trabajo, niños, comida, academias, dentista y demás, con niños cansados y la camioneta llena de mochilas, cambios de ropa, loncheras y uno que otro juguete rodando de un lado a otro, de pronto en el camino me topé con una chica tirada en la banqueta rompiendo en llanto con su bicicleta de lado.

Lo primero que pensamos mis hijos y yo era que la chica había sufrido una caída o algo relacionado con la bici, por lo que me orillé inmediatamente y me bajé para ofrecerle mi ayuda. Tan pronto me acerqué, ella se secó las lágrimas y me sonrió. Le pregunté si todo estaba bien, si se había caído, si podía moverse y si necesitaba ayuda, a lo que ella solo me dijo: estoy bien, no me caí, gracias por preguntar, le dije que entonces en qué podía ayudarle ya que la vimos llorando, me dijo: a veces lloro pero se me pasa, gracias por detenerte y preguntar, ya me tengo que ir, tomó su bicicleta y adiós.

Su respuesta me dejó así como inmóvil un rato, me sentí un poquito inútil pues no logré hacer nada por ella, ya luego capté que tenía camioneta prendida con niños e intermitentes y sacudí la cabeza para regresar a lo mío. Después de platicar con mis hijos y decirles que la chica estaba bien, que no le había pasado nada, me dejó pensando un buen rato y cuestionándome ¿qué pudo haberle pasado para estar así tan desconsolada y triste? ¿contra qué batalla estaría peleando?  Sea lo que haya sido, ojalá esté mejor.

Platiqué un poco con los niños, ya que ellos no entendían por qué no le ayudé o más bien, por qué la chica de pronto se fue sin aceptar nuestra ayuda, les expliqué que a veces tenemos problemas y pensamientos que nos ponen tristes, por eso es bueno ser amable siempre y ofrecer nuestro apoyo y ayuda si vemos que alguien lo está pasando mal. Así que, si de pronto les tocaba en el recreo ver a un compañerito solo o triste, ya sabrían qué hacer.

Esta situación me hizo pensar mucho sobre lo necesaria que es la empatía y la amabilidad hoy en día, independientemente de que tengamos ganas de ser amables o no.

Día con día, nos esforzamos por ser mejores personas, cuidar la salud con ejercicio y alimentación, buscamos ser productivas, no perder tiempo, aprovechar el tiempo con los hijos, no desesperarnos y lograr cerrar el ciclo con una sonrisa de satisfacción y en completo agradecimiento por un día más. Solo que a veces siento que esas buenas intenciones se quedan un poquito egoístas y pensamos en pasarlo bien y que nos vaya bien a nosotros, a mí, a mis hijos, a mi esposo, a mi familia; el resto de la gente pues que pida lo que necesite ¿no?

Sin embargo, en el transcurso del día pueden suceder un montón de cosas que afectan y cambian el rumbo de nuestra intención matutina. Como que te den una noticia fatal, que alguien cercano está sufriendo por una enfermedad, que tus hijos lleguen con una muy mala calificación o reporte, que tu pareja haya pasado por una experiencia mala, que no te salió la receta y tuviste que tirar tus intentos de comida y todo eso te apachurre y te haga sentir que se te acabaron las ganas y las fuerzas para andar bien positiva por la vida. Y entonces ¡pum! tu día cambia, se pone gris y abrumador, entonces no estaría nada mal que si te vas a topar con más gente ese mal día, sea con gente amable y que te aminore esa sensación negativa.

Por eso, creo que debemos cargar diariamente con esa dosis necesaria de amabilidad para nosotras mismas, pero también para toda persona con la que te topes durante el día. Nunca sabemos lo que el de enfrente está cargando emocionalmente y cuales son sus batallas cotidianas, no sabemos si en el coche que va delante de ti, está lleno de personas tristes, riendo o discutiendo, no sabemos si la cajera del supermercado pasó una noche en vela cuidando a un enfermo, no sabemos si el señor de la basura acaba de perder a su madre y aún así está trabajando, simplemente no sabemos nada de nada y por eso mismo, es mejor siempre ser amable.

octubre 10, 2019

Mayte Cepeda

Yogini ~ abogada ambientalista ~ mamá ~ esposa ~ hija ~ hermana ~ enamorada de la naturaleza, la vida, la familia, los libros y la música ?

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