QUÉ TAL SI…

Por Dona Wiseman

No escribí lo que a continuación incluyo, solo hice la traducción. Tampoco escribí el comentario sobre chicos de “se gradúan” en 2020.  Tampoco peco de ingenua y sé que este encierro no es una situación “buena” para muchos chicos y muchas familias.  Sé que hay una cantidad enorme de retos a superar y una transformación dolorosa que todos pasaremos, más que menos exitosamente.  Pero me entusiasma la posibilidad de cambio real y profundo y creo que está en manos de muchas de nosotras determinar cómo será la vida y el mundo después.  Así que comparto publicaciones que me robé de los muros de una directora de una escuela saltillense, y de una mujer que es una influencia grande en esta sociedad.  Creo que son puntos que valen la pena reflexionar.

Los niños que se “gradúan” de primaria y secundaria en el 2020 están en una situación complicada. Para ellos, la cancelación de la escuela no son vacaciones. Están ansiosos, preocupados, tomando clases en línea, enseñándose solos algunas cosas, buscando estrategias para lograr los aprendizajes… dándose cuenta de que pueden no tener la oportunidad de caminar por última vez en su escuela, hacer su recorrido para recibir su certificado, entregar solicitudes de becas, o asistir a su baile de graduación. Algunos están tristes de no volver a el escenario o el campo para sus juegos. Tienen miedo de que en marzo de 2020 pueda haber sido el último día de su último año con tantas cosas que quedan sin hacer.

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Y, ¿qué pasaría si…?

Si las escuelas se cerraran el resto del año escolar los alumnos seguirían aprendiendo a través de plataformas de enseñanza a distancia, perdiendo 2.5 meses de “educación” tradicional.  Muchas personas expresan preocupación de que los alumnos se atrasarían a causa de esta situación.

Pero ¿si tomamos un momento y cambiamos nuestro punto de vista?

¿Qué sucedería si este grupo de alumnos es en realidad más avanzado justo por esto?  Antes de decir algo, escucha.

¿Qué pasa si descubrimos que tienen más empatía, que disfrutan más de la conexión con sus familias, que son más creatives y saben entretenerse, que aman la lectura, y les encanta expresarse a través de la escritura? 

Qué tal si disfrutan las cosas sencillas, como el jardín de sus casas y sentarse cerca de una Ventana en silencio.

Qué tal si se dan cuenta de los pájaros y las flores y de cómo la lluvia renueva la Tierra.

Qué tal si aprenden a cocinar las recetas tradicionales de la familia, a organizar su espacio, a lavar su ropa, a manejar un hogar.

Qué tal si aprenden a vivir con actitud de ahorra, a vivir con menos.

Qué tal si aprenden a planear las compras y comer de manera sana.

Qué tal si aprenden a valorar las comidas en familia y a compartir los pequeños gustos y disgustos de cada día.

Qué tal si comienzan ellos mismos a valorar a maestros, administrativos, bibliotecarios, personal del sector salud, servidores públicos y trabajadores de servicios primarios como transportistas, agricultores, cajeros, intendentes (unos pocos de los millones de personas que nos cuidan en este momento y nos permiten estar resguardados).

Qué tal si de entre estos chicos emerjan grandes líderes que entienden el beneficio de una vida más lenta y sencilla y que saben lo que realmente es importante en la vida. 

Qué tal si después de esta pandemia nuestros chicos están realmente más adelantados. 

Las acompaño a todas en los esfuerzos individuales y colectivas, las intenciones y acciones de cada una hacía la transformación del mundo.

Dona Wiseman

Psicoterapeuta, poeta, traductora y actriz. Maestra de inglés por casualidad del destino. Poeta como resultado del proceso personal que libera al ser. Madre de 4, abuela de 5. La vida sigue.

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